³ ˢᵉⁿᵗⁱᵐⁱᵉⁿᵗᵒˢ

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Estuve toda la noche pensando en la conversación que tuve con el doctor y lloré al darme cuenta de mi realidad, no tenía otra alternativa más que dejarlos ir por el bien de todos porque si me quedaba con ellos correrían el riesgo de que les hiciera daño y puede que no supieran controlar lo que ahora era, no quería dañar a nadie. No sabía cómo decirle al doctor raro que quería más tiempo ya que no sabía cuándo volvería a verle, esperaba que pudiéramos hablar al momento que me dieran el alta.

No podía decir que había sido fácil dormir, esos últimos meses habían sido un infierno y no había podido descansar, cada vez que despertaba solo podía recordar pesadillas.

Escuché que la puerta se abría y pude ver a Dylan, quien se encontraba parada en la entrada viéndome con tristeza, los rayos del sol iluminaban su oscuro cabello que brillaba como la noche y sus ojos marrones claros tenían destellos amarillos que hacían que su mirada resaltara, su piel oscura se veía perfecta con el contraste de la luz, la extrañé tanto. Sentí que mi corazón y respiración se detenían... sentí fiebre, el doctor no mencionó nada de ningún síntoma y adjudiqué la fiebre al choque de sentimientos por ver a mi amante después de tanto tiempo, mi cuerpo sentía tanto que no sabía en qué enfocar mis pensamientos.

Sentí sus brazos envolviéndome en un abrazo y eso me hizo volver a la realidad.

-¡Estás hirviendo!-  me miró preocupada separándose de mí- Voy a llamar al doctor.

-No- la detuve y me miró- recién vuelves y te quiero aquí Dy, no quiero que te vayas otra vez, estaré bien.

-No va a importar lo que digas Em, para mí tu bienestar es importante, sobre todo ahora así que ya vuelvo- A pesar de que he estado muy enferma las últimas semanas, nada se sintió como ese momento y tal vez esté siendo dramática pero recién la estoy viendo después de un largo tiempo y sabía que si me costaba dejarla irse 5 minutos, dejarla ir para siempre me iba a romper más que cualquier cosa, más que ver otras vidas desvanecerse a diario por culpa del virus y más que convertirme en una muerta en vida.

Estuve viendo un punto fijo en la TV sin prestar atención a algo en particular, estaba temblando un poco cuando una doctora rubia cruzó la puerta y de alguna forma supe que no era humana, se sentía extraña su presencia.

-Tuve que dejar a tu amiga en la sala de espera, tengo que hacerte chequeos porque soy la doctora encargada de tu caso... ya sabes.- dijo ladeando su cabeza.

-Novia. ¿Por qué me siento así?

-Tal vez estés hirviendo de celos- bromeó pero su estúpido chiste no me causó gracia, carraspeó su garganta y continuó - bueno es que eres tonta si esperabas recuperarte del virus más fuerte de las últimas décadas de la noche a la mañana, puede que ya no seas humana pero sucede que las siguientes 28 horas de ser convertida, pasas por todas las enfermedades que hayas tenido en el último mes y tú tuviste el virus, lo cual es una desgracia aunque por suerte para ti no es contagioso así que puedes besar a tu novia o lo que sea, estarás bien cuando pasen las 28 horas.

-¿No eres humana o sí?

-Me ofende un poco la pregunta, habría preferido que lo asumieras o sea, ¿tú qué crees? - me miró abriendo un poco más sus ojos y el color de sus ojos cambió a uno levemente más brillante - soy bruja y tengo la capacidad de cambiar de formas.

-No sabía que existían esas también ¿Qué más existe? ¿Las sirenas?

-No seas ridícula nadie les llama sirenas , se les llama Nereidas.

-Eso parece nombre de señora.

-Respétame ese es mi nombre, me lo pusieron en honor a la mejor amiga de mi mamá que era nereida- dijo con mucha seriedad.

- Perdón no te quería ofender -me sentí incómoda y ella se comenzó a reír. Yo creía que toda esa gente estaba zafada de un tornillo.

-Mentira soy cambia-formas y obviamente debo ser buena actriz mi nombre es Jesse.-me sonrió y extendió su mano, la cual acepté.

-¿Así es como realmente te ves?- pregunté y se transformó en una chica pálida, con ojos color avellana,  de estatura baja y  cabello azul corto.

-Así soy, si necesitas algo solo imagíname dándote la mano así - me tomó la mano nuevamente viéndome directamente a los ojos , cuando me soltó dio dos pasos hacia atrás volviendo a ser la doctora rubia y apareció en la puerta marchándose para dejar pasar a Dylan a los pocos minutos.

-¿Todo bien Em?- dijo acercándose para sentarse a un costado de la camilla. Yo la miré, aún un poco confundida por lo que acababa de pasar. Parecía que estaba en un hospital de doctores psicópatas y yo era su experimento, eso o me estaban preparando para ser el acto principal de un circo.

-Sí todo bien, me dio una medicina y me dijo que se me quitará hasta mañana y que no tengo nada contagioso- mentí y extendí mi mano para que la tomara y que se acostara  junto a mí.

-Te extrañé Em- se acostó a mi lado y le besé la mejilla- estos meses han sido horribles, ha sido una pesadilla estar sin ti, no sabía si algún día volveríamos a estar así, te quiero y no me gustaría perderte- Hicimos contacto visual que tuve que evitar. Me rompía el corazón saber que ella sufría por mí y yo tendría que hacerla sufrir otra vez. Ni siquiera podía decirle que no me iba a perder, porque estaba segura de que se agotaba el tiempo. Pero agarré valentía y le dije lo que había pensado por mucho tiempo.

-No sé si mañana exista para mí, pero quiero que sepas que mi amor por ti ha existido desde mucho antes de que estuviéramos juntas-. Una lágrima cayó por mi mejilla y pude ver cómo sus ojos comenzaban a ponerse rojos, pero no salían lágrimas de ellos porque Dylan se contenía-. Mi amor por ti existirá hasta la muerte y sé que solo va en aumento. Eres tan hermosa y maravillosa, tan elocuente que ni aunque quisiera podría contener en mi pecho lo que siento por ti. Ni siquiera si lo intentara con todo mi ser podría dejar de quererte. Eres en quien pensaba para darme fuerza. Gracias a ti no me rendí, Dylan-. Hice una pausa y la miré una vez más-. Te quiero más.- Apenas pude terminar de hablar porque mi llanto me estaba impidiendo continuar. La abracé y después de semanas de pesadillas y soledad, al estar tan cómoda, me rendí ante el sueño y la calidez de su cuerpo sosteniendo el mío.

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Mareridt: VampyrbidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora