Alchemist

Ignite

Aterrizamos en un claro al lado de una gran montaña. El dragón azul nos indica que ya hemos llegado y nos ayuda a bajarnos de su lomo, al estar en tierra el dragón mengua hasta alcanzar un tamaño más razonable, si ante nosotros se encontraba un dragón de tres metros, ahora mediría algo menos de dos. En ese momento me percato de que aún no sabíamos su nombre, por lo tanto le pregunto por él.

-Tienes razón, que modales los mios, me llamo Aisu Toketsu, de la familia escarcha - Contesta mientras hace una solemne reverencia.

-Encantado, yo soy Keith Richards-.

-Y yo soy...

-Airlia Watts, lo sé, eras mi objetivo desde hace ya bastantes días-Me corta Aisu.

-¿Tu objetivo?-.

-Ahora mismo lo entenderéis, vamos-Dice mientras se dirije al pie de la montaña y golpea una secuencia de ladrillos de piedra.

Con esto se abre una puerta de piedra que estaba oculta entre un par de arbustos. Aisu entra y nos anima a seguirle. Nosotros nos miramos y le obedecemos.

El interior de la cueva es bastante oscuro y me cuesta unos minutos ajustar la vista a la oscuridad, para cuando lo consigo Aisu nos lleva por unas escaleras de piedra con forma de caracol.

Tras pasar una verja llegamos a otro pasillo esta vez iluminado con antorchas a los lados. Este nuevo pasillo nos lleva a una sala circular bastante grande en la que se puede ver una alfombra azul y roja con dos escudos grabados en ella. Uno de unas llamas y otro de un copo de nieve.

En la misma sala encontramos otra puerta de madera con cerradura, Aisu saca una llave y la abre, después nos dice:

-Ahora vais a ver al jefe de la familia Ignite, el gran Hokori, él verificará si recibireis su hospedaje o no. Os sugiero que seais respetuosos con él, es más bien, tranquilo-.

-Vale, muchas gracias por todo Aisu, de verdad-.

-Si, si no nos hubieses ayudado a salir, no lo contamos-.Dice Keith con una sonrisa y admiración.

Dicho esto, Aisu entra a la sala y nosotros entramos después. En la sala vemos a un gran dragón algo más grande que Aisu con las escamas rojas pálidas. A los pocos segundos de entrar el dragón azul hace una reverencia y sale de la habitación, cerrando la puerta detrás de él y dejándonos sólos con el dragón.

Tras unos minutos de silencio y tensión, el dragón habla por fin:

-Vaya, por fín tenemos aquí a nuestra huésped especial, Airlia Watts, ¿Me equivoco?-.

-No señor, no se equivoca-Digo con algo de miedo.

-Creo que sabe por qué está usted aquí-.

-Si, señor-.

-¿Qué teme tanto, señorita Watts?-.

-No tengo miedo de nada, si he decidido venir hasta aquí no es para acobardarme, señor Ignite - Contesto con determinación.

-Eso me gusta, deberíamos empezar a hablar de por qué estais aquí pero es verdad que ha sido un viaje complicado y estaréis cansados, si pasais por la puerta que tengo a mi espalda, llegareis a unos pasadizos, sólo teneis que seguir estas indicaciones y llegaréis a la casa de la familia. Allí os estarán esperando y os darán vuestra habitación-Nos explica dándonos un pergamino y apartandose de la puerta.

Keith coje el pergamino y nos dirigimos hacia la puerta. Esta se cierra justo cuando entramos a un oscuro pasadizo con alguna antorcha en las paredes. El pergamino constaba de una serie de cinco números con una letra mayúscula a su lado.