Era 1965 cuando la rebelión de Omegas contra Alfas comenzó, no fue hasta 1986, cuando los omegas comenzaron a emparejarse entre ellos, cansados de los maltratos de los alfas, que todo cambio.
Naturalmente los hijos nacidos de una pareja Omega-Omega...
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Los sonidos huecos que llenaban el lugar eran provocados por un par de tacones negros, puntiagudos y de muy buen gusto.
La mujer que los portaba caminaba con gracia y elegancia, siendo el centro de atención, una mujer segura de sí misma siempre llamaría la atención.
Aunque, siendo sinceros, Joanne no quería ser el centro de atención, simplemente es la forma en la que se desenvolvía con el ambiente a su alrededor, lo que le había ayudado a tener una muy buena fama y reputación.
Como abogada, la reputación es lo más importante en su vida.
Su piel se erizo con rapidez debido a la baja temperatura del lugar, pero su rostro no mostro ningún indicio de frío o algún otro tipo de malestar.
El policía que la escoltaba se detuvo frente a una puerta de metal con una pequeña ventana que apenas si permitía ver el interior, la pared del lado posterior de dicha habitación, era un vidrio transparente que permitía ver el interior.
Kyoko Nakamura se encontraba ahí, frente a un hombre que podía reconocer como el agente del caso Kim.
Joanne soltó un suspiro de puro gozo, sabía que este caso sería diferente, estresante y muy agotador, justo lo que ella amaba.
Sabía que sería uno de sus casos más difíciles y no precisamente por la falta de evidencia a favor de su cliente, sino porque era la primera vez que un caso involucraba Alfas.
Normalmente, ese tipo de casos serían dejados de lado, abandonados en el fondo de una repisa llena de expedientes, solo por el hecho, de que se trataba de Alfas.
Pero esta vez no, no sería así, sería todo un reto ser tomados en cuenta, pero ella amaba los retos.
Además, tenían a favor de que se trataba de una familia con buenos hilos de los que tirar. Punto a favor.
El policía le hizo un gesto con el brazo, invitándola a entrar, a la vez que abría la puerta con pesadez, anunciando su llegada con el sonido chirriante que emitió la puerta.
Entro con la cabeza en alto, sintiendo de forma inmediata la calidez de la habitación en su cuerpo. Ignorando el sonido de la puerta al cerrarse detrás de ella, camino hasta el centro de la habitación, donde tomo asiento y saludo con cortesía a las personas que ahí se encontraban.
El hombre la puso al tanto de la situación, por lo que fue directo al grano una vez supo que Jun Wooshik ya había puesto al tanto a la mujer frente a ella.
"Ya debes saber que hemos aceptado tu trato, por lo que estoy dispuesta a responderte lo que necesites saber siempre y cuando yo tenga el conocimiento para responder."
