El Guardián del Fin de Siglo

Capitulo 47

A diferencia de Derick, que se despertó más tarde esa misma noche, Noah, cuya fiebre subió y bajó durante toda la noche, no se despertó hasta el día siguiente. Frío, calor. Noah gemía y jadeaba en medio del calor sofocante. Abría los ojos intermitentemente, pero volvía a cerrarlos con rapidez. Como si estuviera teniendo una pesadilla, de vez en cuando repetía palabras como "ayuda" y "por favor" entre sus gemidos.

Mientras observaba cómo Noah inhalaba y exhalaba, Calyps echó un vistazo al cuaderno de la mesilla. Seguía en la esquina del bolsillo interior de Noah, desgastado y hecho jirones desde la primera vez que lo había visto. Había sido un regalo de su hermana, Siena. La cara de Calyps se torció al recordar el rostro de su prometida muerta. Hasta que lo vio, había olvidado lo que había pasado.

Todavía te acuerdas de eso.......

A pesar de atesorar este regalo de su hermana muerta, Noah nunca había hablado ni mirado a Calyps con rencor desde aquel día, y por eso nunca había podido disculparse con él por lo sucedido. No debería haberlo hecho. Debería haberse disculpado correctamente.......

Le invadió una oleada de arrepentimiento. Resuelto a disculparse por lo ocurrido cuando Noah despertara, Calyps miró fijamente al hombre dormido. Mientras la escena de casi perderlo ante sus ojos pasaba por su mente, Calyps apretó los puños con fuerza, sintiendo que la sangre se le volvía a escapar.

Luego, una leve sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios, aunque estaba desconcertado por el torrente de emociones. No le sorprendía lo que sentía, pero lo que le hizo sonreír fue darse cuenta de lo profundo que había llegado a ser sus sentimientos.

Así que por eso me llamó denso.

Calyps sonrió con satisfacción, recordando a su amigo, que siempre se burlaba de él por ser denso. Tenía razón, era denso. Si no me di cuenta de la profundidad de mis sentimientos hasta que casi pierdo a la persona que amaba, ¿Qué más podía ser?

Una parte de él quería quedarse al lado de Noah hasta que despertara, pero tenía trabajo que hacer. Se secó el sudor de la frente por última vez y salió de la sala. Al salir de la sala, Bauman y Arnold, que le habían estado esperando, se acercaron a saludarle. Detrás de ellos, vio un rostro conocido.

"Bauman, Arnold."

"Me alegro de volver a verlo sano y salvo. Capitán Calyps".

"Contaba con que estuvieras vivo".

"Confiábamos que como un héroe de guerra no morirías tan fácilmente".

Los ojos de Calipso se posaron en el rostro de Levi, que estaba inusualmente sombrío en medio de sus jubilosos camaradas, apretó los labios, conteniendo sus emociones, como si ya estuviera anticipando algo.

Mientras recogía las pertenencias de Jason, Calyps pensó inmediatamente en Levi. Esos dos eran tan particulares que incluso Calyps, que no solía prestar atención a las relaciones de quienes le rodeaban, sabía de ellas.

Los ojos vacíos de Levi parpadearon bruscamente cuando clavó la mirada en Calyps. Cuando Calyps se acercó, Levi dio involuntariamente un paso atrás, asustado. Calyps sabía mejor que nadie a qué le temía, y esperó lo suficiente a que se calmara. Mantuvo la cabeza gacha todo el tiempo y, cuando levantó la vista, Calyps pronunció el nombre de Levi. La mano delgada y temblorosa daba lástima.

"Sargento Levi Ross".

"...... Sí."

Calyps le entregó a Levi el recuerdo de Jason que había estado sosteniendo en sus brazos todo el tiempo.

"Ah..."

Al ver la placa de identificación de Jason y el collar con relicario que siempre llevaba, Levi se derrumbó. Por muy decidido que estuviera, todo fue inútil ante la muerte de un ser querido, y ese era cierto para todos los presentes.