En la brisa de una noche estrellada,
Bajo la luna, en la playa dorada,
Te vi de lejos, sin conocer tu nombre,
Pero en mi corazón, encendiste una llama.
Tus ojos, dos estrellas en la distancia,
Reflejaban un amor, una esperanza.
No sé tu nombre, ni tu historia ni tu pasado,
Pero en ese momento, mi corazón quedó atrapado.
Caminé hacia ti, con pasos indecisos,
El destino nos unía, éramos dos imprecisos.
No necesitaba palabras, ni saber tu historia,
En tus ojos encontré la dicha y la gloria.
En el abrazo de tus brazos, hallé mi hogar,
El lugar donde siempre quise descansar.
No importaba tu nombre, solo tu corazón,
Pues en ese amor, encontré mi canción.
No sé tu nombre, pero eres mi melodía,
La razón de mi sonrisa, mi alegría.
En este amor sin nombre, pero eterno y sincero,
Encontré el significado, el tesoro verdadero.
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Melodías del Alma: Poemas de Amor y Desdicha
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