capitulo dos: "extraño"

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   Yëń₹ę ₹ÆČ№¥ había caído en el planeta tierra. Los Jóvenes Titanes, como se hacía llamar el grupo de chicos dueños de la torre donde se había estrellado, le contaron todo lo que necesitaba saber sobre ese mundo; quienes eran y lo que hacían, siendo héroes de ese lugar. Se decepcionó cuando descubrió que Chico Bestia no era el antiguo Dios protector de su planeta, sólo se parecía demasiado.

Aún cuando los humanos fueron amables al contarles lo que estaba ocurriendo, él no podía. ¿Cómo les decía que había huido como un cobarde abandonando su planeta? ¿Cómo les explicaba que había asesinado a la mitad de sus habitantes?

—Hey... —alguien aparece a su lado, reconociendo que era el humano verde conocido como Gar o Chico Bestia. —¿Estás bien? —se sienta a su lado en el piso. Los Jóvenes Titanes le habían dado espacio, pensado que eso le haría hablar. Sentado frente a la gran vista, suspira.

—Me siento... №!₡^ —dice viendo el cielo oscuro frente a ellos. Yëń₹ę ₹ÆČ№¥ sólo podía pensar en todo lo que había pasado hasta ese momento.

—No sé que significa, pero no suena bien.

—No lo es. —abrazando sus piernas con más fuerzas contra su pecho, siente el frío de ese planeta.

—Lo siento. —el chico verde le cubre con una manta que no había notado llevaba en sus manos. Es gentil y amable.

—Yo disculpar. —dice ocultando su rostro. —Contigo, por besar. —Starfire le explicó que eso era algo diferente en ese mundo.

—¡Oh no! —Chico Bestia se sobresalta. —No te preocupes por eso, no estuvo... Digo... No me molestó. —murmura rascando detrás de su cuello. Viéndole de lado, Yëń₹ę ₹ÆČ№¥ le sonríe.

—Eres lindo.

—¿Gra... Gracias? —Chico Bestia no se esperaba eso. —Oye, sea lo que sea que esté pasando, nosotros podemos ayudarte, en serio. Aunque no seas de este planeta. —asegura. —O... Podemos sólo escucharte. —el chico se había negado a hablar, pero notaron lo triste que se veía al pensar en eso, así que le dieron tiempo. ¿Qué podía haber pasado para que llegara, de tal manera, de otro planeta?

—Ser bueno. No lo merezco. —sentandose derecho, da una sonrisa a Chico Bestia, quien no entendía a que se refería con eso.

—¿Por qué dices eso?

El alienígena de otro planeta no dice nada más, sino que recuesta la cabeza en su hombro.

—¿Puedo? —pregunta aunque ya lo había hecho.

—Por supuesto. —Chico Bestia no le negaría un hombro a nadie, menos a esta extraña persona que parecía necesitar uno.

¿Ahora qué haría?, piensa Yëń₹ę ₹ÆČ№¥. No podía volver a su planeta, no había nada allí para él.

Luego de un rato, Chico Bestia nota que la persona a su lado se ha quedado dormida, dándole una mirada de reojo.

Levantándose con cuidado, lo levanta con él, luego tomandolo en sus brazos. Piensa dejarlo en el sofá, pero se veía tan cansado y golpeado, necesitaba más que esos cojines y una manta. Necesitaba una cama, pero aunque la torre contaba con varias habitaciones, ninguna estaba amueblada. Entonces decide llevarlo a la suya.

Acostandolo en ella cuando llegan a su habitación, Chico Bestia lo arropa y observa el desastre que es el lugar. Cuando despertara, sería lo primero que viera su inesperado invitado. Entonces, comienza a limpiar. No quería que pensara que era desordenado, aunque lo era.

[...]

Cuando Yëń₹ę ₹ÆČ№¥ despierta, está en un nuevo escenario, pero se siente tan cómodo que no piensa moverse. Recuerda haberse dormido en algún momento al lado de Chico Bestia, pero ahora despertaba en una habitación. Sintiendo la necesidad de estirar su cuerpo, siente un pequeño calor a su costado. Observando, encuentra a una criatura que no había visto antes. Es mediana, con cuatro patas, una cola y orejas largas. Llevando una mano a su lomo, siente lo suave de su pelaje, lo que le hace acariciarlo.

De otro mundo | Chico Bestia [BL] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora