Antes de bajar hacia la cocina, Askel se coloca ropa, un pantalón gris cubre sus piernas colgando de sus caderas, junto con una camisa blanca básica. Al no tener ropa aun aquí me dio una de sus camisas, una blanca manga larga que me llega hasta las rodillas. Luego de eso bajamos a la cocina, donde Askel se ha encargado de preparar todo, rechazando mi ayuda.
Es sorprendente lo acogedora que me resulta esta casa. Es preciosa, tan rústica, sutil, llena de vegetación y tranquilidad. Camino hacia el ventanal con puertas dobles que da hacia afuera, una terraza cubierta con piso de madera me recibe, hay una comedor redondo junto con sillas del lado derecho, al otro lado un juego de sofás y más adelante se abren varios metros de césped verde con alguna que otra flor plantada.
Más allá de eso, solo se ve el imponente bosque que nos rodea. Noté con mi intento fallido de escapar, que esta casa está ubicada en lo alto de una montaña. La vista que tengo desde aquí es espectacular.
-Puedes salir, la vista es mejor desde afuera- la voz ronca de Askel me hace apartar la vista para observarlo. Está de pie junto a la estufa, con la vista fija en mí – Ve, llevaré el desayuno afuera.
Asiento para caminar hacia las puertas francesas deslizándola hacia un lado, me recibe la brisa fresca. Camino descalza por el suelo de madera hasta llegar al final donde se une con el césped. Apoyo mis pies desnudos y la suavidad de este me hace suspirar de placer. Camino con paz analizando el espacioso jardín, me imagino lo que haría con él si fuera mío.
- ¿En qué piensas? - la voz de Askel interrumpe mi fantasía, me vuelvo a observar para verlo a unos pasos de mí, de pie sobre el piso de madera. Es tan alto, imponente e intenso.
-Siempre me ha fascinado preservar las cosas que siento son maravillosas y únicas. Me gusta crear, siempre me ha encantado plantar flores – admito con nostalgia mientras vuelvo mi mirada a las pocas flores que hay aquí- No puedo explicar lo mucho que me gusta ver florecer algo, solía hacerlo con Bianca desde que era pequeña. Ella me enseñó todo lo que sé sobre su cuidado.
Mi corazón se encoge ante el recuerdo.
-Como puedes notar, no tengo la misma pasión – admite mientras señala el vacío espacio del jardín. No puedo evitar reír lo que hace que la herida me moleste.
-Ven, necesitas comer y tomar medicinas – su voz ha vuelto a hacer eso, volverse dominante. No me gusta que me ordenen, pero tiene razón. Necesito energía. Camino hacia la mesa sentándome en la silla que separa para mí. Agradezco en voz baja mientras tomo asiento con cuidado.
Observo toda la comida que hay. Huevos revueltos, fruta, pan tostado, queso, mantequilla, Jugo de naranja, café, salchichas, jamón, no puedo evitar arrugar un poco el gesto al sentir el olor de estos dos últimos.
-Sírvete a tu gusto – ordena mientras comienza a llenar su plato con todo lo que preparó. Tomo la cuchara para servir, eligiendo un poco de huevos revueltos, fruta y algo de queso. Estoy a punto de dar el primer bocado cuando noto su mirada, levanto la ceja con desconcierto - ¿Por qué no tomas algo de salchicha y jamón? Necesitas comer proteína.
-Oh, es que no me gusta, la única carne animal que tolero es el pescado – admito mirándolo fijamente. Frunce el entrecejo – supongo que es algo raro de ver en esta isla.
-Definitivamente, no hay muchos de esos por aquí – un brillo depredador cruza su mirada mientras me observa – Aunque lo respeto, lo tendré en cuenta de ahora en adelante ¿Qué cosas comes por lo general? – interroga mientras lleva comida a su boca.
-Huevos, queso, lácteos, legumbres, pasta, arroces, tubérculos, frutas, verduras, cosas fritas, amo las cosas fritas, la única proteína que tolero de vez en cuando es el pescado – le explico mientras llevo fruta a mi boca, el mango es dulce y se deshace en mi boca – Las únicas cosas que no cómo, son las demás proteínas animales, carnes rojas o blancas, es imposible para mi – un escalofrío me recorre sin poder evitarlo.
ESTÁS LEYENDO
Dentro del Bosque
FantasíaEl universo siempre a estado rodeado de cosas maravillosas e inexplicables. Una de esas tantas cosas habita en la Isla Australe. Ven, camina junto a nosotros dentro del bosque. En esta historia descubriras lo fuerte que son los lazos del alma. ...