Capitulo2

19 3 0
                                    

Alexander se estaba instalando en su departamento y preparaba todo lo necesario para matarla lo antes posible. Se sentó en su sofá una vez que guardó lo que necesitaba hasta ese momento se acordó que se tenía que ver con Catalina en la biblioteca, eso lo hizo sonreír de medio lado, se levantó a servirse un trago de whisky y salió al balcón.
Catalina después de esperarlo se fue a su casa esperando que el tuviera una buena excusa para no presentarse, estaba bastante enojada pero más que eso estaba decepcionada ella quería verlo de nuevo. Llego a su casa algo cansada y estresada, fue directo a su habitación se quedo completamente dormida, no despertó hasta el día siguiente.

-Cariño- la despertó su madre entrando a su habitación- te traje algo de desayunar

-Gracias mama- se despabilo un poco-¿Qué hora es?

-Ay cariño ya paso tu autobús- le contesto su madre con una voz dulce

Se paro de prisa dando vueltas de un lado a otro en su habitación tomó algo lindo que ponerse le dio un beso a su madre y salió corriendo por la acera con la esperanza de que alguien con auto pasara y la llevara, a cada paso que iba dando después de quince minutos sus esperanzas de que alguien la llevara se iban.

-Cata te llevo- le dijo Alexander acercándose a donde ella caminaba

Catalina al escuchar su voz se estremeció pero al verlo serio y sin importarle lo que ella pudiera decir sólo asintió y se subió al auto.

-¿Por qué no fuiste ayer?- pregunto cohibida

Ella cuando se imagino haciéndole esa pregunta se veía enojada y firme no como se encontraba ahorita. El en cambio sólo la vio de reojo.

-Tenía algo importante- dijo sin más explicaciones

El volteo a verla por un segundo, al verla así diminuta y frágil en el asiento del copiloto algo se removió en su interior, algo difícil de explicar para el, lo único que pudo hacer para tratar de alejar aquello que sintió acelero llegando así más rápido a su destino, ella bajó lo más rápido que le fue posible, el se relajó al ya no tenerle cerca estaciono su auto cerca de la entrada luego bajo sintiendo la mirada de las chicas encima de el y de algunos chicos en ellos era diferente lo veían con celos y envidia, eso lo hizo sonreír para sus adentros - Los humanos son seres inútiles y triviales- pensaba y nada lo haría pensar lo contrario.
Catalina entró corriendo al salón en busca de su amiga para contarle lo que le había pasado en esa mañana, no la encontró se sintió un poco triste porque está vez no le dijo por que faltaría, reacciono cuando el profesor le asignó a Alexander como su compañero, su sola presencia le hacía temblar le daban escalofríos cuando el se le acercaba y su sonrisa zancarróna le daban ganas de matarlo.

-Seré el mejor compañero que allas tenido- le guiño

Ella trago saliva ante aquel comentario porque por más extraño que sonara el lo había dicho como amenaza, no como una forma de ligarla. En toda la hora ella pudo sentir como la miraba y no hacía más que removerse en su asiento tratando de imaginar que pensaba de ella que lo hacía verla tanto, ni en sus más locas ideas se habría imaginado lo que el pensaba, el sólo quería desaparecerla y lo haría de la misma forma que mataba a las demás chicas así su energía sería diferente y a el más que a nada le gustaba hacerlo de esa forma.
En la siguiente clase el estuvo más atento con ella le prestaba atención lo que hacia sonrojar a Catalina y no poder verlo a los ojos, lo que en realidad le daba igual a Alexander.

-¿Te llevo a comer algo?-pregunto Alexander saliendo del salón

-Aquí tenemos una cafetería- sonrió tímida

-Como quieras- respondió Alexander saliendo de ahí

Catalina caminó a la cafetería pero antes de entrar dudo y corrió a la entrada del estacionamiento esperando no haber llegado tarde. Alexander llego a su auto se subió para salir de ahí encontrando a Catalina en la entrada, buscándolo.

-Vamos- le dijo sonriendo al tiempo que le habría la puerta

Ella le respondió con una sonrisa tímida subiendo al auto, se fueron en silencio en poco más de una hora llegaron a un pequeño restaurante cerca de la playa, esto hacia dudar a Catalina ella nunca se había ido así de la escuela bueno después de todo su inicio de clases tal vez mejoraría.

-Ven, baja- le dijo Alexander abriéndole la puerta del auto

-Pero no estoy presentable- le respondió con un hilo de voz, bajando la vista a su ropa

El sólo se encogió de hombros la tomo de la mano entrando con ella al restaurante, entraron llevando consigo varias miradas de los presentes.

-Tiene reservación-dijo una chica alta castaña sin quitarle la vista a Alexander

-Le parezco un hombre de reservaciones- contesto este tomando a Catalina por la cintura

-No importa-le sonrió seductora ignorando completamente a Catalina-pase por aquí

Caminaron detrás de la castaña está movía más de lo debido sus caderas, Catalina sólo ponía los ojos en blanco está chica la estaba haciendo poner celosa.

-Su mesa- les dijo, llevándolos a una mesa cerca de un ventanal que daba a una hermosa vista

Alexander apenas la vio, ya se había encontrado veces anteriores a la castaña y por culpa de esta el se encontraba en esa situación. Hasta ese momento volvió a concentrarse en Catalina, encontrándose con una graciosa escena, Catalina estaba matando con la mirada a la castaña y a la vez inflaba levemente sus mejilla.

-Ya sabes que ordenar- le dijo sin ninguna pizca de sentimiento

Ella regreso en sí de nuevo, dándose cuenta de lo que estaba haciendo.

-Si...- titubeo bajando la mirada a su carta

-Cata la tienes al revés- dijo Alexander divertido, señalando con su barbilla la carta

-mmm....Así, perdón- volteo de prisa la carta sonrojando se al instante

Pidieron su comida, comieron en silencio, Catalina no hacía más que mirar a Alexander y quitar la mirada rápido cada vez que el la veía, cuando terminaron Alexander pagó la cuenta, la ayudo con su silla y la tomo de la cintura para sacarla de ahí, antes de salir se toparon con la castaña está tono a Catalina del hombro asiendo la que volteará.

-No sabes en que te metes- le sonrió maliciosa

Alexander le respondió con un gruñido, Catalina ya no sólo dudaba de que se conocieran si no que le desconcertaba el comentario de la castaña.

-¿Quieres ir a otro lado?- pregunto molesto Alexander

-No, creo que sería mejor si me llevas a casa- respondió Catalina en voz baja

El sólo asintió le abrió la puerta del auto y la saco de ahí, Catalina quería saber más acerca de la chica del restaurante pero le daba miedo preguntárselo, sólo lo dejaría pasar. Llego a su casa más rápido de lo que le hubiera gustado, el la ayudo a bajar del auto, por un segundo ella creyó que sería como en las películas que la llevaría a la puerta de su casa donde la besaría, pero en vez de eso el la tomo de la mano llevándose a sus labios su muñeca, el contacto estremeció a Catalina sintió ganas de empujarlo lejos pero lo dejo, en cambio ella se sintió cansada y muy débil, al terminar el le sonrió de una forma que ella no pudo diferenciar entre el deseo y la satisfacción,el se dio la vuelta para irse en su lujoso auto dejándola sólo casi desfallecida en la acera.

Mis alas por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora