Capítulo 6

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Sanji formaba parte de la cocina. Zoro lo había observado en el desayuno y ahora en la cena, pero actuaba como una extensión de la cocina. No era simplemente un cocinero. La forma en que se movía con soltura, cómo las manos trabajaban a la velocidad del rayo, sin vacilación. 

Era muy intrigante verle trabajar. A Zoro nunca le había importado antes, pero ahora quería sentarse en la preparación de cada comida y simplemente observar a Sanji. Había visto a Sanji cocinar antes pero sentía que nunca se había dado cuenta.    

"No tienes que quedarte aquí. Me siento mejor, y no estoy preocupado por el viejo ese, ya no. No voy a dejar que me afecte". Le dijo a Zoro después de lo que podrían haber sido horas de silencio. Zoro se encogió de hombros y explicó que no le importaba quedarse con Sanji, que era mejor que estar cerca de Daigo y que en realidad no quería estar solo, y que era interesante verle trabajar en la cocina con tanta facilidad. Era una habilidad de la que Zoro siempre supo el valor, pero ahora realmente lo sabía y ser un chef no era sólo hacer comida tras comida. Era mucho más complicado. Como tuvo que aprender a dominar las espadas, Sanji tuvo que dominar la cocina.

"Podrías haber dicho simplemente que te gusto ahora."

"Pero no dije eso."

"No tenías que hacerlo. Relájate, espadachín. Ahora empiezas a gustarme mucho. No eres la peor compañía del mundo, y eres agradable. Me cuidas incluso cuando te grito y te digo que me dejes en paz y no has dicho nada a la tripulación sobre lo de anoche".

"Eres mi compañero de tripulación, y no digo que seas débil ni nada de eso, sólo que parece que ahora mismo te vendría bien alguien. Resulta que yo soy ese alguien".

"Y eso me hace muy feliz".

A Zoro también le hacía feliz, un nuevo tipo de felicidad que aún no estaba seguro de entender, pero cuanto más tiempo pasaba cerca de Sanji, más lo sentía, y más lo deseaba. Pasó más tiempo y ese sentimiento se hizo cada vez más fuerte. Quería la respuesta cuanto antes, pero no le importaría esperar. Eso solo significaba mas tiempo con Sanji.

"Mmmm, huele delicioso". Dijo Vivi, sobresaltando a Zoro, que había estado tan concentrado en Sanji que ni siquiera oyó abrirse la puerta ni sus pasos. "Sanji, Usopp y yo hemos intentado dejar la cocina como a ti te gusta, pero creo que no hemos puesto todo como debe estar".

"Todo bien, Vivi. Ustedes dos han hecho un trabajo mejor que cuando Luffy intentó cocinar". Se rió, un sonido que Zoro podría escuchar para siempre.

"Es bueno oír eso. Deberíamos comer fuera. La puesta de sol es preciosa y creo que un picnic estaría bien". Suspiró, dando vueltas. "En Alabasta, mi padre y yo solíamos comer en nuestro balcón y ver la ciudad y el sol ponerse debajo de nosotros".

"¡Entonces comeremos fuera! Vivi, ve a decírselo a los demás. Zoro, ayúdame a llevar todo esto fuera". Sanji sonrió, sosteniendo cuatro platos en sus brazos. Estaba radiante de felicidad, una sonrisa se extendía por su cara, su ojo gris arremolinado brillaba. La sensación en su pecho volvió a través de su cicatriz, y Zoro seguía preguntándose cómo mantener ese sentimiento. Le atormentaba, pero quería que le atormentara.

¿Qué le pasaba?

Cogió tres platos y siguió a Sanji, que parecía flotar en vez de caminar. Era como si por fin hubiera encontrado el All Blue.

Entonces Zoro se preocupó.

Se trataba de un cambio muy repentino en su comportamiento, y no es que fuera raro que Sanji cambiara en un instante, pero hacía más de un día que no se mostraba tan feliz, y era como si no existiera Daigo, ni los recuerdos que Zoro aún no conocía.

No Lo Dejes Ir - ZosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora