7.

70 6 0
                                    

dulce maría

Nunca había sido un problema para mí viajar con Christopher, después de todo él era mi empleado y ya había viajado con él varias veces, pero después de lo que pasó en esa maldita discoteca era más difícil imaginar si intentaría coquetear conmigo. Nuevamente, siempre fui una mujer fuerte y decidida, pero no siempre pude ser de sangre fría, despertaba en mi cuerpo sensaciones extrañas y desconocidas, que hacía mucho tiempo que no sentía, y eso era extraño porque tenía dominar las cosas y las sensaciones y no ser dominada. Por eso siempre tuve el control de todo y cuando eso no sucedía me sentía perdida.

Ana: ¿Llegaste tarde y sigues trabajando de todos modos? - preguntó Ana entrando a mi oficina y entregándome una taza de café.-

Dul: Tengo que dejar muchas cosas con anticipación Ana, voy a tener que viajar, lo que significa que estaré fuera cuatro días.

Ana: ¿Y quién se hará cargo de la empresa? - Preguntó analizándome.-

Dul: Alfonso, es mi abogado de confianza y sabe perfectamente cómo funcionan las cosas allí.

Ana: ¿Pero y tu hermana? - preguntó Ana confundida, la miré estupefacta.-

Dul: Anahi ni siquiera sabe cómo cuidar adecuadamente su vida y mucho menos una empresa. - Comenté sacudiendo la cabeza.-

Ana: No deberías hablar así Dulce, confía en tu hermana.

Dul: Que sea mi hermana no quiere decir que sea responsable y competente, sobre todo a la hora de cuidar mis cosas, y ya lo he decidido, Ana, no insistas, la mimas demasiado.

Ana: Está bien, lo siento. - Dijo. - Bueno, pero ¿y ese chico que siempre se encarga de todo en la empresa cuando viajas, ese chico Christopher, verdad?

Dul: Tendrá que ir conmigo. - digo rápidamente, Ana me mira sorprendida. - Resulta que la dueña del negocio está enamorada de él, ¿lo crees? Haz hincapié en tu presencia, ¿ves si lo merezco?

Ana: No la juzgo, es un gato. - dijo Ana sonriendo.-

Dul: Ana por el amor de Dios. - digo poniendo los ojos en blanco - Es simplemente un hombre como cualquier otro, no le veo nada gracioso

Ana: Sentí un ambiente entre ustedes ese día que él vino aquí, ¿notaste su apariencia?

Dul: Basta de decir tantas tonterías Ana, déjame trabajar. - digo dirigiendo mi atención a los papeles.-

Ana: Vale, vale, entiendo que siempre evitas el tema. - Le di una mirada irritada. - Me voy. - Dijo riéndose mientras se marchaba.-

Dul: Ok, es lindo y listo, solo es un hombre normal, no sé que es todo este fuego. - murmuré para mis adentros.- Me está quitando esa sonrisa, esa boca, el cabello desordenado, el pecho definido, las piernas tonificadas, los ojos profundos y... Dios mío Dulce María, lo estás notando demasiado. - El timbre de mi celular me despertó de mis pensamientos.- ¿Hola?

blanca: hola hija. - Dijo mi madre emocionada, casi gritando.-

Dul: Hola mamá, ¿cómo estás? - pregunté sin desviar la atención de lo que estaba haciendo.-

Blanca: Pero que bueno hija mía, estoy genial y soy muy nueva.

Dul: ¿Es realmente mamá? ¿Qué pasa ahora? -pregunté poniendo los ojos en blanco.-

Blanca: ¡Belinda se va a casar! - anunció mi madre casi gritando. Abrí mucho los ojos y dejé todo lo que estaba haciendo.

Dul: ¿Qué? ¿Esa mocosa se va a casar? ¿Qué? ¿Como? ¿Dónde? - pregunté escandalizada.-

Blanca: No hables así de tu hermana Dulce María, Anahi se alegró mucho por ella, selo también.

Dul: No tengo una razón para eso. - dije con sinceridad. - ¿Ahora dime quién es el pobre?

Blanca: Es un chico guapísimo, inteligente, trabajador y súper caliente. - Dijo mi madre tarareando, hice una mueca.-

Dul: Mamá, dime el nombre del chico, no me importa lo que sea o no.

Blanca: Su nombre es Fernando López. - Anunció mi madre, abrí el navegador y tiré su nombre de la barra de búsqueda y quedé impactado por lo que vi.-

Dul: ¿Qué? Es el dueño de una empresa de automóviles, una de las más grandes del país.- digo escandalizado.- Me pareció familiar ese nombre.

Blanca: Mira Dulce, hasta tu hermana menor se va a casar y tú con casi treinta años sólo piensas en el trabajo.

Dul: ¡Déjame en paz, madre, soy un asco! Odio cuando me comparo con ese idiota.

Blanca: Hija, no comparo, ¿no crees que es hora de pensar en ti?

Dul: Lo único que pienso es que mientes demasiado en mi vida, no tengo ningún interés en casarme, ni hoy ni nunca.

Blanca: No sabes lo que te estás perdiendo, pero volviendo al punto, tu hermana tendrá un almuerzo de compromiso pronto y espero que estés allí.

Dul: Seguro que voy a estar muy ocupado ese día, porque a diferencia de tu amor, yo siempre tengo cosas que hacer.

Blanca: Ah, pero vendrás Dulce María, es un evento familiar y todos te extrañamos.

Dul: Te extraño por supuesto. - digo sarcásticamente mientras pongo los ojos en blanco - ¿Eso fue todo mamá? Estoy ocupada.

Blanca: Sí, era mi hija, buenas noches, te amo. - Suspiré, me gustaba escucharla decir que me amaba, por mucho que pensara que era una fuerza de costumbre.-

Dul: Buenas noches mamá. - Suspiré, finalizando la llamada. Tuve dificultades y barreras que me impedían hablar de mis sentimientos o de esas cosas que se dicen "bonitas", preferí no engañarme y vivir así en mi mundo, a mi manera.-

¿Continuo? Parece que Dulce tiene problemas con las expresiones de amor y cariño, pronto entenderemos mejor sus traumas}

 Alta tensión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora