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Jimin no se lo tomo mal.

Pero tampoco se lo tomo bien.

Simplemente se había quedado en silencio, paralizado ante la sorpresa y la visible furia que cruzo sus orbes por un segundo tan efímero que, si Seokjin no hubiera visto su rostro con fijo detalle, no hubiera sido capaz de darse cuenta de aquello.

Silencio.

No podían percatarse ni del sonido de sus respiraciones, sus rostros estaban pálidos y su garganta seca, el nudo en su pecho lo apretaba tanto que no podía respirar, el aire no pasaba y su pulso se aceleraba ante la falta de oxígeno, pero no podía sentir aquella sensación de ahogamiento ni el ligero mareo que le provocaba la poca oxigenación.

Simplemente, no podía sentir nada que no fuera culpa.

Culpa por no poder hacer algo a tiempo, por no poder evitar que aquello pasara.

Culpa por no haber sido el Omega que todos esperaban.

Sentía que su corazón se hacía pedazos, él era fuerte, pero era demasiado débil cuando se trataba de Yoongi.

No podía ser débil, tenía que ser fuerte, por su Alfa, por su seguridad.

Por su futuro juntos.

Pero ni siquiera tenía la fuerza suficiente para limpiar la lagrima de angustia que corrió por su mejilla.

¿A caso algún día podría dejar de sentir culpa?

A Yoongi le daba miedo ver a los Guardias con armas, pues en cierta forma aun no lograba aprender a vivir con lo que había pasado en su vida y ver a los guardias armados lo dejaba en una situación débil y vulnerable.

Jimin solía culparse de muchas cosas sucedidas aquel fatídico día en el que Yoongi quedo ciego, entre ellas estaba el haber ordenado que sus hombres no portaran armas dentro de la casa.

¿Algo hubiera sido diferente si hubieran estado debidamente armados?

Probablemente, sí.

Más lagrimas surcaron por sus mejillas, pero el estaba demasiado sumergido en sí mismo que no las notaba hasta que chocaban con sus labios y el salado sabor lo desconcertaba.

Seokjin lo tomo por los hombros y limpio su mejilla con delicadeza, lo miro con una ternura y comprensión, que, por un momento, Jimin se sintió seguro en brazos de su hermano mayor.

"Todo estará bien." Aseguro en un tono bajito y comprensivo, expandiendo sus feromonas para calmarlo y trasmitirle sentimientos tranquilos. "Nadie va a dañarlos, ni a Yoongi ni a Jungkook, a ninguno de ustedes, te lo prometo."

Y Jimin le creyó.

Porque para Jimin, quien había perdido a su madre a temprana edad, Seokjin era lo más cercano que tenía a aquella figura materna, le dio aquel amor y protección que necesito o más bien, sigue necesitando.

Al final del día, Jimin solo era un joven que tuvo que madurar de forma rápida por la perdida de su madre. Y a veces, no estaba mal dejarse cuidar por alguien más, en especial su hermano mayor.

Seokjin era idéntico a su madre.

Y pese a que supiera que las cosas estaban demasiado turbias por el momento, se permitió relajarse y pensar con la cabeza fría.

"Ve con Yoongi, yo llamare a la abogada Joanne y prepararé todo para el celo de Tae ¿Sí?"

Jimin se retiró en silencio, con la mente más despejada y fría, dejando aquel peso en su pecho atrás.

Decidido a prepararse para lo que fuera que tuviera que enfrentar.

Nadie dañaría a su familia, era suficiente lo que ya les habían hecho, lo que ya habían permitido, los habían tomado desprevenidos una vez y las cosas terminaron muy mal.

Omegas Hierarki /KookV/ Jimsu/ OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora