✽ 08 ✽

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- ¿Esta es tu oficina? - musité al entrar y ver que todo estaba en perfecto orden, no había una pizca de basura

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- ¿Esta es tu oficina? - musité al entrar y ver que todo estaba en perfecto orden, no había una pizca de basura.

- Para comenzar, me tienes que hablar de usted. No te permitiré una falta de respeto, muchachita. - emitió sarcástico.

- Okey. - sonreí.

- Y sí, esta es mi oficina. Como puedes ver me gusta que todo esté limpio, así que tampoco toleraré que vengas a hacer desastre o cosas así. Tú traeras todos los días una bolsa para tu basura y yo una para la mía.

- No le veo sentido, la oficina de por sí tiene un bote de basura.

- Ah, pero ese bote sólo es para basuras grandes, como cajas de jugos y ese tipo de cosas, las bolsas son para basura pequeña, como: rollo, basura de lapiz y esas cosas. - explicó.

- Está bien, he entendido todo.

- Oh cierto, y algunas veces viene la licenciada que está a un lado de nosotros, ya ves, viene a darme ciertas visitas no tan comunes. - lo dijo en voz baja.

- Iugh, ¿qué haré yo cuando eso suceda?

- Puedes irte o unirte. - me codeó.

- La primera. - dije horrorizada.

- Niña, eres muy pequeña para comprender las maravillas del sexo, y no hagas esas caras, me recuerdan a cuando se las meto fuertemente.

Mis mejillas se calentaron y por lo consiguiente se tiñeron de rojo.

- Sé cuáles son las maravillas de... ese acto, bueno, creo sólo ustedes tienen el privilegio de disfrutarlo.

- ¿Qué intentas decir con que sólo nosotros lo disfrutamos?

- Pues sí, sólo ustedes pueden acabar, nadie me ha hecho terminar a mí, más que mis propios dedos. - me arrepentí de decir lo último.

El albino se carcajeó.

- Hey, lamento mucho que toda tu vida la hayas estado pasando con idiotas en la cama. Por supuesto que también es nuestro trabajo hacerlas terminar, sería de cobardes que nada más uno termine.

- S-sí, creo soy un imán para los odiotas.

- Yo no soy un idiota, y me atraes. Aparte, eres una persona, no te creas un maldito imán.

Ambos reimos.

- ¿Qué le dijo mi papá cuando usted pidió que yo fuera su ayudante?

- Nada, me dijo que estaba bien, y que si era necesario, ocupara los castigos para enderezarte.

- ¿Castigos? Eso suena turbio, como si estuviese trabajando en el siglo XVIII.

- Ne, tranqui, yo no ocupo castigos como poner a barrer o a hacer doble turno, porque a eso es a lo que se refiere tu padre. Yo ocupo otros tipos de castigos.

❝Cherry❞ || 𝐆𝐨𝐣𝐨 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐫𝐮 (+¹⁸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora