ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1

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- Disculpa! ― chilló al chocar con alguien.

Ya había arruinado un día con su irritante voz, siguió caminando con la misma prisa, llegaba tarde a su trabajo denuevo, y sabía que debía disculparse al menos unas 2 veces.

- perdón.. ¡perdón! ― lloró, mientras los adultos de la zona lo miraban con rabia.

- cuándo aprenderás? ― suspiró uno de los trabajadores.

Venti los miraba cansado, no había dormido lo suficiente esa noche, ninguna noche lo hace, suele dormir con lágrimas en los ojos y a altas horas de la noche.

Su trabajo era muy sencillo al menos, era tocar frente a un público, donde Venti solo debía sonreír, fingir que estaba muy bien y tocar la lira. Ocultaba cualquier rasgo de cansancio, fingía una sonrisa ante cualquier mirada y bueno, su trabajo era tan simple como "cualquier otro".

- gracias, tengan un buen día! ― sonrió y se bajó de aquel escenario, esperando una buena propina.

Recibió unos 2 mil de propina, bastante como para serlo. Le sonrió agradecido a cada persona, pero de cerca, podía notarse las ojeras, un brillo que poco a poco se iba anulando en sus ojos.

A veces, trabajaba de día, a veces de noche, depende de a que hora comenzaba su acto, pero el trato siempre sería el mismo, no era diferente, no lo merecía, ganaba lo mismo, pero lo trataban con crueldad por lucir débil, por sentirse el mismo una basura.

No era de extrañar la baja autoestima de Venti, realmente desde pequeño que los niños de la calle se burlaban de el. De todos los que lo tratan mal, los mas molestosos son aquella chica de pelo rosa y el chico moreno de cabello azulado oscuro, solían gastarle bromas de mal gusto donde siempre terminaba llorando y lastimado.

Venti salió de su trabajo directo a casa, no quería arruinar el buen día de alguien con su aparecer, ni mucho menos ser golpeado por los maleantes de la calle.

- Ya voy a llegar.. -

Miró su hogar, abrió la puerta con debilidad y entró a limpiar, el lugar era un desastre como siempre, le costaba mantener el mismo su casa, no tenía nunca ganas de hacer algo como ordenar o limpiar, pero se obligaba a hacerlo para complacer su gusto por la limpieza.

- vaya, si que estaba sucio.. ― dijo, limpiando el sudor que corría por su frente, al ver todo ordenado, liberó una sonrisa.

Se sentó en el pequeño sillón a leer un libro, a pensar, a pensar en porqué la vida lo trata tan mal, al menos tenía una casa, un hogar cálido en el que vivir, un trabajo, aunque la mayoria de las veces era maltratado verbalmente.

Ya no importaba, se levantó del sillón y se dirigió a su cama, donde como siempre se desveló llorando, sus ojos no frenaron de soltar lágrimas hasta que logró conciliar el sueño.

Ya no importaba, se levantó del sillón y se dirigió a su cama, donde como siempre se desveló llorando, sus ojos no frenaron de soltar lágrimas hasta que logró conciliar el sueño

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Era una mañana como todas, se levando y se restregó los ojos, con la mirada perdida quedó unos cuantos minutos sentado en el borde de la cama.

- Hoy no tengo trabajo.. -

∂iscυℓραмє -Zhongven (?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora