Te amo

41 5 1
                                    

Raine no solía viajar en sus vacaciones. Básicamente se quedaba en casa comiendo y durmiendo, no hacía nada emocionante más allá de adelantar trabajo de vez en cuando, salir de compras, cocinar y ver en televisión alguna película antigua que disfrutase. Era en esos días de películas donde recordaba a Eda, a su apartamento, a su cama de sábanas grises y el olor a café con cigarrillos.

Mientras comía su helado solitario en cama volteaba de vez en cuando a la puerta, imaginaba la cocina de Eda, ella sirviendo los platos de comida recién comprada mientras elle se acercaba por detrás, la abrazaba por el estómago y le daba un beso en su hombro, aquel resumen de un "buenos días" sin palabras. Recibía un beso en su cabeza y podía sentir que volaba.

Lo admite a veces cuando está a solas, con los amigos de su edad y los que son sus alumnos, a veces incluso con extraños, cuando quiere darse una oportunidad con alguien más, casi siempre a los seis meses de una relación informal, admite la vergonzosa realidad de que ya no cree en el amor. Perdió aquella belleza desde que supo del engaño y el desamor en una misma relación con la persona que cree nunca podrá olvidar.

Pasaron más de veinte años y aún seguía pensando en ella. Pensaba en su cabello pelirrojo, en sus ojos cobrizos casi miel, podía incluso sentir el sabor de sus labios sobre los suyos... Quizá, por la vergüenza de esos recuerdos que la atormentaron de golpe justo cuando Eda daba todos los indicios de querer besarle, quizá solo por eso se alejó casi huyendo de la cercanía.

Se siente tan estúpida que la única forma de remediarlo es que Eda se vaya por ahora, tal vez la llame luego de media hora, pero primero debe calmarse y puede que tomar algo fuerte sea la solución. Lo bueno de su hotel es que, al haber sido parte del gobierno, tiene el mejor servicio a la habitación, así que cuando vio que Eda se fue rápidamente pensó en un whisky o gin tonic. Entra a la recepción y no le sorprende ver a Odalia, lo que le sorprende es verla discutir con una niña.

Recuerda el poco temperamento de su antigua amiga, cuando alguien se metía con ella no había castigo menor a una humillación pública, quizá por eso era su amiga, quizá su miedo más instintivo la llevó a amistarse con la bully más pasiva agresiva de Hexside. No lo piensa mucho cuando camina a interponerse, es decir, una cosa era interponerse entre Dalia de diecisiete y otra distinta con la Odalia actual, supone más razonamiento y madurez, cree que puede ser un tipo de héroe sin capa, como aquellos de los comerciales que iban a la escuela para evitar el bullying, o los que verdaderamente tenían el coraje de enfrentar a Odalia y terminaban mal. Vuelve a las memorias en donde no era partícipe pero no se metía en los problemas: ajustaba sus lentes, suspiraba y cuando Odalia se iba Raine ayudaba en lo que podía a la pobre víctima.

Mientras Raine pone su mano sobre el hombro de Odalia recuerda de nuevo aquella temporada en donde Eda era más cercana a ella que a su propia hermana, la veía tomando una actitud proactiva: "devuélvele su dinero, no vale la pena", o "deja de molestarla, no es su culpa no tener talento", parecía una bully pero no se veía como una... al menos no se quedaba callada como elle.

Odalia voltea casi con rabia hasta que la ve a los ojos, los abre y parece olvidar cualquier problema que haya tenido con aquella adolescente.

— Mira qué coincidencia —intenta aplicar las enseñanzas que sus múltiples errores embarazosos le obligaron a adquirir para fingir y actuar con un casi talento absoluto—. Quería tomar algo en el bar del hotel, ¿me acompañas? Podemos subir las botellas a mi cuarto.

Trata de recordar su trago favorito, regresa a sus diecisiete en una fiesta clandestina. Pastillitas blancas esparcidas en un mesón en la casa de una persona que no conoce. Odalia bailando con Alador y Eda sentada en un rincón, con un vaso de cerveza barata y una cara de pocos amigos, no parecía querer hablar con nadie hasta que Odalia camina hacia ella, Raine no sabía qué hacer, creía que presenciará una pelea inolvidable par Hexside: Allí, Odalia y Edalyn peleando por quién sabe qué pero seguro que será sensacional. Mientras estaba apretando su propio vaso con su propia cerveza barata, las ve acercarse como si fueran todos amigos ahora. Sintió la mano de Darius tomarle del brazo y en algún momento Alador parecía haber sonreído a su lado. Todos miraban a las manos de Odalia: Allí, Odalia y Edalyn, tradeando drogas de colores en una bolsita de plástico.

Another LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora