Sorpresas del Festival

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Capitulo II

Al amanecer Sophie emprendió su misterioso viaje y bueno quien soy yo para meterme en sus asuntos , realmente ella si logra confundirme , pero hay que ver el lado positivo, almenos no me va a dar con su bastón cómo un dueño a su perro sarnoso todo el dichoso tiempo

Mientras estoy acostada,envuelta por mis sábanas me pierdo en un mar de pensamientos e incómodos recuerdos.

Jugaba tranquilamente en uno de los rincones de la ciudad,escondida tras unos barriles,usando breve porción de magia para levantar una hoja y varias ramas.De pronto puede sentir un golpe seco,alguien había caído,cancelo cualquier indicio de magia visible para evitar ser vista por cualquier persona que estuviera a mi alrededor,al observar,pude ver como un anciano había caído,no notaba rastro de ebriedad en él y decidí acercarme para ayudarle

-Señor,¿Se encuentra bien?-le ayudo a levantarse cuando su sombrero vuela a una corta distancia con la brisa y voy a tomarlo

-Gracias niña,es bueno ver que ayudas a un viejo anciano,tus padres deben estarte educando bien,los huesos viejos no acompañan

Me acerco para devolverle su sombrero y el hombre se queda asustado al verme,parecía que había visto al mismísimo demonio salir de su cueva

-Tu...tu...tu..tu cabello-traga saliva-tu no eres...una de nosotros

-¿Una de nosotros?,¿de qué está hablando?-extiendo las manos para devolverle su sombrero al señor y este lo toma con prisa y de manera brusca-¡Aléjate de nosotros mounstro!,no harás más que volver a traer la desgracia a este reino-el anciano sale corriendo a cuánto sus ancianas piernas daban

-¿Mounstro?...yo solo...quería... ayudar

Una vez ese irritante y asqueroso recuerdo se esfuma de mi cabeza no puedo hacer más que sentarme en la cama,a intentar sacar las fuerzas de cualquier parte de mi cuerpo,de dónde quiera que estén,para poder levantarme

-Realmente...nunca he entendido,¿Por qué los humanos desprecian a lo diferente?

Me levanto y con la ayuda de mis habilidades logro organizar la cama y proceder a mi típico aseo.Nunca he sido la típica mujer que se sienta cómoda estando encerrada en casa,me siento extraña siempre que estoy cautiva,motivo al cual me lleva a una de mis actividades diarias,salir a dar un paseo por ahí, a sentir el aire fresco, lo amo ,pero,antes de salir,me coloco la espada escondida entre en unas fundas especiales,no quiero llamar la atención por tener un arma encima,sería un colmo en este reino que una mujer portara un arma en su poder,o peor aún,con conocimientos sobre lucha y magia,eso sería un total escándalo que podría peligrar mi vida.Utilizo mi icónico hechizo para cambiar el color de mi cabello y voy manos a la obra,a practicar en el bosque.

Tomo mi arma e intento blandirla,todo es un total desastre,un fracaso enorme.

-¡Rayos!,¿Por qué no puedo..?

Intento vincularla a mi magia para usar un conjuro , un abracadabra, un moaferatasu que se yo , y nada señores, lo consigo nada.Pasan las horas y lo único que realmente consigo es frustrarme y gastar casi toda mi energía y el maná que poseo.No puedo dejar de sentir que algo no encaja,un mal presentimiento, no sé por qué,pero eso solo puede significar una cosa, algo bueno no me espera

Me siento en el césped algo cansada, relamente necesito descansar,si fuese asmática hubiera fallecido en el intento de todo esto,puedo escuchar como unos pasos se acercan y me pongo de pie a la velocidad de un relámpago , totalmente a la defensiva empuñando mi espada,una figura que alguna vez he visto se asoma por unos arbustos

Rosas Bajo Garras [TRILOGÍA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora