Después de lo que le pareció una eternidad a Bomin y Daehwi, Sanha volvió a sentarse con los ojos algo hinchados pero una sonrisa en el rostro.
- Debo decir que te ves extremadamente guapo hoy, querido Sanha - dijo Bomin mientras le arreglaba un poco la camisa café holgada que habían elegido para vestirlo.
- ¿Qué quieres? - contestó con una sonrisa Sanha, incluso con su corazón roto mostraba esa alegría que solo él podía transmitir.
- Necesitamos que vengas con nosotros - comenzó Daehwi - tengo que decirte que yo no estaba de acuerdo al principio porque tú estás chiquito y todo eso, pero este baboso es muy rápido y no tuve más opción que hacerlo.
Mientras le decía esto ya se encontraban en la entrada que Jinwoo les había señalado. Sanha miró extrañado en tanto Bomin escribía una contraseña en el teclado electrónico, luego de un suave sonido la puerta se abrió y quedó un pasillo oscuro iluminado solamente por luces azules que se extendían a lo largo de las paredes.
- Chicos, ¿qué es esto?
- Habitación 24B, la clave es 3406 - y eso fue todo.
Después de cerrar la puerta Sanha se encontró un poco desorientado, no sabía muy bien que estaba pasando, aunque por lo que ha visto en las películas se podía imaginar que era esto. Un baile erótico. No estaba preparado para uno de esos, su mente no paraba de pensar en su mamá, que siempre le dijo que no se metiera en esos lugares de mala muerte, y que nunca iría a buscarlo allí ni a la comisaría, tendría que vivir con la deshonra y la vergüenza de haber pasado por eso. Ahí estaba, la habitación 24. Ingresó los números en el teclado pero se le negó el acceso. Una, dos, tres, cuatro, cinco veces, fueron tantas que la máquina bloqueó los intentos de acceso y pidió una huella y tarjeta de administrador.
- Carajo - dijo bajito mientras se tapaba la cara con las manos, cuando escuchó la puerta de al lado abrirse un poco
- Hola - le dijo una voz suave y delicada, y el par de ojos más bonitos que hubiese visto - no es algo que debería hacer, pero... ¿es tu nombre Sanha?
- Sí - sintió la cara arder de vergüenza, esto era peor que llamar a su mamá para que le fuese a dejar ropa interior luego de mearse los calzoncillos en 5to grado.
- Ah... - Bin no pudo evitar reír - estabas intentando ingresar a la habitación 24A, y era en la 24B.
Si la tierra se hubiese abierto y tragado a Yoon Sanha en ese preciso instante no habría sido un problema para él, hasta le agradecería a la Pachamama tener ese gesto tan bonito y ya acabar con esa escena que de seguro lo dejaría con varias sesiones en el psicólogo, pero la vida no es así, por lo que tuvo que reír y susurrar un "que tonto soy", antes que el hombre que estaba en la puerta correcta se corriese y lo dejara entrar.
Sanha miró la habitación y quedó impresionado. Había un sillón grande de cuero, o lo que parecía cuero, un caño al centro con iluminación tenue, una botella de champaña (probablemente la más barata) y un pequeño contrato que tuvo que leer antes de poder hacer algo más.
- Aquí básicamente dice que puedes tocarme y yo a ti, que esto es consensuado, pero no mantendremos relaciones sexuales en esta habitación porque no tenemos licencia de motel. Bin le guiñó el ojo y Sanha ya estaba sonriendo como una colegiala enamorada. Firmó y entonces una suave música comenzó a sonar.
Si alguien le dijera a Sanha que esta era la última noche en la que podría ver y luego quedaría ciego no le hubiese importado, porque la forma en la que se movía el chico que estaba frente a él era todo lo que estaba bien con el mundo. La música era lenta y sensual, al igual que los movimientos del stripper, que se mantuvo en el caño durante un buen rato, dejando a Sanha deleitarse con cada body roll y pequeña gota de sudor que comenzaban a formarse en su cuello y lo que podía ver de su clavícula. De a poco comenzó a desprenderse de su ropa, un traje negro con brillo y pantalones planchados, realmente no se veía como un disfraz de stripper. Luego de quitarse el saco y la camisa Sanha no pudo evitar extender la mano, por lo que su bailarín sonrió gustoso y se acercó para que pudiera sentir sus tonificados músculos.
- ¿Qu-qué tanta ropa debes quitarte? - preguntó valentonado por la situación irreal en la que se encontraba. El stripper se acercó a su oreja y lentamente contestó
- Por ti bebé, puedo quitármelo todo - para alejarse un poco y comenzar a desabotonar su pantalón.
Lo único que Sanha pudo hacer fue morder su labio, la sangre se sentía a hervir y juraba que cada músculo de su cuerpo se llenaba de energía y tensión. Quería tocarlo, besarlo, y que él le correspondiera, era algo que nunca en su vida sintió con tanta intensidad, y le sorprendía... además de gustarle. Cuando el chico quedó el soutier y se acercó para bailar en su regazo no aguantó más y comenzó a hablar.
- y... ¿cuál es tu nombre? - Sanha miró a los ojos del bailarín y pudo jurar que su miembro saltó dentro de sus pantalones.
- Puedes decirme catboy - le dijo entonces con una sonrisa.
Y Sanha no pudo más. Comenzó a reír y reír, sin importar lo descolocado que estaba el stripper o lo mucho que le doliera el abdomen en ese momento.
- Como... como... - comenzó a decir, más las palabras no salían de su boca - como Catboy de PJ mask.
En su mente sabía que no debía decirlo, que no era correcto reírse del chico que estaba trabajando frente a él, pero fue inevitable, apenas salió de sus labios ese nombre no pudo evitar imaginarlo disfrazado de catboy, con una bonita pijama y su lujuria se fue al carajo, justo al ladito de su dignidad. Bin lo miraba confundido, no estaba cohibido ni nada, tampoco avergonzado, solo muy muy confundido.
- ¿Qué es PJ mask? - le dijo con un pequeño puchero, incapaz de seguir bailando.
- Son unos libros y los hicieron caricaturas, ¿nunca has visto?, catboy es muy lindo debes estar muy orgulloso de portar ese pseudónimo.
- No tenía idea que ya existía - le contestó poniéndose el pantalón de nuevo. Al ver esto Sanha se percató de lo que había pasado.
- Ay no - dejó de reír limpiando una lágrima de felicidad que se había formado en su ojo - lo arruiné, discúlpame catboy - y volvió a romper en risas, contagiando a Bin. Este chico era sin dudas algo especial.
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Blue lights (Binsan)
FanfictionSanha es un estudiante de enfermería con un corazón roto y dos amigos dispuestos a hacer lo que sea con tal de verlo sonreír otra vez. Bin es un bailarín muy singular con un pasado corporativo que no quiere recordar y un lenguaje del amor un poco co...