Capítulo #6

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He perdido la noción del tiempo mientras estoy encerrada aquí. Han podido ser minutos, horas, no estoy segura. Pero solo sé que ha sido un largo tiempo. Sonidos de pasos hacen eco en el espacio. El sonido de la reja siendo abierta me pone en tensión.

Hay alguien aquí conmigo.

-Levántate, se requiere tu presencia en el consejo - la voz de un hombre me avisa, levanto mi cabeza y lo observo, es otro guardia. Gracias a Dios no son los anteriores. Coloco las manos en el suelo y me impulso para colocarme de pie. Mi cuerpo me duele de una forma espantosa. Cuando estoy de pie noto como este me observa con incomodidad, mientras me da espacio para salir de la celda.

No me toca, no se acerca a mi mientras subimos las escaleras llegando al corredor por el que me arrastraron. Al llegar a unas puertas dobles me detengo, el guardia me rodea para abrirlas, me hace un gesto con la cabeza, indicando que entre. Algo parecido a la lastima brilla en sus ojos.

Camino hacia donde me indica, me detengo al llegar a su lado.

-Gracias por no hacerme daño- murmuro en voz baja. Lo siento tensarse a mi lado, no me giro a verlo. Solo camino, observando el suelo de mármol. Estoy cansada, tan cansada, solo quiero que esto termine. Un grito de asombro invade el lugar, y se que es Ayla. A pesar de eso no levanto la mirada. Pero las siento, o como las siento.

Miradas.

Pares de ojos observando, unos familiares otros no tanto. Hay tanta frialdad en este lugar. Puedo sentir la energía que desprende Askel, ruego a Dios que no haga nada, solo complicaría la situación.

-Levanta la mirada - una voz dulce llena el ambiente. Tomo una respiración profunda antes de levantar mi cabeza. Me tomo el tiempo de cruzar la mirada con cada una de las personas que están en este lugar.

Sillas parecidas a tronos rodean la cúpula, se sientan en forma de medialuna. Detrás de ellos grandes ventanales muestran el paisaje que rodea este lugar. Analizo a cada uno, comenzando de izquierda a derecha.

Los primeros asientos están ocupados por dos hombres, sus ropas son en tonos amarillo, diferentes tonalidades. Uno de ellos me observa con curiosidad y el otro con indiferencia, detrás de esa mirada fría hay hostilidad. Aparto la mirada, fijando mi vista en el hombre que está de pie en medio de ellos, cabello rubio cenizo de ojos azules, me observa con curiosidad. Sigo mi mirada a las personas que están a su lado; en este caso hay tres asientos, un hombre junto a una mujer,y en el restante otro hombre de cabello castaño adornado con canas; los colores de sus ropas son en tonos cafés, y entre ellos de pie está el hombre que discutía con Askel, el que me envió a la celda.

Su entrecejo está fruncido mientras analiza mi rostro, su mirada fija en la herida que tengo en la frente. Su boca se convierte en una línea fija, diré que algo de arrepentimiento refleja su rostro.

Siguen una mujer, los colores de su ropa son azules, a cada lado de ella está una persona, una mujer joven que me observa horrorizada cabello blanco igual que la mujer que está sentada y un hombre alto musculoso de cabello blanco con ojos grises.

Por último, las cuatro personas que me brindaron su hospitalidad, la ira, el dolor recorren sus facciones. Los ojos se me llenan de lágrimas ante eso, pero evito llorar. Lo evito lo más que puedo.

- ¿Cuál es tu nombre humano? - la misma mujer que me pidió levantar la mirada me interroga. Centro mi atención en ella antes de hablar.

-Ágata- murmuro con voz entrecortada.

- ¿Quién te hizo daño? - la voz de un hombre atrae la atención de todos, su cabello es castaño, ojos cafés claro me observan con curiosidad. El otro hombre, que deduzco es su hermano por el parecido me observa con extraña curiosidad, sus ojos casi de un color café dorado no dejan de recorrer mi rostro. Aparto la mirada observando el suelo.

Dentro del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora