Capitulo 45

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Al llegar a la armería, Abel se apresuró a buscar una granada. Al encontrarla acumulando polvo en un rincón, sonrió de oreja a oreja.

"¿Seguro que esto se puede usar?".

Murmuró Abel, quitando el polvo acumulado. Uf, mira el polvo. ¡AH-CHOO! estornudando, Abel, se dio vuelta y le mostró a Oliver la granada.

"¿Qué? ¿Qué es esta granada?".

"Mhn, una granada aturdidora. ¿Puedo usar esto?"

"Ah, sí. Estoy seguro de que puedes usarlos. ¿Pero por qué una granada aturdidora de repente...?"

Abel escuchó la pregunta Oliver, pero tenía prisa y rápidamente agarró la caja que contenía las granadas aturdidoras. Sin embargo, lejos de su fuerza física habitual, Abel fue incapaz de superar el peso de la caja y se tambaleó. Oliver, que le observaba desde atrás, chasqueó la lengua.

"Oh, gracias."

Le arrebató la caja con la granada de la mano y volvió a la pregunta.

"Ni lo menciones. Pero ¿Para qué vas a usar de repente todas estas granadas?"

"Para tomar al zombi con la guardia baja".

"¿Qué?"

¿Usar granadas cegadoras contra zombis que ni siquiera pueden ver para tomarlos desprevenidos? Al oír las palabras de Abel, Oliver se le quedó mirando como si acabara de oír una tontería novedosa. Al ver esa mirada, Abel se rió a carcajadas por lo que le pareció tan gracioso. Oliver se sintió más ofendido por aquel dedo que le metía en la cara que por su risa.

"No, doctor, ¿por qué se ríe, no cree que tengo razón, qué clase de granada aturdidora son esas para una panda de ciegos de mierda?".

"Ah, por supuesto que no funcionará con los otros zombis".

Pero creo que esto podría funcionar con el que acaba de aparecer. Oliver entrecerró los ojos ante las palabras de Abel. Por ahora no podía seguir las palabras de Abel.

Mientras observaba a Abel sonreír de oreja a oreja, Oliver se preguntaba en qué estaría pensando aquel científico loco y egoísta, pero deseaba que dejara de estar loco y volviera a su búnker subterráneo.

"cómo esa cosa puede ver. probablemente sea sólo un momento, pero habrá una brecha."

"¿Eh? ¿Qué quieres decir con que puede ver?"

"¿No lo viste antes, evitando todas las balas y bombas?"

Shhh, añadió en voz baja Abel, que hacía ruidos con la boca* y se paseaba de un lado a otro.

N/: me imagino que aquí quiere decir algo como: no paraba de hablar, pero preferí dejarlo como está escrito.

"Lo que es crucial es que el color de sus ojos es extraño."

Las palabras fueron escupidas en un tono agrio, teñido de profundo disgusto

"¿El color de sus ojos?"

"Uh, es de un color diferente al de los demás".

"¿sí?"

Oliver preguntó de qué color era, pero Abel no respondió.

"Bueno, basta de hablar de sus ojos raros, vamos a la sala de conferencias aún tenemos que planear una estrategia".

Oliver suspiró pesadamente, mirando la parte posterior de la cabeza de Abel mientras caminaba hacia la sala de conferencia. Ah, no lo sé. En serio.

El Guardián del Fin de SigloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora