Capítulo 11- Pociones

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Se encargaron de enseñarle a ser cuidadoso, inteligente, sutil, eficaz y a ser astuto, hay cosas que a su casta se le niegan, al no tener la fuerza física. En un mundo donde el caos puede desatarse en cualquier segundo, debe tener la fuerza mental, en saber que y como usar las cosas a las que su casta les da acceso en el mundo social. 

Es imposible tener todo el conocimiento, pero para ser inteligente, no es necesario saberlo todo.

 Solo es necesario saber donde esta el conocimiento y saber usar lo que hay.


Tras un tenso almuerzo, se apresuraron de regreso a su sala común, y de ahí, a la habitación de Draco y de Theo. A sabiendas de que Draco estaría más cómodo, más relajado en su propio territorio, uno que reconoce como seguro y donde nadie lo retaría o incomodaría. Un lugar donde tiene control.

Entraron y se sentaron en el suelo, usando las camas como respaldos. Aun en silencio, esperando. 

Theo mantenía sus ojos verdes sobre Draco, mientras este respiraba la fragancia familiar conocida para sus instintos, combinándose con la de los dos alfas, también conocida. De reojo pudo notar la insistente atención de Theo sobre él. No había forma de esquivar el tema o evadir la conversación, Theo no lo dejaría ahora que notó un hoyo en su comportamiento. 

—¿Entonces?

—No lo presiones— Blaise interviene. 

—¿Ustedes supieron lo que sucedió en la nacional de Quiddicth? —Es lo primero que dice Dracok, sin ver a ninguno de ellos en especifico, más ocupado en juguetear con la manga de una túnica. 

—¿La nacional...? ¡Oh! ¡Hablas de-!

La aparición de los mortifagos y la marca tenebrosa en el cielo. 

El aire se volvió hielo ante la realización de los otros dos ante el tema. 

Los numerosos heridos, los ministerios extranjeros enfurecidos por el regreso de sus habitantes con heridas de todo tipo y la desesperada búsqueda de los aurores por el responsable. Habían acusado a Potter, (no su momento más brillante), pero tras descartar eso, habían sacado un comunicado de amenaza, cualquier mago que promueva, lleve y genere esa marca de muerte, sería sentenciado a Azkaban por mostrar apoyo a un grupo terrorista.

Y iba la segunda cubetada: La familia purista de Draco. 

—...Estuviste ahí—Pansy susurra, a lo que Draco asiente, lo que no quería decir en voz alta ya había sido entendido. 

—Lo vi todo...todo lo que paso. O al menos parte, mi padre obligo a mi madre a llevarme a casa, pero se que él se quedó. 

La familia que si tiene participación en ese grupo. Theo resopla en su lugar, dejando caer su cabeza en la cama de atrás, carajo. No había querido prestar atención a ello, pensaría que habría sido solo un imbécil o un grupo imitador. Draco resopla, terco en mantener su vista lejos de los ojos inquisidores de su manada, una muda respuesta positiva, sí, el accidente había asustado a Draco, tal vez mucho más de lo que estaba dispuesto a aceptar. 

—Pero se supone que esta muerto, se supone que se fue— Blaise sigue incrédulo, sorprendido, seguro asustado.—Adjuntaron el ataque a solo un intento de terrorismo. 

—¡¿Crees que fue solo fuego y humo?!  ¡Tu no estuviste ahí! —casi sisea, ahora sí fijando su vista en Balise, como si esta hubiera insultado todo lo sagrado ante sus ojos, cada vello de su cuerpo erizado y tenso en su lugar, alerta, en espera.

La obvia ansiedad pone en alerta al resto de la manada, o así debería de ser, pero Theo se mantiene impasible ante el aroma y arranque, se inclina hacia adelanta, así acercándose al rubio.

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