𝐓𝐑𝐀𝐈𝐃𝐎𝐑𝐄𝐒

03.

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―me parece el descaro y estoy totalmente indignado―. la rubia giro a ver lo que decía el chico black en la habitación.

―qué?― pregunto james sentado en la cama.

según tenían entendido los niños estaban en el comedor estudiando o en alguna clase mientras remus y jess se alistaban para empezar su primera clase, la castaña se quería volver loca.

―fui a dar un paseo en el gran comedor― la rubia rodo los ojos, el significado de paseo era ir a orinarse las cosas de el profesor snape.― y vi a los niños asustados de mi por el anuncio del periódico ¿pueden creerlo? vi el miedo en la mirada de mi ahijado.

una mueca triste se coloco en el rostro de la rubia, era claro el temor que tenían los pequeños a sirius pues todos crecieron creyendo que era el asesino pintado.

―este año todo se va arreglar.

la puerta se abrió de golpe asustando a los presentes que ni tiempo dio de colocarse en animagos.

―maldita me asustaste― dijo atenea a jess cuando entro agitada.

―es la primera clase con los niños del curso de maia, tengo miedo esos niños deben ser peor, los de segundo año pasaban corriendo en el salón― se tiro a la cama suspirando para ver a los dos chicos. ―los odio, no vuelvo ayudarlos mas, no se como remus esta tranquilo con tanto mocoso.

―calma, remus se encarga el siempre se encarga― contesto sirius como si nada.

―si, pero igual.

la castaña miro el reloj para luego salir de la habitación ¡iba tarde! se sentía como cuando estudiaba y mimi la regañaba por llegar atrasada.

―por merlín, ella se va a volver loca― suspiro atenea.

los dos hombres se colocaron en su forma animaga para salir a dar una vuelta y revisar el castillo por si estaba peter en algún lado.

según hermione le dijo a maia que ron la estaba culpando porque su rata desapareció como si estuviera huyendo de algo.

la habitación de profesor era grande, tenia su baño privado y un ventana que dejaba ver el patio. Lo único malo ante atenea era que solo había una cama y eran tres personas.

como iba a solucionar? no sabia. Por mucho que fuera amplio igual no entraban dos camas mas y tampoco encontraba solución de como explicar si metía dos camas mas.

y aunque eso no terminara así, también se había enterado del juicio por  buckbeak y le daba rabia saber que por un niño minado el pobre animal iba a terminar mal.

( ) 

Atenea siempre supo lo que quería hacer, como quería que estuviera su vida y aunque hubo un pequeño cambio por la figura paterna de sus hijas, lo demás siempre fue como ella quiso, un trabajo muggle ( que era ser modelo) y un trabajo mágico (donde estaba con las mejores criaturas que pueden existir) siempre había tenido todo bajo control, hasta que aparecieron ellos y le hicieron dudar hasta del color de panty que tenia.

que por cierto, era negro.

la chica blair era decidida e inteligente, todo lo quería mantener bajo control o de una manera que ella pudiera manejar.

ella era una bruja que cuando la tormenta llegara, ella la atravesaba.

como iba atravesar a dos hombres? capaz lo hagan con ella, eso seria lo seguro y la verdad, ella no se negaría.

―bueno, james duerme en el piso― miro al de pelo largo que estaba sentado también en la cama.

―ay y por qué tengo que ser yo?― se quejo el de gafas.

atenea suspiro, rodo los ojos y se acostó mirando a el techo.

―pueden dormir los dos en la cama con la condición que no se me acerquen ni me quiten la sabana― murmuro para luego cerrar los ojos.

la luz estaba apagada y el hechizo en el techo hacia que se miraran una falsa noche estrellada.

―yo duermo abrazado― se quejo el black.

¿por qué ella se sentía como una adolescente hormonal pegada a los brazos anchos de dos hombres?

¿por qué sentía que si uno de los dos se le acercaba de mas ella iba a ceder?

al final de cuentas los había besado y mentiría si dijera que no quería repetirlo.

era malo que los quisiera a los dos? que deseara las caricias de sirius pero la manera toxica de james al marcarla?

―joder― murmuro creyendo que los dos ya estaban en el quinto sueño.

pero no, los dos se voltearon para verla fijamente, los hermosos ojos avellanas y los profundos ojos grises.

―ateneita― murmuro sirius mirándola.

―te pasa algo?― james fue directo.

ella negó y cerro sus ojos otra vez, los dos se voltearon. o bueno, eso penso ella. 

sirius se la quedo viendo ¿acaso la rubia esta estresada? o el sabia que podía hacer mas y su mano comenzo a subir por la pierna de ella lentamente, esperando que si acaso, ella se moviera y negara el roce.

pero no, atenea no se movía, la mente de la rubia solo esperaba mas y oh mierda, claro que se sentía mal ¡james estaba al lado! y ella también lo deseaba.

la mano de sirius subía a un lento recorrido como si quisiera marcar cada parte de la piel de la rubia para poder llegar a ese punto.

james seguro estaba dormido y no iba a notar eso? o si?

la rubia no sabia pero quería que mas de ese toque pasara.

la mano subía.

acariciaba.

deseaba.

llegaba.

―no me creas estúpido sirius, conozco lo que haces, te recuerdo que lo he hecho.

y con eso la rubia pego un mini brinco y se lamento.

sirius se quedo quieto y se dio la vuelta, james miro a atenea y ella le evitaba la mirada.

―si eso quieres sabes que conmigo lo puedes hacer― susurro.

pero, atenea solo se lamentaba.