Página 4

2 1 0
                                    

Jimin decidió que estaba dejándose llevar por la imaginación, se guardó las llaves en el bolsillo y fue hacia el jardín. Si no pasaba por la tienda, esperaba esquivar a los empleados más antiguos de Suga y que nadie lo reconociera.

Sin embrago, no había ni rastro de Suga y no sabía si eso le alegraba o le preocupaba. Ya no tendría una excusa para no acudir a la cita del día siguiente.
En el fondo, había esperado poder enterarse de lo que pasaba sin tener que desperdiciar un par de horas con una discusión inútil.

Fue hasta el fondo de las instalaciones y comprobó que su hermano había dicho la verdad.en la parcela contigua había una excavadora y se podía ver que ya había tirado la casa de los antiguos propietarios.

—Es espantoso,¿Verdad? –Comentó una voz áspera detrás de él.

Jimin se dió la vuelta bruscamente y se encontró con la chica que había visto antes apoyaba en un reloj de sol de piedra. De cerca, pudo comprobar que tenía un cutis muy delicado, una nariz recta y unos ojos enormes de un color verde casi increíble.
—supongo –contestó él por decir algo –.sin embargo, todos los proyectos pasan por esta fase –añadió mientras intentaba disimular su impresión.

—Tu lo sabes bien. Eres ingeniero de proyectos –Jimin no solía de su asombro –. Me parece que eres, Jimin, el hermano de Suga. Él dijo que a lo mejor te veía hoy.

Jimin se quedó atónito.
—¿Dijo eso?
—Si. Aunque no dijo que fueras a venir aquí —ella sonrió y mostró unos dientes perfectos–. Por cierto, soy T/N Lovell. Sé que Suga estará encantado de verte. La señora Ferreira dijo que habíais estado distanciados un tiempo.

—¿La señora Ferreira?– él frunció el ceño. Jimin no sabía que Lisa seguía utilizando ese nombre.

—Tu madre –Puntualizó T/N que se había dado cuenta de su desconcierto –. Conozco Muy bien a tus padres. Pasan mucho tiempo en San Luis.

—¿Eres española?
—Me temo que no. En realidad,mi padre es americano, pero trabaja para la Administración británica y he pasado casi toda mi vida una pausa –.¿Y qué tiene que ver san Luis ?

—Mis padres también tienen una villa en San Luis. Allí conocí a Suga y le convencí para que me diera este trabajo.

—¿Te gusta? Me refiero al trabajo...
Ella se encogió de hombros y se apartó del reloj de sol; él volvió a quedarse impresionado por su altura. Sin embrago, al revés que una modelo, tenía unas formas bastante generosas y sus pechos, aunque no parecía llevar sujetador, eran firmes y altos...
Jimin se preguntó de dónde habría salido. Empezaba a sentirse demasiado atraído por ella. Hacia años que no se fijaba en los pechos de una desconocida y , aunque el frío los hacia más evidentes, eso no era una excusa. Debía de estar congelándose, a juzgar por las protuberancias que se marcaban debajo de la camiseta. También era evidente que el calor que sentía él no era por el tiempo que hacía.

—Esta bien – Jimin tardó un rato en comprender que ella estaba contestando a su pregunta –. Cuando termine la universidad, pensé que quería ser profesora, pero después de trabajar seis años en la ciudad, decidí que necesitaba un cambio de aires.

Jimin hizo un gesto de comprensión y se pusieron de camino hacia el edificio principal. T/N le seguía el paso con unas zancadas muy elegantes y él se dio cuenta de que tendría veintidós o veintitrés años, pero en ese momento decidió que rondaría los treinta años. Tampoco le importaba que fuera mayor que lo que se había imaginado. Al fin y al cabo, él tenía treinta y cuatro años, una historia que nadie envidiaria y una novia.   Además, seguramente , ella trendia novio.

—¿Llevas mucho tiempo aquí? –le preguntó Jimin.

Jimin quería encontrar una excusa para no entrar en la tienda. No le había sacado de su error cuando ella había dado por supuesto que no había visto a Suga todavía y sería bastante violento que el apareciera.

—Siete meses – hizo una mueca –.¡ Y has sido el peor invierno que se acuerda!  Se inundaron dos invernaderos y teníamos que venir a trabajar con botas de goma.

Jimin consiguió esbozar una ligera sonrisa.
—Un bautismo de fuego.
—De agua, más bien –le corrigió ella antes de echarse a reír –.¿Qué tontería! Todos los bautismos son de agua,¿no?

Jimin iba a preguntarle qué le parecía el norte de Inglaterra cuando ella cambio de expresión.Se ruborizó y él pensó que era una persona encantadoramente natural, pero otra voz de mujer lo llamó y Jimin tuvo que reprimir un gruñido al reconocer a su ex mujer.

FORBIDDEN LOVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora