introducción

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Bienvenido, bienvenida a Terapia para llevar

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Bienvenido, bienvenida a Terapia para llevar. Me llamo Ana, soy psicóloga y probablemente tenemos muchas cosas en común como, por ejemplo, que ambos somos un poco dramáticos y andamos buscando un poco más de estabilidad emocional. Si tienes este libro en las manos, es posible que conozcas mi cuenta de Instagram @nacidramatica, donde suelo compartir mis reflexiones y conocimientos de psicología. Si, por el contrario, has abierto este libro atraído por un misterioso olor a café en medio de la librería… ¡quédate y disfrútalo!

Enseguida vas a aprender un montón de técnicas útiles y sencillas que mejorarán tu día a día y que te ayudarán a crecer.

La salud mental se ha convertido en uno de los temas de conversación más populares. Oímos hablar de ella en programas de la tele, pódcast, series, libros… E ir al psicólogo, afortunadamente, por fin ha dejado de ser un tabú. Tomar consciencia de forma individual y poder hablar con los demás y con profesionales de lo que nos pasa por dentro, de cómo nos sentimos y desestigmatizar a las personas que necesitan ayuda psicológica es un avance enorme para todos.

Sin embargo, aunque muchos de nosotros no suframos una depresión severa, un trastorno de ansiedad o de la conducta alimentaria ni nos encontremos insoportablemente mal, a veces el día a día se nos termina haciendo una bola. Nos sentimos perdidos, nos acecha el miedo al futuro, nos sobrepasan las obligaciones, nos cuesta entendernos con los demás, es difícil tomar decisiones… Seguro que sabes de lo que te hablo, ¿verdad?
No hace falta tocar fondo para querer mejorar. Las pequeñas dificultades diarias son comunes y hasta cierto punto normales, pero, si no les prestamos la suficiente atención, pueden llegar a bloquearnos a largo plazo. Antes de que se conviertan en un problema mayor, está en nuestras manos intentar arreglarlas. No hay soluciones mágicas y, como bien sabes, algunos problemas son muy difíciles de gestionar. Pero existen muchísimas herramientas psicológicas, probadas tanto en estudios como en terapia, que sí pueden ayudarnos a ser más felices o, al menos, a llevar nuestra vida cotidiana con mucha más ligereza.
Con solo poner en práctica un sencillo ejercicio, podemos aprender a comunicarnos de una manera más asertiva, organizar nuestro tiempo para disfrutar de lo que realmente nos llena, poner límites sanos a nuestra pareja, a nuestros amigos o a nuestros padres, o conocernos a nosotros mismos con mucha más profundidad (ya verás que ahí está la clave de gran parte de nuestro malestar). Quizá te estás preguntando: si todo esto es tan sencillo, ¿por qué no lo estoy haciendo? Déjame adivinar la respuesta: porque probablemente nadie te ha explicado cuáles son estas herramientas.

Yo misma, al empezar este libro, he pasado por momentos de estrés e inseguridad y más de una vez ha llamado a mi puerta el síndrome de la impostora. Sin embargo, he comprobado de primera mano que, casi siempre, lo único que necesitamos es empezar, confiar en alguien que nos indique el camino y buscar las herramientas adecuadas. Empezar por la página uno, seguir por la dos y así sucesivamente. Poco a poco, paso a paso, he comprobado que no sirve de nada agobiarnos por todo lo que nos falta, sino que es mucho más sano tomar consciencia de lo que llevamos ya hecho y, sobre todo, disfrutar del proceso. Ya te lo aseguro: la mayor aprendiz de mi propio libro soy yo.

Ahora te toca a ti. Abre la puerta, siéntate y tómate un café conmigo. Echa un vistazo al índice y ve a buscar ese tema con el que tropiezas más a menudo. Coge una libreta y escribe las reflexiones que te vayan surgiendo. Puedes llevar este libro contigo y leer capítulo a capítulo según lo que necesites en cada momento. Estoy segura de que al terminar cada sesión de Terapia para llevar habrás aprendido cosas nuevas y vas a aplicarlas en tu día a día; la próxima vez que te encuentres en una situación similar, tendrás herramientas para afrontarla mucho mejor. Si practicas estos 100 ejercicios, los aprendizajes van a quedarse dentro de ti para siempre y te harán florecer y crecer.

Y ahora ve pensando: ¿a qué vas a dedicar toda la energía y el tiempo que te robaban los problemas de tu vida diaria?

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