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[Narra Narrador]

Te quedaste embobada toda la tarde con esta katana, que olimpicamente se te olvido las ganas de comer, estabas tan sorprendida, que movias de un lado a tro aquella arma simulando que estabas en combate.

Hasta que un folleto te llamo la atencion, lo abriste ya que estaba doblado en cuatro partes, apenas lo viste, y supiste que esa seria tu salvacion...

"Combates epicos, apto para publico de ricachones que buscan batallas de un alto nivel, y sobre todo callejeros, asi que preparate, porque si eres de esos tipos con gustos asi, esto te va a resultar interezante"

¿Ricachones que buscan batallas de alto nivel?, para eso de seguro deberian pagar sus entradas, fascinada seguiste leyendo.

"Si eres un fortachon, con habilidad de conbate con katana, con supuestas respiraciones y agil, podras inscribirte a estas batallas, es una gran oportunidad para que demuestres lo que res en realidad, ¡no esperes mas y fija tu espacio en el siguiente numero **********, para asi poder luchar contra los mejores, y asi recibir tu recompensa!"

Tenias el telefono de tu padre en mano, ya que el tullo lo tenias apagado hace mas de 1 mes, no querias prenderlo por miedo a encontrar puras amenazas. Con el de tu difunto viejo te sentias mas segura. Marcaste el numero. Pero algo te detubo...

-Que estoy haciendo?- Te preguntaste ni bien marcaste el numero, lo veias extrañada, sabias que te iba a pasar cosas malas, en un cancha de batalla callejera se puede esperar de todo. Pero era tu unica opcion para obtener dinero, ya que el que estaba ahorrado, solo te serviria para un para de churros, un cafe y una ensalada de frutas.

No tenias otra opcion...

-Padre, por favor, destino solo te oedimos tu destino de la semana que viene asi estamos mas tranquilos

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-Padre, por favor, destino solo te oedimos tu destino de la semana que viene asi estamos mas tranquilos...- Rogaba un azabache de ojos verdes a su abuelo, quien trataba de cenar tranquilo, pero cada dos por tres, el joven le hacia escupir la comida.

- Ya te dije mi respuesta por mas de 43 veces Karaku, es personal...

-Pero...

-Por que no haces el puto favor de cerrar el horto agusanado que tienes...- Exigió forma de orden un azabache de ojos rojos, quien se encontraba en la cocina lavando su plato.

-Sekido, la lengua... - Corrige el pobre anciano, que habia perdido el apetito y se levantaba de su lugar para ir a su habitacion.

Ni bien se levanto, Karaku le siguio el paso y el ritmo, asi hasta que llego a su piesa. Fue un completo calvario.

-Por favor, solo dime a donde te vas!!- Suplico el muchacho mientras estaba amarrado al pie de su viejo.

"¿Es mucho pedir una vida de VERDAD?..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora