Capítulo 4.-Dragonstone 1\2.-

404 56 5
                                    

Alyrya.

Dos días habían pasado desde el funeral, aunque la misma noche nos habían llamado a sesión urgente en el consejo. Compararon a Daemon con Maegor, que, aunque es cierto, no pude permitir. Viserys aún está enfadado conmigo por mi embarazo, se alegró cuando Daemon dejó Westeros.
《¿Viste? Daemon fue con su esposa. No te ama》fue lo que me dijo.

No he conseguido mi mano para Daemon. Lo que es extraño. Yo debería decidir con quién casarme. ¿Por qué pedir permiso? Pronto será viudo. Es una costumbre machista en vernos como cosas. Pedir mi mano al rey por ser mi hermano y que él pueda aceptar sin preguntar mi opinión, Eso no es muy agradable para las mujeres. Como sea.

-Alyrya.-La voz de Viserys me sacó de mi plan mental.

-¿Qué?

-¿Ya decidiste un pretendiente? Te he mostrado las cientos de cartas.

-No me gusta ninguno. Quiero cabello Blanco, rasgos de la antigua Valyria. Y no. No quiero un Velaryon. Laenor traga espadas, Vaemod es estúpidamente petulante y me desagrada cada vez que me mira.

-Tu bebé nacerá antes de que elijas un esposo. ¡dioses!

-Dame a Daemon, Viserys.

-Si tengo que verte casada con nuestro hermano canalla, Alyrya, prefiero morir.

-Cuánto drama. Eres el rey del drama. Quiero un Targaryen.

-¿Aelor?

-Hermano.-Me acomodo en la silla.-Dioses benditos. Es como casarme contigo. Son mis hermanos.

-Te acostaste con tu hermano, Alyrya.

-Pero porque yo lo quise.-Bramo.-Toda mi vida he decidido quien duerme en mi cama. No vas a tomar decisiones por mí, Viserys. No soy tu hija.

-Me estás obligando a tener que hacer esto, Alyrya. No tendrás un bebé fuera del matrimonio, no te casarás con Daemon. Está en Vale de todos modos. Ha de estar cogiendo con Lady Rhea.

-Eres un estúpido.-Muerdo mi lengua para no decir nada hiriente.

-Aprenderás a amarlo con el tiempo. Aelor es listo como tú, tendrán mucho en común.

-¡No quiero amarlo con el tiempo!-Grito enfurecida levantándome de la silla.-¡Quiero escoger a mi esposo y será Daemon!

-¡No!-Viserys se levantó y se puso frente a mí.-Estoy harta de la rebeldia de las mujeres de esta familia. Tanto tú como Rhaenyra serán casadas con quien yo elija.

-¡No lo haré!-Grité.

-Princesa, ha llegado una carta para usted.-La voz de Sir Christopher suena detrás de la gruesa madera.

-¡Ahora no!-Gritó Viserys.-Escúchame muy bien, niña.-Se acercó.-Vas a casarte antes de parir a mi sobrino y será con el hombre que yo elija.

-No tienes control sobre mí, Viserys. Si me obligas, volaré hasta Dragonstone, y tomaré el castillo, los capas dorada me apoyarán.

-¿Estás amenazandome?-Toma mi brazo con enojo.

Tomo mi vientre fingiendo un dolor.

-Alyrya.-me soltó con miedo.-Hermana. ¿Qué sucede?

-Me duele.-Suspiro.

-Ve a descansar, Terminaremos esto luego.-Sabía que no se iba a arriesgar a que algún maestre viniera a revisarme.

-No va a quedar así.-Digo antes de salir.

-¿De quién es la carta?-Pregunto a Mi guardia mientras empiezo a caminar, me la entrega, siguiendo mis pasos.

La bastarda roja||Version Green.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora