Capítulo 20

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Cuando Sanji despertó, no estaba en el Going Merry. No estaba en ningún barco. Cuando se despertó, Sanji estaba tumbado en la marea baja, con la espalda pegada a la arena y el agua moviéndose alrededor de su cuerpo.

Se incorporó, sin tener ni idea de donde estaba. No había tierra cerca de él. Estaba en el océano más vasto que había visto nunca, y el más azul. No recordaba un lugar así, ni con su tripulación ni con los Baratie, ni siquiera antes. ¿Cómo había acabado aquí? Lo último que recordaba era a Zoro, sólo a Zoro, pero el recuerdo anterior a eso era que estaba en el Going Merry, en mitad de la noche, decidiendo que lo mejor que podía hacer era tirarse con Daigo al mar, muy consciente de que probablemente moriría y también acabaría ahogándose.

Tampoco estaba herido. 

No había rasgaduras en su traje ni manchas de sangre. No tenía las manos destrozadas ni apuñaladas. Su cabeza no latía con fuerza y su cadera se sentía normal y la sensación persistente de los dedos de Daigo no estaba allí. Podía sentir la parte posterior de sus rodillas y no estaban cortadas. Estaban enteras e intactas, y su tobillo izquierdo no estaba roto.

Estaba bien. Eso era imposible, a menos que... 

"Oh mierda, me morí."

Muerto a los diecinueve. Sanji estaba un poco sorprendido de haber tardado tanto, pero había terminado. Murió, y no había forma de volver de la muerte. No podía volver a la vida ni nada parecido. Estaba atrapado en el otro lado por el resto de la eternidad. Él tomó la decisión. Sabía lo que hacía y dónde acabaría después de esa patada.

Aún así, en el fondo deseaba no estar muerto. Siempre tuvo el plan de volver con Zeff y cocinar con él hasta que la próxima aventura lo llamara. Incluso si no se quedaba en el Baratie, quería ver al viejo por última vez, contarle sus aventuras y decirle lo mucho que lo apreciaba. Sanji solo esperaba que su última interacción fuera suficiente, porque no estaba seguro de que lo fuera.

Y la tripulación. 

Murió por la tripulación y no se arrepentía, pero ya los echaba de menos. La mejor época de su vida había sido con aquellos idiotas, y se había acabado en un instante. Pensó que navegaría mucho tiempo con ellos, pero tonto de él por esperar que algo no lo matara con cómo vivían. Deseó poder despedirse de todos ellos, tener una comida más con ellos, una última pelea, sólo un recuerdo más, y deseó no morir tan brutalmente delante de Nami y Zoro.

Zoro.

Su Zoro.

Sanji debería haberle confesado sus sentimientos a Zoro esa misma noche, después de bailar, cuando reían juntos. Ese habría sido el momento perfecto para decirle a Zoro lo que Sanji sentía de verdad, y ahora nunca tendría esa oportunidad. Zoro nunca sabría que Sanji quería besarle y ser algo más de lo que eran.

Y nunca tendría esa segunda cita.

Sanji gimió y se levantó, preguntándose por qué el más allá tenía ese aspecto. Era mejor pensar en otra cosa, de lo contrario rompería a llorar, pero ¿quién no lloraría cuando se diera cuenta de que estaba muerto?

Alguien que quería estar muerto.

Ah. 

Eso tenía sentido.

"¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¿Estoy solo? No quiero estarlo. Sé que básicamente elegí morir, ¡pero no quiero estar solo! ¿Hay alguien más muerto conmigo?" gritó, vadeando las aguas poco profundas. Pequeños pececillos nadaban a sus pies, perseguidos por una colorida anguila con dos cabezas.

Pensó que esas anguilas sólo existían en el North Blue.

Casi se cae al mar, con un pie hundido en la clara profundidad. Sanji no vio el borde, lo que fue un shock porque el agua era la más clara y azul que había visto en su vida. No podia distinguir donde acababa el banco de arena y donde empezaba, como si fuera mágico o cambiara constantemente. Respiró hondo y se fijó en todos los peces que nadaban cerca de la superficie. Reconoció a más de uno por haberlos visto en persona, pero había algunos que sabía que sólo vivían en el North Blue o en el West Blue. 

No Lo Dejes Ir - ZosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora