Capitulo 3

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-¡Es estúpidamente imposible que las cámaras no hubieran grabado nada!

-Lo siento señor, hemos revisado todo como usted nos lo pidió no ha entrado ningún niño, ni a la empresa, ni a su oficina- contesto nervioso.

-¿Entonces me estás diciendo, mentiroso?- sonrió con malicia si algo odiaba de la vida era que lo llamaran de esa manera.

-¡NO!- contesto alarmado- no quise decir eso, solo que no tenemos explicación, las cámaras de seguridad no muestran nada y los guardias de seguridad tampoco han visto a nadie.

Yibo aflojo el nudo de su corbata que comenzaba a quitarle el aire, en toda su vida nunca se había topado con nada paranormal ¿sería esta vez la primer experiencia que viviría?, imposible se estaba volviendo loco, recordaba de niño tener una amigo imaginario que con el tiempo se fue.

¿habría regresado?

-¡SEÑOR!- grito el guardia, aunque al momento se arrepintió por la mirada asesina que le había dado su jefe.

-Retírense, si ven a ese niño tráiganmelo a la oficina.

Los guardias salieron, uno más confundido que el otro, sospechaban que a su jefe le hacía falta un descaso.

Yibo tomo su celular marcando a su madre, necesitaba quitarse una duda de encima, después de algunos momentos la madre del castaño contesto el celular.

-Oh mi precisos bebe me ha marcado, ¿acaso este es el fin del mundo?- Yibo solo giro los ojos

-Hola mamá, una pregunta- espero un poco, le daba pena lo que iba a decir- recuerdas que de pequeño tenía un amigo imaginario.

Un silencio sepulcral se escuchó desde la otra línea del teléfono.

-Claro que lo recuerdo, ¿volvió a aparecer?- aguanto la risa, al parecer no le había hecho bien a su hijo irse de casa

-Ah no, solo se me vino un recuerdo no tienes nada de qué preocuparte, cuídate mucho mamá te quiero, adiós- colgó de inmediato y se puso de pie, se dirigió al baño de su oficina y se mojó la cara, lo más seguro era que estaba cansado y ya estaba alucinando, ayer por la noche no había podido dormir pensando de dónde provenía ese niño que había entrado a su oficina y lo había retado con la mirada.

Salió decidido a continuar su trabajo, cuando estuvo fuera se dio cuenta de que otra vez el sujeto pequeño estaba sentado, pero ahora estaba en su silla girando de un lado a otro.

-Tú, ¿Qué haces aquí?- dijo acercándose con cautela.

-La silla es muy cómoda y huele a ti.

-Claro que huele a mí, he estado sentado todo el día.

-¿No descansas?.

-Lo hago, solo que tengo muchas cosas de las que ocuparme, eres muy pequeño para estar preguntando este tipo de cosas.

-Poyeso eyes así- se cruzó de brazos viendo al adulto que se había sentado frente a él, escuchaba muy seguido que su tío Niall le hacia esa pregunta a su papi, algo buena tenía que sacar de las conversaciones que escuchaba.

-¿Ser así como esta eso?- Cruzo su pierna derecha y tomo con fuerza el reposabrazos de la silla

-Enojón, tu ceja siempre está casi junta- se bajó de la silla y se acercó al castaño, toco la entrecejo de este con la intención de ya no estuviera enojado

El ceño de Yibo se relajó de inmediato, nadie nunca en su vida se atrevería a decirle semejantes palabras, claro nadie excepto su amigo imaginario y a decir verdad el toque se sentía real, la manita del sujeto pequeño era suavecita y se sentía tibia.

Entre esas miradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora