Gentleman

κεφάλαιο Τρίτο

Aprovechando su calidad de jefe en Pleasing, la sofisticada marca de cosméticos y ropa sustentable que él mismo creó, Harry decide no ir ese día al trabajo y pasar el día con los niños.

Louis, por otro lado, anhela hacer lo mismo, pero con el inminente lanzamiento de la nueva colección de Dior en pocos días, donde él es el modelo estrella, se ve obligado a ir al trabajo. Una mezcla de entusiasmo y resignación se refleja en sus ojos mientras se despide de Harry y los niños con un beso.

En la oficina, la rutina de sesiones de fotos se ve interrumpida por la presencia de Zayn, el mejor amigo de Louis en la industria de la moda. Los tres, incluyendo a Cara, una omega rubia y de ojos claros, se ven atrapados en el ambiente vibrante de un karaoke improvisado.

"Yo no quise dejarte, no quería pelear, comencé a llorar. Pero recordé que..." Zayn miró a Louis y Cara, quienes rápidamente se apoderaron del micrófono, llevando la melodía a una nueva dimensión.

"Puedo comprarme flores a mí mismo." Ambos omegas se sumergieron en la coreografía, saltando y bailando con energía desbordante.

En ese momento, lo que originalmente era una sesión de fotos se transforma en una fiesta improvisada en pleno estudio. Las risas contagiosas y las bromas entre las poses se convierten en el sello distintivo del día, creando un ambiente de trabajo que se siente más como una celebración de la amistad y la creatividad que como una tarea laboral.

Los flashes de las cámaras capturan no solo la elegancia de las prendas de la nueva colección, sino también la alegría palpable que emana del trío de omegas.

Así, entre risas, poses extravagantes y notas desafinadas que se pierden en la diversión, el día en la oficina se convierte en una experiencia memorable, donde la moda y la música se fusionan en una armonía única.

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Louis sale del estudio horas más tarde, y al llegar a su auto, divisa a Harry reclinado contra su Camaro, deleitándose con una paleta y absorto en su celular. Al avanzar hacia él, Harry deja la paleta a un lado, abre los brazos y eleva la mirada.

En un instante, Louis se funde en el abrazo reconfortante de Harry, inhalando el embriagador aroma que mezcla el dulce cacao con la esencia de sus pequeños, quienes, notoriamente, no están con él en ese momento.

"¿Y los bebés?" Louis se acomoda sobre el fornido pecho de Harry, ataviado con sus extravagantes prendas Gucci.

"Los niños están disfrutando con el divertido tío Jacob." Harry menciona, refiriéndose a su hermano. "No hay de qué preocuparse." Harry aclara ante la duda en los ojos de Louis y sella su explicación con un beso en los labios. "Sabes que no los dejaría si no estuviera seguro de que estarán bien, ¿verdad?"

Louis asiente con una sonrisa sincera. "Y, ¿a qué se debe tu visita?"

Harry sonríe y le abre la puerta del Camaro.

"Hoy, bonito, tú y yo tendremos una cita, solo tú y yo, ¿te parece?" Louis sube al auto después de recibir un beso, sabiendo que su auto posiblemente será seguido por algún guardaespaldas de Harry.

"Me parece genial." Louis responde cuando Harry se acomoda a su lado y enciende el auto.

"¿Te gustaría ir a la ópera?" Harry entrelaza sus dedos con los de Louis y deja un beso en sus nudillos.

Ambas manos reposan después en el regazo de Louis.

"L'amour est un oiseau rebelle... suena interesante." Louis sonríe.

"Después, quizás podamos ir a cenar, ¿te parece bien eso?" Harry pregunta con una sonrisa auténtica.

Esa es una de las cosas que Louis adora de Harry, su disposición siempre primordial para obtener su consentimiento.