𝘈𝘯 𝘶𝘯𝘸𝘢𝘯𝘵𝘦𝘥 𝘭𝘪𝘧𝘦 𝘛𝘦𝘮𝘱𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢 2 -𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻-

¡Despierta!.

¡CAPÍTULO CORTO!

POV BILL

Ví como Fiorella caía de rodillas hacía el piso mientras se tocaba el abdomen, Murat le daba la espalda a Tom, y Tom no tardó en sacar su arma. A un lado, un poco lejos de los dos estaba Alice, seguía en estado de shock, ahora más al ver a su amiga caer al piso, con sangre casi por todo el cuerpo.

Tom le disparo en la pierna a Murat, haciendo que este gritara del dolor, todos contra todos, los hombres de mi gemelo, contra los hombres de Murat, disparo tras disparó. Alice corrió rápido hacía Fiorella, sin importarle que una bala pudiera darle.

POV ALICE

-¡No... no!.- hablé con voz cortada. Corri rápido hacía Fiorella, los disparos los escuchaba pero no me importaba si uno me daba. La rubia escupía sangre, unas cuantas lágrimas en sus ojos, y, golpes por toda su cara, moretones en sus brazos y sus piernas raspadas.
-¡Fiorella, Fiorella no, tú no por favor!.- hablé tratando de detener la sangre, y con lágrimas en los ojos, mis manos ahora estaban llenas de sangre.
-¡A... A... Alice!.- respondió
-¡No es tu culpa, no llores, estaré bien, te... te lo prometo!.-
-¡Alice vamos!.- sentí las manos de Bill agarrar mis brazos.
-¡¡No, no me iré Bill, tenemos que llevarla al hospital!!.- grite.
-¡Alice, vete, todo estará bien, de... déjame... déjame aquí!.- siguió hablando Fiorella.
-¡Alice es imposible, la gente de Murat aún está aquí, llevemos la al auto!.- habló Bill mientras la cargaba. La llevo al auto, pude ver sangre en los vidrios de los autos, 5 hombres de Murat tirados encima de un charco enorme de sangre. Y ahí estaba Murat, con dos disparos en la cabeza, uno en la pierna, y, 6 en su cuerpo, el charco de sangre era enorme, me daba satisfacción verlo, ver cómo acabaron con su vida, como el solo cabo su propia tumba, el ya estaba muerto....

Tom... Tom seguia disparando contra los hombres de Murat, todo era rápido, de nuevo, dos de ellos cayeron al piso...
-¡Alice!.- grito Bill, corrí hacía el auto y entre a este.
-¡A... Al... Alice... muchas gracias por acompañarme... en este infierno de mierda, fuí feliz con... con tú compañía!.- habló Fiorella.
-¡Se... se feliz por mí, gracias por no dejarme sola, Anderson...!.- continuó.

Un nudo enorme se formó en mi garganta.
-¡Fiorella, por favor, aguanta, estarás bien, por favor quédate con nosotros!.- respondí mientras tocaba su cara con delicadeza.
-¡Bill, por favor, llevemos la!.- continúe.

El no respondió, solo me miraba dando a entender que sería complicado si salimos de este lugar solos...

Fiorella seguía tosiendo pero ya no eran gotas de sangre, su respiración forzada y agitada se detuvo, unas cuantas lágrimas recorrieron sus mejillas para después, cerrar sus ojos.
-¡Fiorella?, Fiorella por favor despierta, por favor quédate con nosotros!.- hablé con voz quebrada y demasiadas lágrimas saliendo y cayendo.
-¡¡Fiorella por favor despierta!!.- hablé en desesperación.
-¡¡Despierta Fiorella!!.-
-¡Alice, Alice por favor tranquila!.- habló Bill.
-¡¡No Bill, ella tiene que despertar, lo hará, yo lo sé!!.- grite.
-¡Ella, ella se fue, Alice!.- respondió en voz baja, este sin avisar me abrazó. No tarde en soltar un llanto grande, ahora era un mar de lágrimas.
-¿¡Por qué Bill, por qué ella!?.-
-¡Tranquila, todo estará bien!.- siguió hablando en voz baja mientras trataba de calmarme.
-¡Fue todo para mí durante ese puto infierno Bill, mi única compañía se fue, para siempre!.- hablé sin dejar de llorar.

Escuché unos pasos pesados venir hacía el auto, no le tome importancia, pensé que sería Tom, pero no, era Jacob, el mismo imbécil que me entrego a Murat. Escuché que alguien abría la puerta del carro, esté me saco a la fuerza y me empujó para caer al piso, otra vez.
-¡Maldita zorra, te saliste con la tuya perra canadiense!.- habló entre dientes mientras me apuntaba con su pistola.
-¡Jacob, será mejor que te largues, si no quieres terminar como Murat!.- habló Bill.
-¿¡Qué me puedes hacer Bill!?, no eres nada sin tu hermano, pero, ahora que Tom no está aquí, puedo encargar me de los dos!.- respondió.
-¡No seas imbécil Jacob, si eras el perro de Murat, o me equivoco!?.- continúo Bill, ahora con una sonrisa en su cara.
-¡Lárgate si no quieres terminar como él!.- continuó.