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Ya nada tiene sentido....
La vida es una serie de infortunios tras otros...
¿En que momento mi vida se ha torcido tanto?

Me baje del auto y pude ver a todos los vecinos reunidos afuera. Mire hacia arriba haber  que pasaba y allí estaba
Michelle....
Su mirada ya no era la misma, es tan decadente, falta de vida y con un semblante tan serio. Se ve tan débil y vulnerable que quiero llorar, sus ojos están mirando a alguien pero no se a quien. Me apresuró y corro por el ascensor, en cuestión de minutos me dejo en los áticos y subí a la azotea. Allí estaba Michelle, se ve tan paliducha.

—Michelle—. Intento llamarla

— Si das otro paso salto—. Me amenaza

—No, espera —. Corro hacia a donde está ella y sin dudarlo

Saltó.......

Un grito sale de mi garganta y mis rodillas fallan y caigo al suelo, mientras veo el cuerpo de mi hermana cayendo al vacío. Un charco de sangre se forma ahí. ¿Como pudo llegar a esto? ¿Quien la había secuestrado de tal manera que terminó así?

Mis vecinas Gertudris y Ludmila subieron enseguida. Me ayudaron a levantarme y bajamos de la azotea. El llanto era inminente, no es normal perder a tanta gente en menos de tan poco tiempo. Seguía su cuerpecito ahí, era tan joven. Tenía sus cosas como toda adolescente, algo rebelde pero no merecía ese fin.

Llegó la policía y se la llevaron a hacerle la autopsia. Mis padres vinieron a por mi y nos fuimos a la funeraria.

Esa noche fue una noche de mucha tensión. No quiero vivir más sola, coloqué uña cartel de se vende el piso. Me voy a casa de mis padres, ya no me siento seguro ni en mi propia casa. Para el funeral escogí un vestido de mangas largas negras y unos tacones juego. Me recogí el cabello en un moño alto y bien elegante.

El funeral fue discreto, con algunos miembros de la familia y algunos amigos. Llantos de personas que la querían mucho y lamentaciones de personas por no haberle tenido en cuenta un poquito más.

Volví a casa e hice mis maletas. El camino a mi antigua casa se me hizo más largo de la habitación. Mi padre ha estado todo el camino en silencio mientras los llantos de mi madre me rompían el alma.

Llegué a mi casa, me recibió Sandra, la asistente. Bueno es la hija de la asistente, tiene mi edad y se crió junto conmigo. Maxi, el mayordomo tomó mi maleta y la llevó a mi habitación. Estuve un tiempo en el jardín con Sandra poniéndole al día y le conté sobre el accidente. Me trajeron una cenita para el jardín para reponer fuerzas y después me fui a dormir.

                         •••
Me levante al día siguiente, desayune y me fui a trabajar. Cuando llegue al local, habían unos cuantos de mis compañeros de trabajos. Ya nos Han asignado 2 casos y soy fiscal. Pero yo lo que necesito ahora son unas vacaciones, el frío me recorre cada poro de mi cuerpo. Me encerré en mi oficina, estuve buscando información de mi caso, va de un robo con fuerza.

Terminé a las 8 PM, me dirigí al comedor y me preparé un café con leche. Iba caminando de nuevo a mi oficina cuando me choqué con el mismo policía guapo.

— Lo siento, no lo había visto—. Farfullo como una tonta

— Vine a hablar con usted—. Anuncia secamente

— Si, adelante—. Le señalo mi oficina

Caminamos hasta allí y se sentó frente a mi escritorio. Yo acomode mi papeleo mientras el estaba escribiendo algo en unos papeles que el traía

— Bueno, ¿A que se debe su visita?—. Averiguo echando una sonrisa

— Asesina— Habla irritado — Tú mataste a Chris

— ¿Perdón?—. Alzó mi voz totalmente sorprendida

— No tengo pruebas pero se que tú mataste a Chris, el era mi mejor amigo y esta muerto por tu culpa

— Yo no he matado a nadie — Rechisto encolerizada— Yo fui otra víctima más. El nos atacó en el auto y yo de alguna manera intenté vengarme y lo metí dentro del auto en llamas. Soy una víctima.

— Es mentira—. Se levanta y me da un puñetazo que me hace caer y me di contra la silla de mi escritorio.

La música de Lana del Rey retumba en el auto. Vamos a 120 km/h, si seguimos así nos va a detener la policía. Christian de repente avanzó por donde no era.

— Chris, mi casa no queda por allí—. Habla Agatha pero Christian no  responde—. ¿Chris?—. Christian seguía en silencio—. ¿Chris?

Una sonrisa terrorífica se formó en sus labios y me aterró. Siguió acelerando y me intenté llegar hasta el asiento del piloto para evitar un accidente.

—Vete al asiento trasero—. Me ordenaba Christian mientras me apuntaba con un Beretta 98 que no se de donde salió

—Por favor, ¿Que es lo que quieres?—. Dice mi mejor amiga mientras sollozaba en el asiento del copiloto

—Hijo de perra—. Salto mi hermana pequeña al asiento del piloto para quitarle la pistola y de repente tiros abarrotados seguían por el auto.

— Camille, siéntate te vas a hacer daño—. Colérica grito

—Paren ya—. Grita Agatha pero el carro se fue de la carretera y avanzaba por un bosque.

Sentía como cada vez más el auto se despeñaba por las profundidades del bosque oscuro. Una piedra acaba de chocar en la rueda trasera, y veo como el auto se vuelca. Los cristales se rompieron y seguía dando vueltas por la carreteras hasta que paró y nos quedamos boca abajo.

Siento arañazos en mi cara y en mi cuerpo. Christian estaba despierto con la misma sonrisa siniestra al igual que mi hermana. Me quite el cinturón y intenté salir del auto. Pude salirme del auto, mi hermana creo que está afuera. Pero Agatha.... Agatha está muerta y el auto está ardiendo en llamas.

—Agathaaa—. Un grito desgarrador salio de mi garganta mientras veía el cuello ensangrentado de mi mejor amiga

—Eve, socorro—. Decía Cristian mientras veía como el fuego rozaba sus piernas

Por su culpa nos accidentamos, lo tomé de los brazos y lo empujé hacia el vehículo en llamas..
Soy una asesina.....

—Malditaaaaa—. Un grito encolerizado salió de su garganta mientras se quemaba en el fuego.

—Eveeeeee—. Otro grito más se escuchaba venía del auto—. Sácame de aquí.

Intenté llegar hasta el auto cuando de repente explotó el maletero. Sollozos interminables salieron sin control de mis ojos, acompañados de gritos dolorosos. Duele, duele tanto perder a una amiga y a una hermana a la vez.
Pero técnicamente yo maté a mi hermana, duele tanto. Seguí llorando hasta quedarme sin lágrimas.
Noooo............
Un olor a cloro inundó mis fosas nasales.

—Eres una asesina, eres una asesina—. Me han apretado el pañuelo con cloro, no puedo respirar. Siento como me estoy asfixiando—. Asesina—. Mis ojos se están cerrando lentamente.

— Socorro—. Intento gritar pero me sé hace imposible y un golpe seco me hace caer de canto contra el piso.

MeurtriersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora