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Minseok nunca fue un hombre problemático.

Era un Omega de alta categoría y perteneciente a la Alta sociedad debido a su puesto en el Consejo, sin embargo, nunca fue una persona que abusara de su poder y dinero, siempre fue sereno, sensato y calculador.

Pero ahora, estaba seguro de que estaba rojo de la ira.

Podía sentir la piel de su rostro arder, su cabeza dolía ligeramente y sus palmas sangraban, producto de sus propias uñas lastimando su piel con fiereza.

Sunhee lo había logrado.

E incluso si no tenía pruebas, podía asegurar que todo aquello había sido obra de nadie más que de ella, esa Omega testaruda que haría lo que fuera por sus estúpidos y defectuosos sobrinos.

Estaba más que molesto.

Sabía que Sunhee planeaba algo, estaba metiendo sus narices en terreno peligroso solo por obtener información comprometedora para ellos; todos los miembros del consejo, sin embargo, nunca hizo nada para tratar de impedirlo.

Honestamente no le importaba, podría librarse fácilmente de todo, se limpiaría las manos y dejaría caer a sus cómplices.

Después de todo ¿Hay algo que el dinero no pueda hacer?

Pero algo que no pensaba tolerar, era aquello que mostraba la televisión.

Y ver a Kim Namjoon liderando todo, solo le dio las respuestas que ya tenía, pero quería confirmar.

El cigarro entre sus dedos se quebró ante la presión que ejerció en el, el poco fuego que aun tenía le quemo la palma, pero su enojo era tanto, que ni siquiera fue capaz de sentir aquello.

No le gustaban los problemas.

Pero si Kim Sunhee se salía con la suya, muchas cosas saldrían mal, muchos problemas se acercaban.

Giro sobre su lugar, dándole la espalda al televisor, se dirigió al teléfono en la habitación y una vez coloco la bocina en su oído, presionó un numero en específico y espero.

Al otro lado de la línea, la voz de una mujer se escuchó.

"Es hora de que me pagues el favor que me debes". Minseok escucho un resoplido del otro lado de la línea y aquella voz que tanto lo irritaba lo hizo re considerarse si valía la pena.

"¿Qué es lo que quieres?"

"Todo. Quiero todo lo que sabes de los Kim y sus perros."

Kim Sunhee era una piedra en el zapato que se encargaría de sacar cuanto antes.

No iba a permitir, que esa mujer destruya todo su imperio. No estaba dispuesto a perder su poder, su superioridad sobre otros.

"Te diré lo que se si me incluyes en tu plan"

El hombre sonrió, sacando un nuevo cigarrillo de la cajetilla con su mano libre mientras que, con la otra, escribía un mensaje en su celular, apoyando el teléfono por el que hablaba contra su hombro y oreja.

"Es un gusto hacer tratos contigo, Lorel." La sonrisa que surco su rostro al decir aquello era bastante tétrico, algo poco habitual en el para el público, pero no para el...

La línea al otro lado del teléfono se corto al mismo tiempo que él enviaba aquel mensaje.

Lanzo ambos teléfonos al sofá con exasperación, estaba bastante irritado y molesto.

Escucho un gimoteo de dolor muy bajito, casi imperceptible que lo hizo sonreír con burla y buscar con la mirada el origen del sonido.

Provenía del mismo sofá en el que había lanzado ambos teléfonos, que ahora se encontraban en el rostro de una joven mujer.

Omegas Hierarki /KookV/ Jimsu/ OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora