Capítulo 9: Pretty please

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La ventana empañada por la lluvia era sin dudas mas interesante para Sanha que sus clases de biología y el profesor ya no perdonaba.

- Señor Yoon retírese del salón por favor, si la lluvia lo hipnotiza tanto tal vez deberí estudiar meteorología.

El joven ni siquiera se insultó, soltó un suspiro cansado y tomó sus cosas, de nada ayudó que la mochila se le resbalara de las débiles manos y detuviera de nuevo la clase. Cerró los ojos por algunos segundos y se dispuso a recoger sus cosas para marcharse. 

Los ojos medios rojos y los párpados caídos, labios resecos y partidos por el frío y la falta de hidratación, Sanha se veía terrible. Y lo estaba, estaba cansado de pensar en Bin, de darse cuenta que el sexo si era algo importante para él y no debió perder su primera vez con un chico de una noche. Los pensamientos circulaban en torno al stripper, sus besos y sus caricias, la forma en que sus ojos parecían lunas infinitas cuando reía y el puchero que se formaba cuando algo le molestaba, como si molestarse fuese también motivo para verse adorable.

- Sanha... - miró hacia arriba desorientado, estaba sentado en una banca bajo la lluvia y ni siquiera notó como llego ahí.

- Jin, hola - le regaló una mueca disfrazada de sonrisa - ¿qué haces por aquí?

El otro se removió incómodo bajo su paragua porque claro, la actitud distante y retraída de Sanha coincidía con el tiempo en que ambos había roto, y la culpa carcomía al mayor.

- No te he visto muy bien, me han llegado comentarios respecto a tu salud, que te ha ido mal en la universidad y demás.

- Estoy bien - los ojos se le llenaron de lágrimas. Tan patético era que su ex novio se le acercó pues le comentaron que estaba mal. Él tampoco se devolvería el llamado, siendo sincero.

- Estas sentado bajo la lluvia, te vas a enfermar. Y se que deberías estar en clases.

- Estoy bien, Jin. No te preocupes. 

Y caminó, dejó al contrario mirandolo con curiosidad, ese no era Sanha, tal vez algo se había encargado de dominar su cuerpo y sus acciones, porque era demasiado extraño ver así al futuro enfermero.

¿A dónde crees que vas? Se dijo en la mente, cuando era claro que su cuerpo estaba buscando algo, algo que le hacía falta, que era como el agua que anhelas en el desierto, o la ducha después de sudar durante horas. El departamento de Bin fue víctima de sus delgados y cansados dedos, teniendo que tocar varias veces para recibir respuesta.

El stripper acababa de salir de la ducha, y estaba tan acostumbrado a que le vieran sin ropa que abrir la puerta envuelto en toalla no sería un gran problema para él.

- Hola - los ojos de Sanha se encendieron al instante, como si estuviese esperando eso durante muchos días. Así era.

- Sanha ¿qué haces aquí? - la cara de Bin se desfiguró al ver la fantasmal figura del chico que hace solo unos meses irradiaba vida sentado en una butaca viendolo baila - pasa.

Le dijo que pasara, que entrara en su departamento, lo que no tenía sentido. No podía, no debía hablar con él, ni verlo ni tocarlo, ni preocuparse, debía pretender que nunca existió en su vida.

- ¿Cómo has estado? - comenzó a rascar su mano donde se podía ver una irritación roja y llena de pequeñas ampollas, definitivamente su dermatitis había vuelto a full desde que dejo de ver a Bin.

- Yo normal, supongo ¿te ocurrió algo? te ves cansado, seguro que la universidad te ha tomado demasiado tiempo ¿verdad? - Bin no podía vivir con saber que él había provocado el cambio en el dulce joven.

- No, no es la universidad. Eres tú - sus ojos se volvieron penetrantes entonces, ni un resquicio de arrepentimiento en revelar la verdadera razón de su radical cambio - no he podido estar bien desde que terminamos. Pfff, terminamos, mira lo patético que soy, pensando que terminamos algo que nunca comenzó. Entiendo por qué no me llamas.

Bin no comprendía esos pensamientos autodestructivos y nunca se imaginó a Sanha en un lugar tan oscuro como ese. 

- Por favor, no hables así. Espera aquí.

Sanha no pudo evitar observarlo, se movía como mucha gracia, como el excelente bailarín que era, y las gotas de la ducha que continuaban en su piel eran realmente fascinantes. "Luce demasiado sexy" pensó, aún en su estado de piloto automático, Bin lo prendía como si verlo fuese gasolina en todo su ser.  Volvió y le trajo una bebida hidratante, con unas galletas de chocolate y fresa, Sanha agradeció y comió en silencio. Moon aprovechó para vestirse, solo un short negro, no tenía la necesidad de cubrirse, no cuando disfrutaba como Sanha lo devoraba con la mirada porque también lo había necesitado, estaba nervioso.

- Quiero que me digas lo que está pasando - fue lo primero en salir de la boca de Sanha luego de terminar la merienda improvisada que Bin le proporcionó.

- Nada está pasando - se levantó rápido para no tener que mirarle a los ojos mientras mentía - todo está bien.

- Deja de mentirme - Sanha también se puso de pie y tomó la muñeca de Bin para que se volteara a mirarlo - dime qué sucede.

- Nada - los ojos de Bin viajaban a los labios de Sanha por instinto, era más fuerte que él. Obviamente no merecía esos labios y lo sabía de sobra, pero su voluntad flaqueaba al tener al joven que rompió algunos escudos de su corazón tan cerca de nuevo.

- Demuestralo entonces - ambos estaban sorprendidos por las atrevidas palabras del menor - hazme el amor de nuevo.

Todo malfuncionó en el cerebro del mayor en ese momento, qué mas quisiera él que poder hacerle el amor libremente a ese universitario que de pura casualidad se había convertido en su obsesión, pero era peligroso.

- No es tan fácil - tuvo deseos de gritar, de decirle que mandarlo todo al carajo y arriesgar su integridad - no puedes pedirme que haga esto cuando no sabes - cerro los ojos y se volteó de nuevo, debía poner distancia entre ambos antes de que fuese demasiado tarde.

- ¡Carajo Bin no te entiendo! ¿qué mierda quieres de mí? ¿quieres que me arrodille, eso quieres? porque lo haré, te necesito... te... nece... - no pudo continuar luego de articular esa última frase, qué era todo eso que admitió de golpe.

- Sanha - fue todo lo que susurró Bin antes de volver a mirarlo a los ojos y rozar sus labios con delicadeza - perdóname...

Ninguno de ellos comprendía bien lo que pasaba pero sin duda se sentían en el cielo, las manos viajaban desde la nuca hacia abajo, en un intento por tocar todo el cuerpo contrario lo más rápido posible. Bin se deshizo de la polera de Sanha en un movimiento rápido y soltó suspiros al poder posar sus labios otra vez en la delicada piel del hombre que le gustaba realmente, no una que fue impuesta por la fuerza y el poder sino la que en realidad deseaba. Sanha solo gemía bajo tirando su cabeza hacia atrás, dejando que Bin recorriera su cuerpo con la lengua, comenzaron a moverse lentamente hacia la habitación, donde luego de muchos besos y suspiros, y calor y amor, volvieron a entregarse el uno al otro y por fin ambos corazones descansaron de la maldita angustia que sentían. 

"Te vas a arrepentir" leía el mensaje que llegó al celular de Bin solo unas horas después.

*

Una pequeña actualización a esta historia que ha estado bastante dejada de lado, pido perdón, porque tampoco le di una segunda lectura a esto ^^ gracias a quienes siguen leyendo y dejando estrellitas! Cariños ~

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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Blue lights (Binsan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora