6.

69 9 1
                                    

Christopher Uckerman

Mi noche había terminado caliente y provocativa como a mí me encantaba, pero solo había un problema, no era con la mujer que quería, porque coquetear con mi jefe era un grave error para mi trabajo, pero ¿qué podía hacer? Ella era sumamente ardiente y destilaba sensualidad y belleza, las cosas que quería hacer con ella no las podía decir en voz alta, así que tuve que alejarme y terminar mi noche con otra persona, pero todo había sido en vano, porque no No pude sacarme de la cabeza la imagen de la jefa sexy, con un vestido corto y un escote que me hacía pecar en mis pensamientos. Pero ahora necesitaba concentrarme y volver a la realidad de que ella era mi jefa malvada que se metía conmigo y le encantaba molestarme, tal vez pensar así sería más fácil.

Ucker: ¡Tarde! ¡Tarde! Muy tarde. - digo entrando a la empresa prácticamente corriendo como loca, Verónica sonríe al ver mi desesperación.-

Verónica: Hola Christopher, respira. - Dijo levantándose y ofreciéndome un vaso de agua - Vas a acabar teniendo un infarto así.

Ucker: Gracias Vero. - Le digo devolviéndole el vaso, justo después de intentar respirar. - Llego súper tarde, la jefe me va a matar.

Verónica: Realmente lo es, más aún porque hoy llegó Dulce con humor de perro. -Ella me advirtió.-

Ucker: Maldita sea, estoy perdido. - digo tragando saliva - ¿Ya empezó la reunión?

Verónica: Si, será mejor que entres pronto, ya ha preguntado por ti varias veces. Dijo aprensiva, miré hacia la puerta y comencé a orar, Verónica se rió.- Ni siquiera Dios podrá ayudarte ahora Christopher .

Ucker: Voy a entrar, al fin y al cabo soy un hombre, no una bolsa de palomitas. - digo respirando profundamente. Ella sonríe y regresa a su mesa antes de susurrar "buena suerte". Cuento hasta diez, toco la puerta y entro al cuarto.- Buenos días compañeros de trabajo, hace un hermoso día, ¿no?

Dul: Ya es tarde, Uckermann. - Dijo de manera corta y gruesa, suspiré nerviosamente.-

Ucker: Bueno... Es sólo que yo... Me quedé atrapado en el tráfico, ¿sabes cómo es, jefe? El tráfico apesta y la gente también. - digo forzando una sonrisa, ella cierra y encara rápidamente.-

Dul: Deja de decir tantas tonterías y siéntate. - Dijo autoritariamente, yo solo asentí y me senté a su lado.-

Poncho: Bueno Christopher, estábamos hablando del contrato con la empresa alemana. - Poncho se me adelanta rápidamente.-

Ucker: Ah, sí, el contrato. - digo abriendo mi carpeta. - Tuve mucho tiempo para revisar esto y me parece una gran oferta.

Dul: ¿Crees que sí o estás seguro? No trabajo con conjeturas de Uckermann, usted, como mi director financiero, tiene que estar seguro de muchas cosas.

Ucker: Nunca se puede estar cien por cien seguro de algo, jefe. - digo entrecerrando los ojos, ella me mira - Nos están ofreciendo un gran precio por la exportación de nuestros productos, es una gran oportunidad.

Chris: Como estarán en Brasil en unos días, podríamos programar una cena para ofrecerles otros tipos de exportaciones que ofrecemos.

Dul: Gran idea Christian. - Dijo objetivamente pero satisfecha. - ¿Usted, al igual que el abogado Alfonso, cree que las cláusulas de su contrato son muy abusivas?

Poncho: Todo lo más normal posible, jefe. - Dijo sonriendo. Dulce solo asintió.-

Anahi: Por ahora solo pensaré en el marketing de nuestras marcas de café, y si todo va bien en la cena pasaré a otros proyectos.

Ucker: ¿Puedo decir algo? - pregunté levantando la mano, era solo yo o estaba como excluido de todo eso.-

Dul: La reunión está cerrada, puedes volver a tu trabajo - dijo Dulce en el tono habitual, la miré completamente sorprendida - Tú quédate Uckermann.

Ucker: ¿Por qué no me dejaste hablar? Me sentí excluido de esta reunión.

Dul: Sabes que no tolero retrasos, especialmente los días de reunión de Uckermann. - Abrí la boca para discutir, pero ella me interrumpió. - Pero si no te dejé hablar fue porque necesito que tu atención se centre en otra cosa ahora mismo.

Ucker: ¿De qué estás hablando? - pregunté confundido, ella suspiró y me miró.-

Dul: Sabes que Cristina Medeiros está interesada en hacer negocios con nuestra empresa y aunque está loca, es una empresaria exitosa y con reputación, una asociación con su empresa sería genial y ventajosa para mí.

Ucker: Y ofrece mucho dinero por ello, pero realmente lo necesita. - Lo recordé, ella asintió con la cabeza.-

Dul: Exacto, ella dijo que está por firmar el contrato y cerrar la sociedad, pero no podrá venir a México en los próximos días, porque está en Miami, y le convenía tener al menos al menos una reunión o días más.

Ucker: Pero ella estará en Miami, ¿celebraremos las reuniones por videoconferencia?

Dul: No, ella quiere que esté allí en persona para esto, lo que significa que tendré que pasar al menos cuatro días fuera de la empresa para cerrar este maldito contrato de inmediato. - Dijo aburrida, sonriendo de reojo.-

Ucker: Piense en el lado positivo, jefe, Miami es hermosa, será bueno para su mal humor. - digo irónicamente, ella entrecierra los ojos mirándome.-

Dul: Resulta que lo malo viene ahora, porque prácticamente me exigió que te llevara conmigo.

Ucker: ¿QUÉ? ¿I? - pregunté casi gritando - ¿Pero por qué yo?

Dul: Sabes muy bien que tiene fuego en esas malditas bragas, más cuando te ve, quiere hacer todo en tu maldita presencia. - Dijo poniendo los ojos en blanco.-

Ucker: Por Dios, tiene la edad de mi madre. No cuido a personas mayores. - Comentó asustado, Dulce involuntariamente sonríe ante mi comentario.-

Dul: Bueno no puedo hacer nada al respecto, dicen que las coronas también merecen amor ¿no? - Preguntó sarcásticamente, sonreí de reojo y rodé los ojos. - Pero volviendo al punto, tendrás que ir conmigo.

Ucker: ¿Tengo otra opción? - pregunté en un último intento.-

Dul: Aquí yo mando y tu obedeces, así que no tienes opción, no te pregunto si quieres ir, te digo que te vas. - Dijo mirándome con firmeza, abrí la boca pero la volví a cerrar cuando ella entrecerró los ojos.- Asunto cerrado, vuelve a tu trabajo.

Ucker: Ahora mismo, jefa. - digo sonriendo de reojo, ella pone los ojos en blanco apenas se va, cerrando la puerta detrás de mí. Cuatro días en Miami con mi sexy jefe? ¿Podría ser esto bueno? Por supuesto que este era el paraíso, ¿podría resistir el pecado de la tentación? ¡Mi razón dice que sí, pero mi cuerpo traidor dice que no! -

 Alta tensión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora