Era importante no fijarse en T/N. Jimin Ferreira la deseaba más de lo que había deseado a ninguna mujer en toda su vida. sin embrago, jamás podría hacer la suya...
Era imposible evitar a T/N. Trabajaba para Suga. El hermano de Jimin; de hecho se rum...
JIMIN: estaba de pie mirando por los ventanales de su oficina cuando el intercomunicador empezó a sonar.
Suspiró, dejó de mirar las calles mojadas de New- castle, cruzó el amplio despacho y contestó a su secretaria.
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__ Dígame _Dijo lacónicamente . La interrupción no le había agradado y la señora Esther se aclaró la garganta antes de contestar. _Es su hermano, señor Ferreira _la respuesta sorprendió a JIMIN _ Le he dicho que está ocupado, Pero él insiste en que usted le recibirá. JIMIN estaba haciéndose a la idea de que su hermano había tenido el valor de presentarse allí cuando oyó un alboroto y la puerta del despacho se abrió de par en par . SUGA Ferreira, un hombre alto y fornido, estaba en el umbral de la puerta con la diminuta señora Esther, hecha un manojo de nervios, detrás de él. _¿ qué demonios es esto? _ preguntó con un gesto de enfado que alteraba sus hermosas facciones _ ¿Necesito una cita para verte, JIMIN? Ya sé que no nos hablamos desde hace tiempo, pero no te lo tomes tan a pecho. JIMIN se apartó de la enorme mesa con superficie de granito y miró a le nerviosa secretaria por encima de su hermano.
_No se preocupe, señora Esther. Ya sé que ha hecho todo lo posible.
La secretaria se agarró las manos. _señor JIMIN, no se olvide de que tiene una cita a las cuatro con el señor Adler. _No se olvidará _afirmó bruscamente SUGA mientras agarraba el picaporte de la puerta _. No se preocupe, yo tampoco tengo la intención de entretenerlo tanto tiempo; soy su hermano, no soy un inspector de Hacienda.
La señora Esther no hizo caso del comentario y consiguió asomar la cabeza por la rendija de la puerta que se cerraba.
_¿Quiere algo más, señor Ferreira? ¿Quiere té o café? _Mientras no sea una botella de whisky... comentó irónicamente SUGA. Un poco de té, señora Esther.si no es mucha molestía _le pidió JIMIN.
_Naturalmente. No es ninguna molestía Suga imitó la respuesta de la secretaria, cerró la puerta y se apoyó en la hoja de caoba _. Sinceramente, JIMIN, sabes perfectamente que esa mujer andaría sobre carbón al rojo vivo si se lo pidieras.Aunque la verdad es que casi todas las mujeres lo harían... _pero no todas _replico JIMIN con cierta amargura _¿Qué quieres, Suga? Ya has oído que no tengo mucho tiempo.
SUGA se acercó hasta la mesa y se sentó en una de las butacas de cuero.
_Esperemos a que llegue el té. Prefería que la buena de la señora Esther no lo oyera.
_La señora Esther es de absoluta confianza No va contando por ahí lo que oye en mi despacho.