De otro mundo | Chico Bestia [BL]

capitulo ocho: "NîX"

—Gracias. —Yen le dice a Cyborg cuando el chico termina de quitarle los brazaletes de las muñecas y tobillos.

—No es nada. —Cyborg le dice con el mismo tono decaído que Yen utilizó.

Actualmente se encontraban en las alcantarillas de la ciudad, resguardados de :îx¥0£ €₲℅Æ mientras pensaban qué hacer. O, al menos, enfriar la cabeza ante lo que había ocurrido hace tan sólo unos minutos.

Dando una mirada al grupo que habla a parte, Chico Bestia le regresa la mirada a Yen antes de apartarla con un ceño fruncido. Yen entiende que está molesto, pero no conoce la historia completa. Yen sabe que es su culpa. Si hubiera sido sincero desde el comienzo, quizás algunas cosas serían diferentes.

—Yen. —deteniéndose frente a él, haciendo que alce la vista de sus muñecas libres, Robin le mira con seriedad. —Es momento de que hables.

No querían pensar mal sobre el chico que se había vuelto uno más del grupo, pero todo lo que había pasado más las palabras de aquel extraño...

—Está bien. —Yen se levanta ante la mirada de todos. Sin embargo, sólo le importa una. —Sólo... Espero que esto...

—Tranquilo. —Starfire es quien se acerca, notando la angustia del chico. —Dinos qué ocurre.

Suspirando, Yen comienza a hablar.

Su planeta, NîX, vivía literalmente a través de ellos, de la familia real. Cada heredero en línea nacía con la sangre especial que mantenía al planeta en pie, conectados desde su creación. Sin embargo, cuando la familia tenía más de un heredero, sólo uno llegaba a poseer aquella unión especial. Usualmente era el primogénito, pero en el caso de la familia de Yen, había sido su padre, el segundo hijo, el bendecido.

Su tío enfureció cuando entonces su hermano heredó la responsabilidad de gobernar NîX en lugar de él, pero no fue hasta mucho después, que intentó actuar en contra de ellos; eso lo llevó a ser desterrado con su familia.

Todo estuvo bien hasta que se anunció la futura coronación de Yen, el único hijo de la familia. Sin embargo, no fue su tío quien actuó, sino su primo. Al parecer su tío había muerto hace un tiempo, y con el rencor por haber crecido en el exilio, :îx¥0£€₲℅Æ decidió que haría algo al respecto. Él debía ser el heredero que gobernara NîX, no su pequeño primo.

Formando todo un ejército, atacó. Y llegando hasta el castillo, se hizo paso entre la sangre derramada. Asesinó a su tío, el padre de Yen, queriendo hacer lo mismo con él. Pero no podía. No porque no quisiera, sino porque entonces no tendría un reino para gobernar.

Si el heredero con la sangre especial moría antes de dar otro, el planeta se iría con él.

Y aún cuando había llegado al castillo, robando el trono, el pueblo se oponía a seguirlo. Obligando a Yen a casarse con él pensó que eso podría calmarlos, pero no funcionó. Mientras el legítimo príncipe viviera, él no sería nada. Entonces... Tendría que tener otro.

Por suerte, Yen logró escapar antes de que :îx¥0£€₲℅Æ pensara en cómo lograr eso. Yen no quería huir, no quería abandonar su planeta, pero si moría condenaba a todos. Mientras siguiera vivo, había un poco de esperanza. Y por esa misma razón Yëń₹ę ₹ÆČ№¥ se sentía culpable todo el tiempo.

—Eso es todo. —Yen finaliza su historia con un tono de voz decaído. Era un cobarde, un traidor, eso era lo que quería ocultar.

—¡Oh, es tan triste! —luego de un pequeño silencio, es Starfire quien habla primero, volando hasta Yen para abrazarlo.

—Está bien, Starfire, tranquila. —el alienígena palmea la espalda de la chica que tenía atrapada su cabeza. Y mientras intenta que le suelte, nota como una segunda persona se acerca. Entonces su corazón se acelera, ansioso.

Luego del encuentro con :îx¥0£€₲℅Æ, de sus palabras, Chico Bestia no podía verle a la cara. Y luego de escapar, no le dijo ni una palabra, manteniendo la distancia entre ellos. Fue doloroso, Yen temía que eso pasara.

—Yo... —Gar, pasando una mano por su cabello, luce nervioso. Starfire se da cuenta, así que les permite unos minutos a solas. —Siento haberme molestado.

—No lo sabías. —Yen de inmediato lo justifica, notando lo mal que Chico Bestia se sentía. —Lo entiendo. —dice. Era obvio que, luego de escuchar aquello de parte de su primer, reaccionara de esa manera. Había sido su culpa. —Pero no... quise engañar. En especial tu.

El chico pelirrojo le da una sincera mirada a quien no sabía si seguía siendo su pareja.

—Lo siento. —Gar no soporta la distancia entre ellos, atrapando a Yen en un gran abrazo que intenta consolarlo. Sabía que algo les ocultaba, pero no esperaba todo aquello.

—¿Estamos bien? —Yen se aferra a la camisa de Chico Bestia, ocultando el rostro contra un hombro. Le sorprendió el abrazo, pero era todo lo que necesitaba en ese momento. En especial si venía de él, la persona que realmente quería. —Seguir... ¿Juntos?

—¡Por supuesto! —Chico Bestia se separa de Yen para sostener su rostro, mirándolo con un ligero miedo. Aunque había actuado como un tonto, no pensó en terminar con Yen en ningún momento. Lo quería ¡Lo quería mucho! No era su primer amor, pero si la primera persona con la que sentía aquella conexión tan especial. Ningún familiar alienígena debería arruinar eso.

—Eso me hace feliz. —Yen dice a la perfección, sonriendo por primera vez desde que :îx¥0£€₲℅Æ había aparecido. Se siente aliviado, no quiere perder a Gar. Es realmente importante para él.

Ambos comparten una larga mirada llena de cariño, sonriendo al otro, felices por haber resuelto aquel malentendido.

—Vamos, debemos pensar en cómo ayudarte. —Robin interrumpe el momento.

—¿Lo harán? —Yen se ve sorprendido por las palabras del azabache.

—Por supuesto, eso hacen los amigos. —Raven, quien casi no hablaba, dice con una pequeña sonrisa un poco difícil de percibir. Pero está allí.

—Además, nadie ataca así nuestra torre y se va sin consecuencias. —Cyborg agrega con una sonrisa de amenaza, listo para patear traseros alienígenas.

—Gracias. —Yen pensó que lo perdería todo, pero había encontrado a un grupo increíble de amigos. Solo no podía enfrentarse a su primo, pero con ellos sentía que lograría ganarle.

Tomando la mano de Yen, Gar le da una sonrisa llena de confianza.