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Llegamos a un restaurant, uno bastante elegante y minimalista

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Llegamos a un restaurant, uno bastante elegante y minimalista. Las luces cálidas hacían ver el lugar hermoso.
Nos asignaron una mesa y fuimos a sentarnos, para seguido de esto, una linda mesera nos trajera el menú.

—Pide lo que gustes, no te preocupes por los precios. — habló mientras veía el menú.

No dije nada, miraba los elevados precios de platillos que jamás había probado o visto en mi vida. Trague saliva fuerte.

—Te recomiendo este y este. — señaló Gojo, al ver que después de varios minutos no decidía qué pedir.

—Ah vale, esos entonces. — fingí una sonrisa.

El albino rió.

(...)

Terminamos de cenar: la comida había estado deliciosa, definitivamente valía la pena el precio. No me asombré tanto al ver que a la hora de pagar, Gojo sacara una tarjeta y pagara con esta sin problema alguno.

Ambos nos levantamos de nuestros asientos y caminamos a la salida.

—Y bueno... ¿Qué procede? — pregunta.

—Llévame a casa, estoy cansada y deseo dormir. — emití con una voz suave.

—¿A la tuya o a la mía? fácilmente podríamos ir a un motel, mejor. — sacude mi pelo para molestar.

Ruedo los ojos sarcásticamente. —No hables tonterías, Gojo. Eso no va a suceder, solo en tus sueños. — reí por mis palabras. Podía mentirle a él, pero no a mí misma, y sabía perfectamente que el deseo por estar bajo su piel nacía en mis adentros.

— Tarde o temprano vas a caer, mujercita.

—No creas que porque no he tenido muchos novios, con tu labia barata me vas a endulzar el oído. — sonreí ganadora. — Y me gustaría que me lleves a mi casa, pero saber que mi hermana está ahí... — esto último lo dije en voz baja.

—Mejor te vienes conmigo, a la mía ¿no?

Tal vez esto, estropeaba todo lo que acababa de decir, y pudiera ser un para él, pero en mi mente yo sabía que no pasaría nada. —Si me haces el gran favor de darme hospedaje, te lo agradecería mucho, señor Gojo.

—Está bien, solo porque eres linda. Bueno, maso.

—Tú tampoco eres el hombre más guapo del mundo, o sea tienes ojos celestes, eres albino, alto, unas manos enormes y una sonrisa bella, pero no eres inteligente y eres muy mujeriego, eso te hace mucho más horrendo que alguien más.

—¿Y? ¿intentas bajar mi autoestima, muchachita?. Aquí lo importante es lo que yo pienso de mí, no lo que cualquier persona venga a decirme. Lo siento, bebé, es la relevancia de no darle importancia a los comentarios externos. — Me giñó un ojo.

No dije más. Volvimos a subir a su camioneta y esta vez era para dirigirnos a su apartamento.

Llegando, él inmediatamente fue a darse una ducha, mientras yo me desmaquillaba y me ponía alguna playera extra grande de Satoru como pijama.
Estando en su habitación, recordé la vez que me masturbé pensando en él, ahí mismo, en su cama. Dios mío qué vergüenza, mis mejillas ardieron solo de recordar.

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⏰ Última actualización: Jan 11 ⏰

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❝Cherry❞ || 𝐆𝐨𝐣𝐨 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐫𝐮 (+¹⁸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora