Un alfa castaño se encontraba estresado en su estudio, rodeado de montones de papeles en el escritorio y el suelo, suspirando apartó sus lentes y se recostó por completo en su silla.
―¡Papá! ―un pequeño azabache de cabellos lacios llegó corriendo seguido de otro ligeramente más alto, con los mismos rasgos.
El hombre sonrió cargando a uno de sus hijos ―Jeongin, deja de perseguir a Sunoo con esa espada de juguete.
―Es un cobarde, no me enfrenta después de haberme golpeado con la almohada en la cara ―se quejó Jeongin señalando a su hermano con el juguete.
―Fue accidental ―hizo un puchero escondido en el pecho de su padre.
―No es accidente si pasa dos veces, ¡tonto!
El hombre se levantó cargando a su hijo menor ―Si lo quieres atacar entonces tendras que pasar por mi primero —jugando salió corriendo con su hijo en brazos.
Jeongin rió y eso fue todo para poner al castaño más grande de buen humor —¡Esperen ahí, no escaparán! ―levantó la espada de juguete y corriendo con diversión en busca de su padre y Sunoo.
La casa se había llenado de gritos y risas hasta que el mayordomo del castaño le llamó.
Carraspeando dijo: ―Señor Jeon, tiene una llamada en su oficina ―sonrió viendo como sus dos hijos estaban sobre aquel hombre.
Suspirando aventó a sus hijos contra el sillón los cuales rieron ―Pequeños monstruos, papá tiene que ir a contestar una llamada, pónganse sus pijamas y a dormir.
―¿Es otra niñera? ―preguntó Jeongin—. No me gustan.
―Pues sí, es otra niñera, la cual necesito con ustedes porque esta última fue despedida. Así como las trece anteriores ―picó la nariz de Jeongin.
―Son malas ―dijo el más chico.
―No todas, ustedes se han encargado de correr a cada una ―respondió.
―Porque no queremos que nadie más nos cuide, solo tú ―Jeongin se cruzó de brazos.
―Saben que aveces no puedo hacer eso, necesitan a alguien que los vea todo el tiempo.
―Señor Jeon... ―su mayordomo volvió a llamar
El hombre volvió a suspirar y se levantó ―Hagan lo que les dije, iré a darles las buenas noches si consigo su nueva niñera ―besó las frentes de sus dos hijos.
Después de que vio a sus hijos marcharse, fue a su estudio, recogió algunos papeles tirados y contestó el teléfono en su escritorio, con cansancio se reclinó en su silla y habló:
―¿Sí?
―¿Señor Jeon Jungkook?
―Sí, él habla ―talló su sien con la mano libre.
―Llamo para el puesto de niñera. Supe que estaba solicitando el servicio con apuro.
Jungkook asintió ―Sí, es correcto.
―¿Le molesta si me entrevista por teléfono? Y luego podría ir a dar una muestra de mis servicios el día de mañana.
―De acuerdo, ¿cuál es su nombre?
―Jung Wheein, soy una beta sin aroma, tengo veintinueve años y mis experiencias son cuidar niños recién nacidos hasta los quince años. Sé cuatro idiomas además del coreano los cuales son italiano, francés, inglés y español, puedo darles tutorías completas y también sé cocinar.
Jungkook suspiró despacio ―De acuerdo, me parece interesante las tutorías e impresionante el conocimiento de los idiomas pero, ¿tiene en cuenta que son siete niños desde el primer año hasta los diecinueve? Y por sus conocimientos de cocina no hace falta, solo necesito a alguien quien cuide de todos ellos.
―Bueno señor Jeon, siempre he dicho que desde los dieciséis un joven ya puede valerse y cuidarse de si mismo, no se necesita una supervisión.
El alfa frunció el ceño.
―Según mi madre, no hacía falta una persona que te guiara cuando ya tienes uso de razón y sabes diferenciar entre lo bueno y malo, así que creo que sus hijos mayores estarían bien por su cuenta a diferencia de los más pequeños y-
―No está contratada ―sin más cortó, soltó una queja.
Jungkook realmente necesitaba conseguir a alguien, sus cachorros se habían encargado de echar a las niñeras con algunas travesuras o haciéndolas enojar todo el tiempo hasta que ellas mismas renunciaran.
―Señor Jeon ―su mayordomo se adentró al estudio.
―¿Qué pasa?
―Sus hijos me suplican que suba a darles las buenas noches.
Jungkook asintió poniéndose de pie —Gracias Yoongi, puedes descansar, no haré nada más.
Yoongi se inclinó y salió del lugar.
Jungkook llegó al cuarto de sus dos niñas más pequeñas. Sonrió al ver a NingNing meciendo a su hermana en la cuna ―¿Yuna se ha dormido? ―miró a la bebé con ojos cerrados.
NingNing asintió. Ella y la pequeña Yuna eran omegas.
―¿Y tú? Debes dormir también.
NingNing hizo un movimiento de señas con sus manitos frente a Jungkook con un puchero. "Mi beso".
El alfa sonrió, tomó a su hija en brazos y la arropó en la cama ―Jamás podría olvidarme de algo así ―dejó un casto beso en la frente―. Descansa, mañana se quedarán con Yoongi y Solar después de la escuela.
La castaña volvió a hacer movimientos con sus manos y un gesto de duda. "Niñera".
Jungkook negó ―No pude conseguir a alguien ―suspiró.
"Cansado" dijo en un gesto de manos, NingNing, para después acariciar el cabello de su padre como si fuese un felino.
Jungkook rió ―Sí, solo un poco. Por cierto Nini... ―la niña le miró esperando—. Tú nunca te vas con extraños, ni siquiera dejas a las niñeras tocarte en los primeros días... ¿Por qué de repente te dejaste cargar por un desconocido?
La menor solo rió y se tapó por completo en su sábana.
―De acuerdo, no preguntaré. De todas formas no me respondes.
La menor salió de su escondite y le sacó la lengua a su padre quien hizo lo mismo con diversión.
"Pesado". Le dijo NingNing.
Jungkook rió para después volver a darle un beso a su hija y a la bebé en la cuna, después hizo lo mismo en las habitaciones de sus demás hijos. Cuando terminó y llegó a su habitación para dormir, pensó en qué hacer para conseguir una niñera, alguien que cuidara a sus hijos, que los amara como él lo hacía pero parecía demasiado dificil.
Con mil pensamientos en mente quedó dormido por completo, deseando a la persona correcta para amar a sus hijos.
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heart sounds ᡴꪫ kookmin
عاطفيةPark Jimin tenía una vida muy complicada y movida, siempre corría en busca de un trabajo los cuales ninguno era algo fijo. Hasta que conoció a uno de siete hermanos. Jeon Jungkook, un hombre de negocios, adinerado y ocupado, con siete preciosos hijo...