Capítulo 6.

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† ¿BEBÉ? †

-gracias por traernos.-agradeció el Omega mientras Ian bajaba sus maletas.

-no es nada. Se que el viaje fue pesado, aún más en tu estado, con un bebé en el vientre las cosas son diferentes.-

Aori se paralizó, rogaba que su esposo no hubiera escuchado aquellas palabras.

-regrese con cuidado.-se alejo del coche y junto con Ian entro a su hogar.

Estaba incómodo y hasta cierto punto asustado, tomo una de las maletas y se acercó al baño.-tomare un ducha, vete a dormir.-

Cerró la puerta con seguro y se miro al espejo, su rostro estaba pálido, su cuerpo temblaba y el miedo aumentaba.

Llevo una de sus manos al vientre, recordando que ahí crecía su pequeño, trato de tranquilizarse, no quería causarle molestias a su cachorro.

* * *

Después de tomar un baño, salió algo temeroso, notando las luces de su hogar completamente apagadas, pensando que Ian estaba dormido en la habitación.

Entró a la cocina y se sirvió un vaso de agua.

-Aori.-su cuerpo tembló, por suerte el vaso no cayó de sus manos.-ven aquí.-

El Omega salió de la cocina temeroso, quedando a unos cuantos pasos de dónde su esposo estaba sentado.

-¿Qué sucede?-

-¿Estás de encargo?-

Se mordió el labio.-no lo digas así.-

-si o no.-

Apretó la tela de su ropa entre sus manos.-si. Voy a cumplir tres meses.-

-¿Quién es el padre?-

-¿Cómo que quién? Solamente he estado contigo.-respondió ofendido.

-dices que estás por cumplir tres meses, no recuerdo haberte tocado.-

Bajo la cabeza, intentando retener las lágrimas que amenazaban con salir.-llegaste de una junta laboral, estabas ebrio, me obligaste a...-con miedo vio con Ian se levantaba de golpe, asustado cerró los ojos cuando vio que este se acercaba.

Sintió los brazos de su esposo alrededor de su cuerpo. Incómodo correspondió el abrazo. -¿Cómo conseguiste el número de mi jefe?-

-durante días jamás atendiste mis llamadas. Así que trate de recordar tu lugar de trabajo, cuando lo recordé fuí, pero una de las secretarias me dijo que estaban de viaje, le dije que eras mi esposo y que no podía contactarte, entonces me dio el número de ese idiota. Dude en llamar, y cuando lo hice me dijo que estaba volver.-

-a Keith solo le dije mentiras. ¿Qué tanto pregunto? ¿Qué le dijiste?-

-le dije lo mismo que a la secretaria, que llevaba tiempo queriendo comunicarme contigo, me pidió disculpas y me dijo que tú cargador no servía, que el viaje estaba por terminar y que volverían al día siguiente.-

-¿Y de mi embarazo?-preguntó temeroso.

-no comento nada.-

Por un rato se quedaron en silencio, hace meses que no recibía un abrazo o muestra de afecto por parte de su marido, pero las imágenes de él y su amigo volvieron a invadir su cabeza.

-¿En donde está Thomas?-

-supongo que en su casa.-

-¿Desde cuándo...?-

-shhhh.-lo interrumpió rápidamente.-no hables. No quiero enfadarme con preguntas estúpidas.-

Aori dejo escapar algunas lágrimas, lágrimas que fueron ignoradas por el alfa, quién solo le beso la frente para después entrar a la habitación.

* * *

Al día siguiente se alistó y fue al trabajo, el dolor de espalda era insoportable, la noche anterior se había quedado dormido en el sillón.

Llegando comenzó a llenar documentos y agendar algunas citas, hasta cierto punto el trabajo lograba mantenerlo ocupado.

-Aori, ven a mi oficina.-sin esperar respuesta, el alfa entro con prisa a su lugar de trabajo.

Fue entonces que el Omega suspiro, se puso de pie y entró cerrando la puerta tras él.-¿Si?-

-a partir de mañana puedes comenzar a tomar tu licencia de maternidad.-

Aori palidecio, el hecho de que su jefe ni siquiera lo mirase le causaba incomodidad, aún más con la cercanía que habían tenido durante el viaje de negocios a Toronto.

-pero tengo trabajo, papeles que...-

-Carlos se encargará de ellos.-interrumpio.

En ese momento quiso culpar a las hormonas, pues gracias a ellas estaba sensible, tanto así que sus ojos se humedecieron sutilmente.

Entonces la puerta de la oficina se abrió, dejando ver a aquella hermosa castaña, prometida de Keith.

-¿Estás ocupado?-su mirada paso al Omega, notando de inmediato las delgadas lágrimas en el rostro del chico.-hola Aori.-

-señorita Camila.-paso de largo y salió del lugar.

Camila observó por la puerta hasta que está se cerró, miro al alfa y dibujo una enorme sonrisa. -¿Quieres tomar un café?-

-no tengo tiempo.-

-no ahora, después del trabajo.-

-te avisaré. Déjame solo, tengo cosas que hacer.-

La chica conocía bien el carácter de ese alfa, así que con la misma sonrisa que tenía dibujada, salió de la empresa, una sonrisa que borró de golpe al llegar al estacionamiento.

Al subir a su coche comenzó a tamborear los dedos sobre el volante, estaba cansada, fastidiada de amar a ese alfa que no movía ni un dedo para poder mostrarle una muestra de afecto.

No era tonta, estaba consciente de los sentimientos que Keith tenía sobre aquel Omega, notaba las miradas de cariño, las suaves palabras que le dirigía, sabía desde siempre que Keith era un alfa de feromonas fuertes, pero notaba como este se controlaba en presencia del castaño.

Sin desearlo, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, desde niña había soñado en casarse, no con cualquier persona, desde siempre había amado a ese alfa, estaba enamorada y había quedado encantada cuando Keith acepto el matrimonio, sabía que no era fácil, pero pensó que tal vez Keith cambiaría para poder llevar ese matrimonio a flote, comenzaba a pensar que se había equivocado.

Fue entonces que lo vio salir por una de las puertas principales, lo miro fijamente, tanto así que Aori presintió la mirada ajena.

La chica aceleró con dirección al Omega.

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¿Si no hay amor? «OMEGAVERSE.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora