Hacía mucho tiempo que no descansaba como lo hice ese día, mientras estaba en los brazos de Dylan. Me sentía cómoda, pero ya había dormido lo suficiente; quería pasar tiempo con mi novia. Abrí los ojos, pero ella no estaba a mi lado.
Miré a mi alrededor buscándola, pero no la encontré. Sin embargo, pude distinguir una silueta a través de la ventana; estaba parada observándome desde la lejanía.
Me quedé mirándola, pero no se movía. No sé cuánto tiempo pasó, pero de repente comenzó a correr hacia mí. Lo hizo tan rápido que, al tomar impulso, saltó hacia mi habitación en el segundo piso, rompiendo la ventana y viniendo directamente hacia mí. Lo raro era que no lograba distinguir su rostro. Sin embargo, se empeñaba en arañarme el cuello, así que empezamos a luchar. Pude ver sus grandes colmillos acercándose, y cuando estuvo a punto de despedazarme, el mundo empezó a sacudirse y desperté. Dylan me miraba preocupada.
- ¿Qué pasa Em? ¿estás bien? - La miré desconcertada y simplemente la abracé. Ella me abrazó por la cintura, y comencé a llorar por todas las emociones que sentía. El miedo a perderla me invadía como una enfermedad. No tenía ni idea de cuándo me darían el alta en el hospital.
-Estoy bien solo que tuve una pesadilla terrible y solo quiero - Le respondí triste, porque me sentía inútil sin poder ni siquiera levantarme de la cama. No tenía apetito ni ganas de hacer nada más que quedarme ahí, abrazada por ella.
-Ya son las 9:00 PM Em, deberías comer algo.- Se apoya para pararse pero no quiero que se vaya.
-No podemos quedarnos aquí ¿y ya? No tengo apetito.
-No podemos porque necesitas recuperarte. Voy a traerte tu comida y luego debo irme; mis padres no me dejarán quedarme hasta más tarde.
-Vale, está bien- Me dio un beso en la mejilla y se fue.
Entendía que debía regresar a su casa. Sus permisos eran complicados; su padre era muy sobreprotector, y su madre apenas opinaba, siempre más pendiente de su relación con él que del bienestar de su hija.
-Lo único que se veía bueno era esto- Me entregó una bandeja con sándwiches de queso con lechuga y tomate, jugo de zanahoria y una barra de proteína de manzana .
-Muchas gracias Dy- Le respondí. me dio un abrazo cuidadosamente para no tirar la bandeja.
-Vendré Em, come y descansa- Me besó en despedida y se fue.
Apenas pude terminar mi cena; no tenía mucho apetito. Pensé que aún no me devolvían mi celular. ¿Debería pedirlo? Después de pensarlo un rato, decidí invocar a Jesse. Extendí mi mano, la imaginé mirándome a los ojos y, tras unos segundos, cerré los ojos. Cuando sentí una mano sosteniendo la mía, los abrí.
-¿Qué pasó?-dijo, soltando mi mano mientras miraba a su alrededor.
-Quiero mi celular.
-¿Para eso me llamas?- Bromeó alzando una ceja.
-Obvio. Aparte de estar hospitalizada, he pasado semanas sin ningún tipo de entretenimiento, fue una tortura. Quiero escribirle a mis amigos; solo puedo tener a mis padres y a mi novia de visita, y necesito hablar con mi papá.
-Ay que sensible ¿Qué se supone que debo hacer yo?
-Búscalo o algo... por favor
-Está bien, dame una mano- Se la di y me miró fijamente.- descríbeme el teléfono.
-¿Qué? ¿quieres que te diga el modelo, el color, la funda y todo eso?- La miré incrédula.
-Cállate. Mejor cierra los ojos e imagínatelo —Seguí sus instrucciones, y al rato sentí algo frío en mi mejilla. Estaba sosteniendo mi celular contra mi cara.
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Mareridt: Vampyrbid
WampiryEn la sombra de una tormentosa noche, los pensamientos de Emily se iluminaban con fantasía y la felicidad en pretender ser alguien que no era, pero en quien se convertiría. Entre lo real y lo surreal, Emily atraviesa un viaje donde las sombras susur...