La boda

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-¡Viva la reina!-

-¡Viva el rey viserys!-

-¡Que viva la reina Alicent!

Fue un beso tierno, tibio, sabía a deber,compromiso y cariño. Viserys le había confesado sus sentimientos una noche antes de hacer pública su decisión de casarse con ella.

-Has sido la única persona que me ha mostrado humanidad en este nido de arpias.- No dejaba de sostener dos anillos con el emblema de su casa. - Has sido un gran apoyo para mi desde que Aemma murió.

Ella sabía que no era el amor soñado y novelesco que los bardos cantarían por siempre.

-Su alteza…-

-Estoy muy agradecido contigo, Lady Alicent,  has cuidado bien de mi, incluso de Rhaenyra –

-Quiero que seas tu-

Fue como si le hubieran arrojado un balde de agua fría. Rhaenyra nunca se lo perdonaría. En parte la situación le daba asco, no por la apariencia del rey, que si bien aun se mantenía bien conservado, su porte de padre y gobernante por 10 años ya le estaba causando ciertos estragos.  Rhaenyra y ella eran amigas muy íntimas, estaban juntas la mayor parte del día y se ayudaban en sus lecciones cuando tenían que estudiar con las septas.  Era una princesa muy feroz, con mucha astucia, y una personalidad encantadora.

 

La multitud estaba eufórica. Todos le lanzaban sonrisas luminosas. Los ojos de su padre brillaban como fuego. Su hermano también esbozaba una mirada ambiciosa y de orgullo. Nunca se cuestiono sobre sus propias aspiraciones. Solo tenia en mente cumplir con su papel como hija. Su padre, al ser un hijo menor, debía forjar su propio camino. Ella no tenia expectativas en casarse con un gran lord. A veces pecaba de fantasiosa, al soñar con que el día de su boda seria el mas romántico y mas alegre de su vida, con algún valiente y muy atractivo caballero. Fue entonces que se le cruzó a la mente algo más, algo impropio

Nunca tuve muchas aspiraciones propias. Vivía para alguien más. Entonces la conocí. Fue todo lo que deseaba pedirle a la vida, y me lo arrebato.”

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando su nuevo esposo la tomo del brazo y juntos bajaron las escalinatas. Ahí estaba ella, con sus ojos violeta, su pelo recogido en una trenza y un vestido rojo aterciopelado que la hacía lucir más blanca. Le costaba sonreír. Se dirigió primero a su padre.

-Os deseo la mayor de las dichas, padre- y lo abrazo.

Viserys asintió con una sonrisa. -Me alegra que lo hayas tomado tan bien, Nyra-

El rostro de la princesa se tenso, pero no perdió aquella mueca que funcionaba como una sonrisa.  Se dirigio a Alicent con una mirada vacía, tratando de ocultar su frustración. -Mi reina – Y se inclino haciendo una pequeña reverencia.

-Cuidare muy bien de vuestro padre…- No quería utilizar la palabra hija, o hijastra. El recibimiento de Nyra fue frío.  Antes de que el rey pudiera reprender a su hija, la corte los rodeo y estallaron en aplausos. Antes de que Alicent pudiera seguir a rhaenyra con la mirada,  su padre le puso una mano al hombro y le dio un muy paternal abrazo.

-Eres la viva imagen de tu madre- ¿Mi madre habría aprobado esto? ¿Me habría comprendido? ¿Estaría feliz por mi? – Estaría tan orgullosa como nosotros lo estamos ahora. Su hermano, Gerold Hightower, se le acercó burlón y divertido, inclinándose para los reyes de poniente.

-Mi rey, mi reina. Os  deseo buena fortuna. Querida hermana, estoy maravillado por la preciosa vida que te depara.  Estoy impaciente por el brindis para la feliz pareja-

Luego de hablar calurosamente con varios invitados más,  Viserys finalmente la escoltó al salón del trono, donde las mesas ya estaban puestas y las banderas del dragón tricefalo y la torre con un fuego ardiendo estaban colgadas del techo

El banquete fue una delicia, con 77 platos diferentes para honrar a los dioses, una gran tarta de moras y queso que fascinó a la  nueva reina y un pequeño torneo de bardos que compusieron hermosas canciones.
Hubo una canción en particular, que conmovió su corazón.  Viserys noto su ánimo y tomo su mano y le dio un beso.

-Siempre estaré a vuestro lado mi reina- Le dijo con dulzura.

Alicent volteo ligeramente hacia la derecha, donde estaba sentada su hijastra. O donde se suponía que debía estar.

¿Donde estaba Nyra y por qué no estuvo presente durante la canción de la doncella y el dragón?  

La balada del dragón y la reina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora