Gentleman

κεφάλαιο έκτο

Para muchos, la idea de Harry siendo un excelente modelo podía parecer algo imposible, pero la realidad era que el alfa destacaba en las pasarelas por su gracia y elegancia, aunque solo lo hacía para modelar los atuendos exclusivos diseñados por su suegro y estilista personal, Hannibal Lecter.

Hannibal, el talentoso padre de Louis, era un respetado diseñador de alta costura que solo lanzaba una nueva línea cada tres años. Harry, como modelo exclusivo privilegiado, tenía el honor de ser el rostro de esas creaciones, añadiendo su propio encanto y elegancia a cada paso que daba en la pasarela.

Después de una mañana de deportes y diversión con la familia en Italia, la tarde dio un giro inesperado cuando Harry mencionó: "Sabes, hoy es uno de esos raros días en los que Hannibal presenta una de sus colecciones. ¿Te gustaría venir y ver el desfile, Lou?"

Louis levantó una ceja, intrigado. Aunque estaba acostumbrado a la presencia de Hannibal como diseñador de alta costura, no había presenciado muchos de sus desfiles. Hannibal era meticuloso hasta con su propio hijo. "¿En serio? ¿Por qué no? Podría ser divertido ver al gran Hannibal en acción."

Harry sonrió y, sin más preámbulos, llevaron a cabo el cambio de planes. Después de asegurarse de que los niños estuvieran cómodos y cuidados, la pareja se dirigió al lugar del evento, donde Hannibal presentaría su última obra maestra.

El desfile estaba lleno de glamour y sofisticación, con Harry desfilando con confianza cada pieza, reflejando no solo la habilidad de Hannibal como diseñador, sino también el encanto natural del modelo. Louis no podía evitar sonreír con orgullo mientras veía a su alfa brillar en la pasarela, sabiendo que formaba parte de un momento tan exclusivo.

Al final del desfile, Hannibal se acercó a la pareja, radiante por el éxito de su colección. "Harry, como siempre, has llevado mis creaciones a un nivel completamente nuevo. Eres el mejor modelo que podría tener."

Louis bufo celoso ante eso. "¡Yo soy tu hijo, papá!"

Hannibal se carcajeo y abrazó a su hijo por los hombros. "Estoy bromeando, hijo. Eres mi modelo favorito."

Harry le guiñó un ojo, volviendo a la conversación. "El honor es mío, Hannibal. Siempre es un placer lucir tus obras maestras."

Louis, disfrutando del ambiente glamuroso, sonrió. "Definitivamente, fue un espectáculo impresionante. Aunque, no puedo evitar preguntarme cuándo podríamos ver a Harry en una de tus creaciones fuera de la pasarela."

Hannibal y Harry compartieron una mirada intrigada, y el diseñador sonrió. "Quizás, en algún momento, podríamos organizar algo exclusivo para ti, Louis."

"Ya era hora, estoy empezando a creer que quieres más a Harry que a mí." Louis hizo un pequeño puchero mimado.

Hannibal besó su frente, sellando la promesa.

"Lo haré, cariño. Algo exclusivo y solo para ti."

Con esa promesa en el aire, la familia se retiró del evento, llevándose consigo la magia de un día que había comenzado con bromas y juegos, para transformarse en una tarde de moda y elegancia, mostrando una vez más la versatilidad y la exclusividad que envolvían a la familia Styles-Lecter-Tomlinson.

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Harry sostenía el manubrio de su Lamborghini con una mano, mientras la otra estaba entrelazada con la de Louis. El viento jugueteaba con sus cabellos, y las sonrisas en sus rostros mostraban la complicidad que siempre los acompañaba.

La música clásica de fondo proporcionaba la banda sonora perfecta mientras la pareja disfrutaba de la libertad de la carretera. Los mellizos dormían plácidamente en sus asientos para niños, permitiéndose una merecida siesta en medio de su viaje hacia un destino lejano.