II

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No sabía que hacer, ¿a quien podría llamar? ¿Llamar a su jefe? ¿Llamar a Chuuya? ¿Llamar a Dazai? ¿Dazai siquiera le va a contestar el llamado. Nisiquiera tenía su número. Pero si se trata de Oda, Dazai estaría en la puerta de su departamento en tiempo récord. Akutagawa se sintió celoso de Oda, siempre teniendo toda la atención de Dazai.

— ¿Ryuu-kun?

Ese apodo... — ¿Cómo entraste aquí? ¿Enserió eres Oda Sakunosuke? —Pregunta Akutagawa desconfiado.

El hombre se ríe suavemente, una risa incomodamente reconfortante para el joven. — No eres diferente a mi Ryuu-kun. —Oda comenta.

Akutagawa alza una ceja. — ¿A tu Ryuu-kun? —Akutagawa pregunta confundido.

Oda no lo mira.

"Si el te hubiera encontrado..."

"Seguro te hubiera adoptado."

Akutagawa sintio un sabor amargo, mordió su labio inferior y da un suspiro. — ¿Cómo entraste aquí? —El vuelve a preguntar.

— Aparecí aquí. —El hombre responde.

Rashōmon se removió ante el nerviosismo de su portador.

— Aún así es sospechoso. —Akutagawa frunce el ceño.

Aún era un extraño.

— Es una pena que en este universo no nos conocemos bien... —Oda dice. Un tono de tristeza en su voz. Akutagawa se estremece.

Oda nota la herida de Akutagawa. — Estas herido.

Akutagawa miro con indiferencia la herida, se había olvidado de esta por estar pensando en cosas del pasado, las cuaoes no puede olvidarse y dejarlo atrás.

— No es nada. —Dice Akutagawa tomando su brazo herido con brusquedad.

Oda se acercó a Akutagawa y miró la herida. — Me siento aliviado al ver que sigues siendo el mismo. —El hombre dice mientras inspecciona la herida, Akutagawa no sabe si el hombre lo decía de buena o mala manera.

Igualmente lo aceptaría por ahora.

No puede matarlo.

Oda fue al baño para buscar unas vendas, Akutagawa se siente sorprendido al darse cuenta que Oda conoce su departamento tan bien como el mismo. Seguro le preguntara después sobre su contraparte del universo de Oda.

— Quédate quieto. —Dice Oda mientras intentaba desinfectar la herida. Akutagawa cierra los ojos cuando siente el algodón remojado con alcohol tocando la rozadura.

El hombre era cuidadoso, como si intentara no lastimar al joven que está siendo atendido por el. Era extraño y desconocido para Akutagawa, nunca había sido tratado de esa manera excluyendo a Gin.

Le tranquilizaba la idea sobre que este Oda no era amenazador. Bueno, nunca lo fue.

— ¿Cómo me conociste?

El joven no sabía el porqué se la pregunta, quizás era porque está cansado o porque pasaron muchas cosas en tan poco tiempo. Igualmente, el apreciado Odasaku de Dazai le está hablando y de esa manera tan cariñosa. Las entrañas de Akutagawa arañaban en su estómago para entender porqué.

Mira hacia otro lado. — Me refiero a mi otro yo.

El hombre se da un momento y sonríe. — Te encontré junto al Río. —Oda dice. — Estabas hambriento en ese entonces y solo pensabas en recuperar a tu hermana. —El sonríe. Akutagawa frunce el ceño. — Desde que te acogí, no hay ni un recuerdo en el que tu no estés en mi vida.

Akutagawa sintió que no podía respirar. Como si el mundo se rompiera a su alrededor.

Otro él, en el que Dazai no fue el que lo encontró. Si no Oda.

"Estoy seguro que te hubiera adoptado."

El pecho le dolía, se encontro en un estado de una ansiedad desgarradora al enterarse de que su contraparte del mundo de Oda era más feliz. Lo sentía. Sentía que en ese universo no sufría como sufre en este universo.

Escucho un grito proveniente de Oda. No se había dado cuenta que estaba temblando y lágrimas bajaban por su rostro.

Los brazos de Oda lo rodearon mientras que el le daba unas palabras tranquilizantes. — Estoy aquí mi niño, no temas. Respira. —Oda susurra.

Para desagrado de Akutagawa, se sintió más tranquilo ante las acciones de él hombre.

Aún sin entender, que a pesar de que no es el Ryuu-kun de Oda, el le sonría y le consuele como si el fuera Ryuu-kun.

Lo era, pero son muy diferentes aunque Oda dijera lo contrario. Su otro yo era la mejor versión de él.

— No soy tu Ryuu-kun. —Akutagawa jadea. — Déjame tratarme como si fuera el.

Oda no responde, pero si se aleja de Akutagawa. El hombre pone el abrigo de Akutagawa en los hombros del joven y le sonrié. — Se que no te gusta estar sin el.

Akutagawa se quedó en silencio ante eso. Su estómago dio un rugido y sus mejillas se volvieron rojas, Oda se rió.

— Parece que tienes hambre, ¿qué tal si descansas y yo hago algo para comer? —El hombre dice y Akutagawa frunce el ceño.

— Si le pones veneno a la comida te matare. —Dice el chico.

Oda le sonríe calidamente. — Anotado.

"El nunca te hubiera abandonado."

No one compares to you, but there's not you (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora