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Dime, ¿algún día volveré a sentir? Dime, ¿algún día voy a sanar? Tengo un vaso lleno de lágrimas, bébelo todo, di: ¡Salud!.
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Taehyung se sentó junto a Jimin en la banca que se ubicaba frente a la puerta de salida de su prestigiosa escuela. Estaba destinada a que los alumnos esperaran ahí a que los recogieran, por lo que a Jimin no se le hizo raro que su amigo acomodara su bolso en el suelo suelo y se sentara.
Lo que sí le pareció extraño fue que, a comparación de su estado habitual, Tae parecía molesto esta vez pues su cara estaba arrugada y sus feromonas iban saltando fuera de su cuerpo con toques demasiado especiados y fuertes.
Luego sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Odio a mis padres -lloró, dejando caer la cabeza sobre el regazo de su consternado amigo, que no hizo más que acariciarle el cabello—. Yo tengo catorce años y... y...
—¿Qué hicieron esta vez?
Taehyung empezó a sollozar.
—Papá cerró un contrato con un viejo amigo de la universidad. Sabrás que, para personas como nosotros, ningún trato queda solo ahí... —Respirando entrecortadamente, el omega se volvió a sentar derecho y sacó su teléfono móvil para mostrarle unos mensajes a Jimin—. Mi madre me acaba de decir que el chofer de los Hwang, que es la familia del amigo de papá, vendrá a recogerme, y que me están invitando a comer y pasar la tarde junto al mayor de sus hijos. ¡No quiero!
Jimin abrió la boca con sorpresa, sintiéndose mal porque sabía que para los grandes empresarios, como lo eran los padres de Taehyung, cualquier asunto que se resolvía mediante contrato necesitaba también formalizarse con lazos.
Y aunque el chico no lo quisiera, era poco lo que se podía hacer para contradecir a los padres, por lo que cuando un lujoso auto se estacionó fuera del colegio y el chofer, perfectamente pulcro, llamó por Kim Taehyung, el chico sabia mejor que quejarse y humillar a su familia no era la solución para nada.
Así que tuvo aquella cita organizada en la que conoció a Hwang Changbin, un alfa tres años mayor que él, pero que era muy educado y agradable. Todos estuvieron muy felices de que ambos muchachos se hubieran llevado bien, por lo que internamente los adultos pactaron el compromiso. Taehyung no se enteró de nada hasta que cumplió dieciocho y su madre lo llevó a ver trajes para novios.
