Capitulo 4

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La semanas habían pasado y Yibo se había encariñado con el que creía su amigo imaginario, el sujeto pequeño había estado visitándolo casi diariamente y los días que no iba Yibo deducía que era porque de verdad estaba descansando bien, hoy sería su cita con el psiquiatra después de tanto tiempo.

-¿Quién es?- pregunto Adriel curioso, Yibo le había comentado su cita con el doctor pero al parecer el pequeño no sabía de quien se trataba.

-Él es el encargado de tratar problemas relacionados con la mente.

-¿Estas malito?- hizo un puchero.

-Me estoy volviendo loco, basta con solo verte para darme cuenta que mis traumas de niño volvieron.

-¿Taumas de qué?

-Es larga la historia, he visto muchas películas relacionadas a lo que me está pasando, solo tengo que ir tratarme y tu desaparecerás y yo voy a estar bien.

-¿No me quie..-

-No lo digas.

-¿Que?

-Eso, eso que ibas a decir de si te quiero o no.

Adriel ya no menciono nada, se bajó del asiento que Yibo había improvisado con almohadas, tomo sus colores una hoja que ya estaba coloreada y se fue.

Como todos los niños cuando son pequeños buscan de alguna manera el cariño y el amor de las personas que están a su alrededor, sin embargo el alfa se había negado a tan siquiera dejarlo terminar la pregunta, no era que no le bastara con el amor de su papi o su tío simplemente veía a Yibo como una figura paterna, pero cuando salió de su oficina este ni siquiera lo había volteado a ver.

Lo que no sabía Adriel era que Yibo estaba teniendo una pelea mental con el mismo, se negaba a aceptar que ese niño era real, pero al mismo tiempo deseaba con todas sus fuerzas que si lo fuera.

De camino al psiquiatra Yibo pensaba en muchas cosas, pero últimamente tenía dos primordiales.

1 El pequeño que aparecía en su oficina día con día

2 El omega que había entrado a su oficina aquel día y con el cual había sumamente grosero.

Decirle a alguien que ocultara su olor era el equivalente a decirle que olía mal o que ocultara su cara, él nunca había tenido tacto a la hora de hablar, al parecer a su madre y a su padre se les había pasado darle la clase de socialización que les dieron a sus hermanos.

Estaciono el carro y fue directamente con la asistente, dio sus datos y después de cinco minutos el psiquiatra salió gritando su nombre.

-Pase señor Wang- se hizo a un lado para darle el paso

Yibo solo torció el gesto por un momento, cuanto odiaba cuando lo llamaban señor, ¿Qué acaso nadie sabe cuántos años tiene?

Una vez tomo asiento espero en silencio a que el hombre frente el hablara.

-Me comentaste que estas teniendo alucinaciones con un pequeño ¿no es así?

-Lo es, hace unas semanas atrás apareció, primero pensé que era hijo de alguno de mis trabajadores pero no, con el paso del tiempo ha estado apareciendo progresivamente en mi oficina.

-El lugar donde aparece suele ser el mismo o es en diferentes partes-

-Solo el trabajo- se asustó por la cara de preocupación que mostro el doctor- ¿pasa algo?, ¿me estoy volviendo loco?¿me tiene que internar de emergencia?.

-Tranquilízate Yibo, solo estoy tratando de encontrar la raíz del problema, solo responde a estas preguntas de manera directa.

-Bien- exhalo todo el aire que estaba reteniendo.

Entre esas miradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora