Capítulo 3.-Hechos.-

432 62 2
                                    

Alyrya.

Un funeral. ¿Hay algo más horrible y difícil de ver que el cuerpo de un niño cubierto? Listo para ser quemado. No puedo ver a Viserys a la cara. Estoy abrazando a Rhaenyra, y sólo me concentro en ella. Aelor está junto a Viserys, al menos está acompañado. De mi parte, será difícil volver a ver a mi hermano con los mismos ojos.
Daemon intercambia unas palabras con Rhaenyra en Valyrio. Atticus está junto a Syrax, esperando alguna orden.

Estoy aliviada, de cierto modo. Baelon está muerto, Daemon es sin duda el heredero al trono, mientras se comporte. Aemma también está muerta. Por lo que no habrá más intentos de herederos. Tal vez suene muy cruel teniendo en cuenta que yo quería a Aemma, o tal vez hipócrita. Pero, solamente me interesa el ascenso de Daemon y ahora, es más que seguro. Me limito a bajar la cabeza para sonreír, mi plan va a la perfección. Nuestro plan, Daemon. Sigo aterrada por como la abrieron, siento que el Karma actuará en mí en algún momento, por ser tan perra. Espero que estés bien, Aemma. En el fondo de mi alma, lo espero.

La orden de Rhaenyra hacia Syrax me sacó de mi burbuja. En cuanto volvimos al castillo, me dispuse a ir a mi habitación.

-¡Alyrya!-La voz de Viserys detuvo mi caminata, Sir Christopher se posó a mi lado.-¿Podemos hablar? Permitame hablar con la princesa A solas, Sir Christopher.-Dijo una vez que se acercó.

-¿Mi señora?-Preguntó él.

Viserys lo miró sin poder creerlo. Asentí.

-¿Qué necesitas, hermano?-Consulté una vez que estuvimos solos.

-Te necesito a ti. ¿Estás evitandome? Han pasado tres días y no te he visto. No vienes a visitarme, no cenas conmigo y Rhaenyra.

-¿Crees...-Empecé pero paré.-No puedo verte al rostro, Viserys. Sin que Aemma venga a mi memoria.

-¿Qué...?-Murmuró, con verdadera confusión, aquella en su rostro, pasó a ser decepción y dolor.-Me culpas.

-¿A quién si no?-Murmuré.-Hiciste que la abrieran como a un cerdo para salvar a un bebé que no sobrevivió. Es una ironía de los dioses.

-Alyrya... te necesito. Eres mi hermana. La única que me ha apoyado siempre.-Trató de tocar mi brazo, al moverlo para evitarlo su mano tocó por varios segundos mi vientre.

Sus ojos se abrieron con sorpresa y hasta un poco de emoción entre tanta oscuridad.

-¿Hace cuánto?-La ilusión cruzó por sus ojos por unos momentos.-¿De quién es?

-¿Ahora entiendes mi descontento? ¿Habrías hecho lo mismo conmigo?-Susurré mostrando un poco de mi temor.

-No. Alyrya. Nunca.

-¿Entonces por qué lo hiciste con alguien que supuestamente amabas, Hermano?

-Déjame ayudarte ¿Sí? Debes casarte. Dime un nombre. Dime el nombre del hombre que deseas. ¿Harwin Strong? ¿Aelor?-Preguntó el último con algo de temor.-¿Quién es el padre? ¿Hace cuánto lo sabes? ¿Sir Christopher?

-¿Mi guardia? No.

-No sería nada nuevo. Muchas princesas se han enamorado del hombre que las cuida.

-Quiero a Daemon, hermano.

-¿Él es el padre?-No había sorpresa en esa pregunta.

-Sí. Pero nadie lo sabrá hasta que esté casada.

-Daemon está casado. Escoge a otro.

-Daemon o nadie, Hermano. Casalo conmigo, cargo a su heredero, es lo correcto.

La bastarda roja||Version Green.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora