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En Florida surgía la leyenda sobre ocho perlas mágicas que tenían a su portador cada una, dentro esas ocho perlas se encontraban las dos más importantes; una de ellas era la perla de la creación y la otra de la destrucción. Aquellos dos portadores habían sido los encargados de salvar a Florida del malvado Herobrine, dueño de una novena perla, la perla de la resurrección.

Todo aquello al haber ocurrido muchos siglos atrás no era más que una leyenda urbana que a algunos habitantes les gustaba contar como algo imaginario. No es hasta que el renacer de Herobrine se hace presente y es ahí donde se busca a los nuevos portadores de las perlas.

...

Nuevo año escolar, nuevo yo —le dice George a Karl, su mejor amigo—. Estoy tan emocionado de ver las mismas horribles caras de siempre.

—Ni me lo digas. Mira. Justo ahí pasa tu mejor amigo —señala a Clay, que andaba animosamente hablando con Sapnap.

—Muy gracioso, Karl. Jamás en mi vida sería amigo de ese niñito engreído de papi.

—¿Ni aunque te pagaran?

—Ni aunque me dieran todo el dinero del mundo.

Clay estaba tan feliz de volver a clases y probablemente era el más emocionado por ver a sus compañeros y amigos. Eso era mucho mejor que quedarse solo en casa. Saludaba a cada compañero o amigo que se encontraba con una linda sonrisa que enamoraba a cualquiera.

—¡Hola, George! ¡Ten un lindo inicio de clases! —lo saludó, aunque este lo mirara con odio.

George simplemente volteó a ver a otro lado, mientras Karl se reía de él.

—No sé porqué lo odias. Clay es encantador.

—Demasiado encantador que me da diabetes —responde con recelo.

El día parece ir normal como siempre. No había nadie nuevo y toda atención se la llevaba el chico famoso y millonario, Clay. George cansado de todo el bullicio que hacían los fanáticos de este, decide escaparse al baño y encerrarse en uno de los cubículos para escuchar música sobre uno de sus artistas favoritos y uno de sus mejores amigos, Luka.

Lo mira con una cara tan embobada casi babeando al ver sus largos dedos rasguear las cuerdas de la guitarra y escuchar su melodiosa voz, cuando algo cae del techo aparentemente hacia sus pies. George se asusta y apaga su celular rápidamente por el miedo de ser atrapado, cuando se percata de cierto anillo. Sale del cubículo para buscar al dueño del anillo, mas no hay nadie.

—¿Hola? ¿Luka?

George está por salir de los baños cuando justo alguien abre la puerta y no podría ser nadie más ni nadie menos que Clay.

—Oh, hola, George —dice con una sonrisa tímida, mientras pasa por un costado de él como si tuviera prisa.

El más bajo solo rueda los ojos y sale del baño, antes de guardar el anillo en su bolsillo. Estaba muy lindo como para tirarlo.

Clay se dirige rápido hacia los urinarios y suspira al tener una carga menos cuando un pequeño objeto golpea su cabeza. Sube la cremallera de su pantalón rápidamente y busca aquel objeto hasta encontrar un anillo de oro aparentemente por su color dorado.

—¿Y esto de dónde ha salido?

...

Luka no era Luka si no llevaba su guitarra consigo, y aquel día no sería la excepción. Aunque no era ni de cerca tan famoso como Dream, si tenía a su pequeño grupo de fanáticos, entre ellos estaba George.

Garras de Medianoche [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora