Seventeen

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—Hijito, tu amigo Wonbin está tocando el timbre.

—No le digas así, mamá, suena feo.

Anton se quitó el rulero que llevaba en su fleco y fue hacia la puerta.

—Hola —Saludó después de apoyarse en el marco, solo para jugar con él.

—Hola, vine con flores blancas.

Anton rio por la especificación del color e hizo pasar a Wonbin. El mayor observaba todo el lugar, acto derivado de su nerviosismo.

—¿Está tu madre?

—Aquí estoy —Apareció la mujer desde la cocina.

La primera impresión fue de una persona alegre, alta y delicada; podía ver los rasgos similares con su novio y ello lo hizo sonreír de forma involuntaria.

—Buenas tardes, señora Lee, un gusto en conocerla, soy Park Won Bin —Hizo una reverencia completa y se encargó de pronunciar con ahínco cada sílaba de su nombre.

—El gusto es mío, jovencito, pero puedes llamarme Hyejin. —La señora imitó los saludos tipo princesa, agachándose ligeramente.

Anton rodó los ojos porque antes le había pedido a su madre no actuar como 'ella siempre lo hace', mas parece haberlo olvidado, a propósito.

—Papá no tarda en llegar para almorzar, espero él sí se comporte —Marcó sus últimas palabras.

—No seas exagerado —Le restó importancia con un gesto de manos—. Además, qué esperas para recibirle las flores a Wonbin, es de mala educación tenerlo cargando las cosas.

Su hijo se sonrojó y fue a buscar un florero.

Mientras se fue, la señora le ofreció sentarse a Wonbin y al mismo tiempo, llegó el señor del hogar.

El joven se paró sin dudarlo, lo cual hizo reír a los mayores porque su trasero no estuvo más de un segundo en la silla y ya volvía a levantarse.

—Tú debes de ser Wonbin —El mayor dejó su abrigo en el perchero y se acercó a ofrecerle su mano.

Park fue cuidadoso y respondió al saludo sosteniendo su codo con la otra mano. Todo era señal de respeto y hoy vino con ganas de ganarse a los suegros.

—Sí, Park Wonbin, buenas tardes.

—Lee Yoonsang —Le dio dos palmadas en el hombro.

Al rato, regresó Anton con las flores ya en agua y lo colocó en el centro de la mesa.

—Papá, llegaste.

—Sí, amor, había algo de tráfico —Besó su cabeza y se sentó al frente de Wonbin.

Anton se sentó al lado de su novio, en parte para tomar su mano y no esté tan nervioso.

—¿Cómo les fue en la escuela? —Preguntó Hyejin, al dejar los platos servidos y unirse a ellos.

Anton lo miró, permitiéndole hablar primero.

—Pues muy bien —Asintió, no olvidando sonreír.

Se notaban sus nervios.

—Hoy me asignaron como alumno del día en Biología —Agregó el menor.

Así mantuvieron la charla, Wonbin intentando responder lo más educado posible y Anton añadiendo comentarios para no dejar morir la conversación. Pero, en resumen, se dio un momento agradable.

—Chanyoung nos contó que eres líder de la banda y lo que hiciste para que se integre con su instrumento —Sacó el tema el señor Lee—, te agradezco mucho, Wonbin, no sabes lo que significa para él poder seguir tocando.

Se sorprendió, sus ojos redondos fueron a parar en la sonrisa impecable del mayor. Esa fue una muy buena señal de aprobación.

—En realidad, fue más gracias a Anton.

—No... —Se avergonzaba en frente de sus padres.

—Él fue quien me habló de la ausencia de instrumentos clásicos, gracias a él se realizó la audición.

Ambos señores se alegraron de ver cómo el muchacho hablaba maravillado de su hijo.

—De todas formas, tú lo hiciste, hyung.

—Nop, fue por ti.

Yoonsang miró a su esposa y los dos rieron por la escena de amor adolescente que estaban espectando.

—Entonces que sea mérito de ambos —Intervino la mujer, para darle fin a la tierna discusión.

Wonbin le dio la razón y Anton tuvo que soportar las mejillas rojas. Sin más qué decir, sus ojos se desviaron hasta el reloj grande de la pared, ya casi era hora de volver para el ensayo.

—Tenemos que irnos, el primer ensayo es hoy.

—¿Tan rápido?

—Sí, mamá.

A los mayores les pareció injusto, por lo que planearon otra visita en el tiempo cercano.

—Puedes venir cualquier otro día a almorzar, Wonbin —Le dijo la mujer con una sonrisa cálida.

—Siéntete bienvenido —Añadió el señor.

Wonbin agradeció y siguió a su novio que ya había ido a alistar las cosas necesarias para ir a la preparatoria, como el cello y su afinador.

Una vez estuvieron fuera de la casa, Anton comenzó a reírse, sin algún fundamento.

—P-perdón, es que verte nervioso fue gracioso.

—No te rías de mí —Golpeó su hombro sin ganas.

—Perdón, Binie —Acomodó el instrumento musical en su espalda—. Ya escuchaste a los jefes, puedes volver cuando quieras.

—No sabes el alivio que sentí cuando lo dijeron, se me devolvió el alma al cuerpo.

—Estuvo bien —Besó su mejilla, casi cayendo por andar caminando al mismo tiempo.

—Con cuidado —Soltó una pequeña risa.

—Es que estoy feliz —Estiró los brazos.

—¿Por?

—Mis padres ya te dieron permiso de entrar, eso significa que te aceptaron con honores como mi novio.

Wonbin parpadeó tres veces exactas para luego abrazar al menor, sin importarle chocar con otras personas.

—Sabía que las flores blancas ayudarían.

—Mi mamá amará ponerlas en su pasillo, tiene toda una fila de plantas allí.

—San Google no me mintió, dijo que llevar flores es esencial.

—No lo puedo creer —Levantó los ojos, entre harto y divertido—. Al menos funcionó.

Wonbin asintió y siguió saltando el resto del camino, haciendo que Anton tenga un sonrojo eterno por la forma en que llamaban la atención.

Wonbin asintió y siguió saltando el resto del camino, haciendo que Anton tenga un sonrojo eterno por la forma en que llamaban la atención

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En unos días publicaré un nuevo fic, obvio será Wonton

Spoiler: príncipes

200124

𝐒𝐢𝐝𝐞 𝐄𝐲𝐞 ⌇· 𝐖𝐨𝐧𝐭𝐨𝐧 ₊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora