La música tronaba en los oídos de ambos, el aire caliente hacía que cada respiración fuera más dificultosa, bueno no solo era el calor, sino también la sensualidad del baile que estaban ejecutando. Las manos de Bin no se detenían y delineaban a gusto las curvas de Sanha, su cintura, su cadera y una que otra vez el trasero del menor, que sin duda era su mejor atributo. Yoon no se quedaba atrás y presionaba sus manos a los bíceps de Moon, rozando su clavícula y luego sus pectorales. Las narices de ambos se rozaban y los labios querían tocarse, pero esperar era lo mejor, estaban construyendo una tensión que sin duda terminaría en una explosión. Sanha se sentía increíblemente sensual, como nunca antes, ya que no era fiestero, pero salir con Bin ese día había sido la mejor decisión; el estrés de su día había desaparecido, al igual que sus inhibiciones, y solo quería dejarse envolver por los brazos de su mayor y consumirse en el placer.
- Creo que necesito algo - susurró Sanha en el oído de Bin
- Puedes pedirme lo que sea
- Quiero... te quiero a ti - ni siquiera él hubiese imagino que estaría ahí, con una sensual media sonrisa, proponiéndole algo más que un té al chico que había conocido 24 horas antes.
Una sonrisa traviesa se dibujó en la cara de Moon, los deseos de Sanha serían sus órdenes por esta noche. Salieron rápido del club directo a un taxi y al departamento del mayor, pues era claro que no podían ir a pasar la noche a la residencia de la universidad, Bin quería que Sanha hiciera ruido, que gritara su nombre hasta desgarrarse la garganta y para eso necesitaba su espacio. Llegaron al apartamento y Bin se dedicó a desvestir lentamente al menor, rozó cada centímetro de su piel con delicadeza, susurrando hermosas palabras de amor en su oído, porque era lo que se merecía ese chico dulce que había conocido hace tan poco pero que pensaba seriamente había cautivado su corazón. Sanha dejaba que los toques en su piel lo marcaran como fuego, que todo aquel terreno desconocido se hiciera familiar, y lo deseaba, deseaba demasiado a Bin como para aguantar, era sin duda una conexión a primera vista, algo que creyó nunca le sucedería a él.
- ¿Estás seguro? - preguntó una vez más el mayor, cuando tuvo a su pareja preparada y jadeando por más
- Lo estoy - contestó en un gemido mientras los labios de Moon dejaban un pequeño rastro en su cuello, y volvían hasta su oreja.
- Que bien, porque no creo que pueda detenerme.
Sin miedo se adentró en el joven, quién realmente sufría por este nuevo dolor, pero sabía era necesario para alcanzar las nubes de placer que poco minutos después comenzó a experimentar. Bin tocaba su piel y dejaba pequeños besos, atendía su intimidad mientras comenzaba un vaivén que a él mismo lo anonadó, pues si bien no era un gran experto en la materia, tenía cierta experiencia. Ambos jadeaban y gemían mientras todo comenzaba a tomar más velocidad, sus pensamientos inundados del otro, las sensaciones aumentadas a un cien por ciento, hasta que Sanha comenzó a sentir ese nudo en su abdomen bajo.
- Voy a... - no lograba emitir más sonidos pues el deleite era demasiado.
- Hazlo para mí, cariño - respondió Bin seguido de un jadeo bajo, logrando que ambos vieran estrellas mientras se envolvían en un beso lleno de amor.
*
La mañana llegó y con ello las consecuencias de sus actos, Sanha no sabía muy bien qué hacer cuando vio el sol por la ventana y un cuerpo calientito y desnudo a su lado. ¿De verdad había cometido esa locura en un momento de deseo? Se despegó como pudo de Bin y se fue a la sala de estar, cojeando un poco, llamó a Daehwi porque es lo único que haces cuando tienes 21 años y cometes un acto de esa naturaleza.
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Blue lights (Binsan)
أدب الهواةSanha es un estudiante de enfermería con un corazón roto y dos amigos dispuestos a hacer lo que sea con tal de verlo sonreír otra vez. Bin es un bailarín muy singular con un pasado corporativo que no quiere recordar y un lenguaje del amor un poco co...