Louis' House ෆ Traducción

ℙ𝕣ó𝕝𝕠𝕘𝕠

Es el sonido agudo de un mensaje apareciendo en su teléfono, lo que sobresalta a Harry.

Su tarareo junto a la canción alegre de las listas de éxitos se silencia cuando deja la cuchara que usaba para revolver, y toma su teléfono con la mano libre para leer el mensaje.

No podré llegar esta noche, lo siento. Nos vemos mañana.

Un suspiro decepcionado sale de los labios de Harry y sus hombros se caen, formándose un doloroso pliegue entre sus cejas. ¿Por qué?

Se muerde el labio mientras bloquea su teléfono, sin responder. Esta es la segunda vez que esto sucede. En una semana. Deja su teléfono nuevamente sobre la encimera y se inclina hacia adelante, con las manos apoyadas en el borde de la isla de la cocina mientras mira las cosas en la estufa; una gran porción de arroz y una sartén con algunas verduras: curry. Chasquea la lengua mientras baja el fuego, dudando antes de apagar la estufa por completo.

Inclinando la cabeza, mira el comedor, la mesa bellamente puesta con un mantel blanco, dos platos, tenedores y cuchillos, copas de vino vacías y una vela en el medio. Estaba esperando esto. Se duchó, se vistió pulcramente y pasó aproximadamente una hora en la cocina cocinando. Y ahora todo fue en vano. Vuelve a mirar su teléfono, la pantalla está en negro y no aparece ningún mensaje adicional.

Harry suspira y se da vuelta, está a punto de dar por terminado el día y tomar los platos para guardarlos nuevamente, cuando suena el timbre. Él frunce el ceño confundido.

¿Fue sólo una broma? ¿Le envió un mensaje de texto, cancelando sólo para sorprender a Harry? Improbable. Él nunca hace nada de eso.

Harry se da vuelta y sale del comedor, el pliegue entre sus cejas se agudiza y casi provoca que comience el dolor de cabeza, antes de saltar rápidamente a la radio en la isla de la cocina y bajar un poco la música. Se revuelve el cabello una vez y camina hacia la puerta, sus pies cubiertos con calcetines de lana no hacen ruido sobre las relucientes baldosas de mármol. Son demasiado elegantes. Demasiado duros y demasiado limpios para su gusto, pero está bien.

Quiere que el ceño desaparezca y sonríe educadamente a quienquiera que esté detrás de su puerta de entrada en este momento. Podría ser la abuela del otro lado de la calle, tal vez su gata se escapó una vez más y necesita que él la ayude a encontrarla. Podría ser el cartero, pero claro, Harry no recuerda haber pedido nada, y además es bastante tarde, un domingo, probablemente no sea el cartero. Tal vez sean los gemelos que tienen la casa con jardín adjunta a la de Harry, tal vez una vez más patearon su balón de fútbol por encima de la cerca. Pero de nuevo ya es bastante tarde, afuera ya está oscuro.

Entonces, sólo hay otra posibilidad, piensa Harry con una sonrisa. El fantasma que vive en la casa justo al lado de Harry, la que él realmente cree que está embrujada. En realidad, no es culpa suya, porque esa casa está oxidada y desaliñada. Puede que tenga veinticuatro años, pero cree que le está permitido tener miedo de la casa embrujada que hay al lado de la suya. La pintura del exterior se está cayendo y se ha oscurecido lentamente a lo largo de los años, lo que hace que parezca una de esas casas embrujadas cliché de las películas de terror. Las partes de madera del porche están mohosas y probablemente se agrietarían si las pisaras. Lo que alguna vez tuvo que ser una hermosa mansión pequeña, aproximadamente del mismo tamaño que la casa de Harry, es algo de lo que Harry alejaría físicamente a sus hijos, si los tuviera.

Se prepara para una criatura transparente, tal vez un cadáver andante, posiblemente algo que esté volando.

Pero cuando abre la puerta y sus ojos se posan en la persona que está frente a él, se queda boquiabierto y se congela, la vista lo sorprende más que cualquier fantasma.