23-MAD-43

15 4 0
                                    


En la breve senda que es la vida, sin ruegos me he perdido,

Las súplicas quedaron en el polvo, en el olvido compartido.

¿Por qué implorar afectos que se niegan, que son espinas heladas?

Mejor buscar abrazos sinceros en las noches desoladas.


Las lágrimas se volvieron versos, en el silencio anhelado,

Pero ya no rogaré por caricias en un amor desgarrado.

En el vasto océano de la existencia, hallaré otros brazos,

Que en su abrazo me comprendan, que no me dejen en pedazos.


No más ruegos en los labios, ni suspiros que se pierden,

En la danza del tiempo, nuevas pasiones se entrelazan y esperan.

La vida es un fugaz suspiro en el viento del destino incierto,

¿Por qué rogar por migajas de amor, cuando merecemos un puerto abierto?


En las noches sin luna, buscaré refugio en otro abrazo,

En la piel que me acepte, en el calor que me abrace sin rechazo.

No más ruegos vanos, en la danza de la soledad que abate,

Buscaré un amor que no necesite súplicas, que en su esencia resplandezca, que en su abrazo

se haga infinito e inquebrantable.


Bajo el manto estrellado, donde los suspiros se entrelazan,

Caminaré con paso firme, dejando atrás las lágrimas que arrastran.

En el lienzo del crepúsculo, pintaré nuevas auroras,

Con pinceles de esperanza, con promesas que no imploran.


No más ruegos en la penumbra, solo un eco en la distancia,

Que se pierde en el eco del tiempo, en la eterna mudanza.

Las cicatrices del pasado se convierten en lecciones,

En el sendero de aprendizajes, en las travesías de pasiones.


En el susurro del viento, encontraré melodías serenas,

Que me acaricien el alma, que sanen las heridas llenas.

En el último acto de este drama efímero,

Se revela la verdad, un epílogo sombrío y austero.


La vida es un poema, un verso que se desvanece,

En el crepitar de las llamas, en la noche que enmudece.

Las lágrimas se desvanecen, pero la esencia perdura,

En el rincón del corazón, donde la esperanza murmura.


Así concluye la danza, en un adiós sin retorno,

En el eco de las promesas que se deshacen en el adorno.

No más ruegos en la penumbra, solo la sombra del olvido,

En la breve senda que es la vida, donde se desvanece el sentido.

Melodías del Alma: Poemas de Amor y DesdichaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora