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-Aun asi...- Suga se encogió de hombros - se me había olvidado la vista que hay desde aquí. Estoy seguro de que tu también la echabas de menos cuando estabas recluido en Abbey.

JIMIN estuvo a punto de echar a su hermano, pero eso habría provocado más preguntas que respuestas y decidió contenerse hasta que supiera qué quería.Aunque eso no alteraba su sensación al volver verlo. habían pasado casi cuatro años desde que mantuvieron una conversación muy seria y no podía negar que sentía cierta curiosidad por saber el motivo de su visita.

Quizá fuera el momento de olvidarse del pasado.habian sido muy Buenos amigos cuando eran niños, antes de que de la traición de Suga y el fracaso de su matrimonio los alejará. Tenía que sobrellevar el hecho de que tanto Lisa como su hermano fueran los culpables de que su matrimonio se deshiciera al fin y al cabo, ella era su mujer y Suga un hombre libre.

Naturalmente,eso no quería decir que tuviera que confiar en su hermano. El divorcio de Lisa había sido doloroso y demoledor y, durante meses, él solo había encontrado consuelo en la bebida.El vil comentario sobre la botella de whisky y sobre su estancia en Abbey, un famoso centro de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos, dejaba muy claro que su hermano no había ido a reparar su comportamiento.

JIMIN se sentó en la butaca detrás de la mesa y miró con curiosidad a su hermano. Suga parecía más viejo, aunque él también lo parecía.Eso era lo que pasaba con los traumas, sobre todo con los emocionales.

-¿Qué tal está Lisa?

Decidió enfrentarse a la situación y se sorprendió por lo poco que le costó. Durante meses, después del divorcio,el mero hecho de oír su nombre despertaba en el los deseos más destructivos, pero en ese momento solo sentía un ligero arrepentimiento por haber sido un tonto crédulo.

A Suga le sorprendió la pregunta.
-Está bien, supongo -respondió despreocupada mente - ¿Por qué no la llamas y te enteras?

Tuvo que hacer un esfuerzo, pero JIMIN consiguió que no se le notara la impresión.

- Prefiero no hacerlo -contestó mientras apoyaba las manos en los reposabrazos y esbozaba una sonrisa ante la aparición de la señora Esther -. gracias, parecen deliciosas -añadió al ver un plato con galletas.

-si necesita algo más, dígamelo -dijo la mujer mientras miraba de soslayo al visitante.
JIMIN sabía perfectamente lo que estaba pensando porque siempre había sido una mujer muy leal y se había sentido muy furiosa ante la traición de Suga.

- lo haremos -respondió Suga.
Él también Sabía lo que sentía la mujer y aquella era su forma de recordarle que su opinión no le interesaba lo más mínimo.

La señora Esther salió y cerró la puerta.pero JIMIN no hizo ningún gesto de tocar la bandeja de té. Si Suga quería tomarlo, podía servirse el mismo.

-¿Qué quieres?- le pregunto con un suspiro de resignación -. Si es dinero, estas perdiendo el tiempo. Aparte de que mi ex mujer hiciera todo lo posible por dejarme sin blanca, el mercado de la vivienda está en horas bajas.

-No intentes que me crea que tu negocio depende de los contratos familiares -replicó Suga con cierta firmeza -Resulta que me he enterado de que has llegado a un acuerdo para proyectar el centro comercial de Vickers Wharf -frunció el ceño y predio parte de su atractivo -En cualquier caso, no he dicho que quisiera dinero.Desde que Lisa invirtió casi toda la liquidación de su divorcio en el centro de jardinería, Todo va viento en popa -hizo una pau-
sa- . La verdad es que he comprado una pequeña parcela junto al vivero y espero que también podamos poner un invernadero.

-Me alegro por ti.
A JIMIN le alegraba saber que la perspicacia de su hermano para los negocios estaba dando frutos El centro de jardinería Ferreira había sido el negocio de su padre antes de jubilarse,pero Suga había sido el único hizo en heredar su amor por la tierra.Desde que Suga se hizo cargo del centro, el interés general por la jardinería le había permitido duplicar los beneficios.Eso y la contribución de su ex mujer, naturalmente.

—No Seas condescendiente –Farfulló su hermano, que había percibido algo más en el tono de Jimin –. No todos somos genios para los estudios, algunos tenemos ambiciones más modestas.

Jimin evitó el enfrentamiento. Era un agravio muy viejo y no estaba dispuesto a volver sobre él. Suga Sabía muy bien que él no era un genio ni un buen estudiante, pero se le daban bien las matemáticas y la informática le resultó fácil. Se licenció en ingeniería informática y a él la carrera como ingeniero de proyectos le había resultado tan natural como la horticultura a su hermano.

—Entonces –continuó Jimin –si no quieres dinero,¿qué quieres? No creo que hayas venido a preguntarme por mi salud.

FORBIDDEN LOVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora